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Día Mundial de la Concienciación sobre los Tsunamis

¿Cómo se forma un tsunami y qué los diferencia de las olas comunes a las que estamos acostumbrados?

Curiosidades Aquí la Tierra  
  • El día 5 de noviembre se celebra el día mundial de la concienciación sobre los tsunamis

  • En los últimos 100 años, los tsunamis se han cobrado la vida de más de 260.000 personas, siendo el desastre natural más mortífero

  • Isabel Moreno nos cuenta, en Aquí la Tierra, esta y muchas otras curiosidades sobre fenómenos naturales

Isabel Moreno | Bárbara López
4 min.

Vivimos en un planeta geológicamente muy activo. La corteza terrestre está divida en una serie de placas que chocan entre sí, se hunden o pasan por encima unas sobre otras… estos, son unos movimientos que van acumulando una sucesión de tensiones en esas zonas de confrontación y que terminan liberándose cada cierto tiempo pudiendo generar terremotos.

Cuando un terremoto se produce en el océano, puede provocar un tsunami. No todos los terremotos en estas regiones los generan, tienen que cumplir algunas características. La primera, producirse relativamente cerca de la superficie; en segundo lugar, tener una magnitud (energía) suficiente para mover el agua y, por último, que la forma en la que estaban chocando las placas permita elevar esa masa de agua.

La ciudad japonesa de Kitaibaraki destrozada por el tsunami de 2011 Kim Kyung-hoon | AP Photo

Como veis, la clave para generar un tsunami está en tener la energía suficiente para poder hacerlo y los medios que permitan “levantar” el agua.

Pero, ¿puede haber alguna otra forma de generarlos además de los terremotos? ¡Sí! Por ejemplo, debido a grandes deslizamientos de tierra en el océano o la caída de un meteorito.

¿Qué diferencia hay entre un tsunami y una ola típica que vemos en el mar?

La distancia que hay entre las olas generadas por el viento suele ser de unos 100 metros (a esto en física se le conoce como longitud de onda), mientras que en los tsunamis es de centenas de kilómetros: es una consecución de olas gigantes y entre una y otra, la distancia se mide en cientos de kilómetros. Esto tiene varias consecuencias, entre ellas la profundidad que se va a ver alterada por estas olas.

Un apunte: cuando ocurren estos fenómenos, no se ve un ‘’muro de agua’’ como tal. Se empieza a observar cómo el agua empieza a recogerse como si fuera una ola del mar y el volumen empieza a subir hasta que finalmente esa cantidad de agua se esparce inundando todo.

Kesennuma, noreste de Japón, arrasado por el tsunami de 2011 AP Photo

En las olas generadas por el viento, típicamente se van a alterar profundidades de decenas de metros (puede ser más en caso de grandes tormentas, huracanes etc), por lo que estas olas no generan movimientos profundos, sino superficiales. En cambio, las olas del tsunami afectan a toda la columna oceánica, desde la superficie hasta el fondo. Están asociadas al movimiento de un bloque o columna de agua que ha sido elevada por el terremoto.

Además, hay otro punto clave que depende de esta distancia entre olas: la cantidad de energía que se pierde según viaja esa cantidad de agua. La energía que pierden los tsunamis es mucho menor que las olas de viento, lo que permite que se desplacen a lo largo del océano y lleguen a otros continentes.

Japón sufre los efectos del peor terromoto de su historia.

¿Cómo se desplaza un tsunami?

Las velocidades a las que se desplaza un tsunami dependen de la profundidad del océano, en mar abierto y la ola se desplaza más rápido que en profundidades menores. ¿Cómo de rápido va? Para profundidades en mar abierto de unos 4.000 metros, el tsunami viajaría a más de 700 km/h. No, no nos hemos equivocado en un cero… ¡más de 700 km/h!

¿Significa esto que puede haber una ola gigantesca viajando por el océano como si fuera un avión? ¡No! Os hemos comentado antes que la velocidad del tsunami depende de la profundidad del océano y que, cuanto más nos aproximemos a la costa, más despacio viajará el tsunami. Ahora bien, al reducir esta velocidad, aumenta su altura.

Los japoneses comprueban con horror las consecuencias del mayor terremoto de su historia

Podemos imaginar que, según se va frenando esa agua, se va amontonando la que viene por detrás (que va más rápido). De nuevo, esta altura final dependerá de muchos factores, como la cantidad de agua que se ha desplazado con el terremoto, las características de la zona…

Para poner un ejemplo: en el tsunami que afectó al Índico el 26 de diciembre de 2004, la altura de la ola en alta mar unas 2 horas después del terremoto era de unos 80 cm. Cuando llegó a la costa de Banda Aceh (Sumatra) las olas rondaban los 50 metros sobre el nivel del mar. En el caso de las costas tailandesas, 16 metros de altura y en Sri Lanka e India 12.

¿Se pueden predecir los tsunamis?

Una vez producido un terremoto potencialmente peligroso,  existen técnicas para medir y calcular el riesgo de tsunamis de una zona. De hecho, existen organismos encargados de monitorizar estos fenómenos y emitir los avisos pertinentes en caso de que exista riesgo de tsunami.

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