Poco a poco van apareciendo las muestras de apoyo de famosos y amigos del bailaor. El primero fue Pepe de Lucía, el padre de Malú. Luego han sido Rosa Valenty y Antonio Canales, otro bailaor que sabe, por experiencia, lo amarga que la vida puede llegar a ser. "Cuando uno cae en este error de las drogas, hay que reconocerlo", ha dicho Canales, que tiene 59 años. "Mi vida está ahora unida al teatro, a salir cada noche a trabajar, estoy viviendo un momento fantástico", dice, dejando claro que lo pasado, pasado está, en referencia a sus problemas con las drogas que le llevaron a una clínica de desintoxicación. "Yo reconocí mi error. Cuando se baja a los infiernos hay que pedir ayuda, y se la pedí a mis hijos", ha dicho ha dicho en La hora de la 1 de TVE.
Canales participó en el montaje de 'Yerma' y llegó a estar en las primeras representaciones, hasta que se incorporó a su nueva obra, 'Post', con Edu Soto. "Nadie debe de juzgar a nadie pero desde aquí le deseo lo mejor a Rafa, que ha sido mi niño. Le deseo lo mejor a él y a toda la compañía. Y le mando todo mi apoyo". Antonio Canales fue uno de los ausentes en el estreno de Amargo, quien dijo que Canales no le llamó pero que es su maestro y le quiere mucho. "No pude estar en La Latina porque a esa misma hora yo estaba haciendo de Don Carlos. ¡Todos tenemos cosas que perdonar en la vida!", ha dicho.
Los días anteriores han sido muy difíciles para Rafael Amargo y su familia. También para toda la compañía porque no sabían si se podría levantar el telón o no. El viernes el bailaor no pudo hacerlo pero dio una rueda de prensa en el escenario del teatro de La Latina, algo inusual, sobre todo porque estaba su abogado Cándido Conde Pumpido. Aunque se notó más la ausencia de su productor, Eduardo de los Santos. Rafael Amargo insistió en su inocencia tras ser puesto en libertad dos días después de su detención por su presunta implicación en tráfico de drogas. "Soy más que inocente porque si no, no estaría aquí", dijo. El bailor quería estrenar este jueves pasado pero fue imposible. "Quiero romper las tablas, quiero bailar", decía, impotente. El estreno llegó. 48 horas más tarde de lo previsto, Rafael Amargo pudo ver su sueño hecho realidad.
El sábado 5 de diciembre se pudo subir el telón de La Latina y la compañía pudo interpretar 'Yerma', el clásico de García Lorca. "Gracias al teatro donde estamos, porque entre tanta incertidumbre lo normal hubiera sido que no nos hubieran dejado bailar", decía tras la función, acompañado por los aplausos. Durante más de tres minutos el público le mostró su apoyo en forma de ovación y gritos de ¡Ole!.
"Estoy pasando unos días que no sé ni cómo estoy entero. Os prometo que hoy es la primera vez que me siento un poco más blando pero al menos he tenido los cojones de estar aquí de pie sobre el escenario", decía con la camisa abierta y el pantalón roto por el esfuerzo. Las lágrimas querían salir a escena pero Amargo las contuvo para soltarlas después en los camerinos. Al bailaor se le esperaba esa noche en un programa de televisión pero les dio plantón. "Prefiero expresarme aquí con vosotros antes que en la tele, aunque me ofrezcan mucho dinero", dijo de forma categórica, consciente de que se debe su público, a su gente, a sus amigos, los que sí están en los peores momentos.