Valentina Sampaio está llamada a cambiar el mundo. Su éxito es una bofetada contra las desigualdades y su fama un canto a la inclusión. La modelo trans, a la que vimos desfilar en Madrid, hizo historia al desfilar para la firma Victoria ´s Secret, conquistar la portada de Vogue Paris, posar para el especial de baño de Sport's Illustrated... Ahora suma otro logro en su carrera asomándose desde la portada de la revista Harper´s Bazaar. Y lo hace junto a un grande, Giorgio Armani, precisamente uno de los creadores que más ha apostado por la diversidad.
Cuenta con muchos apoyos, dentro y fuera de la moda. Y cada paso que da, en la pasarela y en la vida, le ayudan a olvidar los malos momentos, el desprecio por ser diferente, el no por respuesta tan solo por ser trans, el odio... "Me siento fuerte y me siento inspirada para luchar no solo por mi si no por todos a los que represento", dice en su cuenta de Instagram. Lo hace porque es consciente de que es un icono de los nuevos tiempos, sobre todo para el colectivo LGBTIQ+
Como cuenta la revista, Giorgio Armani lleva más de 45 años al frente de su imperio, una de las firmas más importantes e influyentes de la historia de la moda. El italiano es un hombre generoso y abierto, y siempre ha apostado por la diversidad en sus desfiles y campañas de moda. Y ahora va de la mano de Valentina Sampaio para luchar juntos por derribar barreras de género, sexo, raza y edad. Para ello cuanta con mujeres -y en algunos casos musas- como Eugenia Silva, Elsa Pataki, Sofía Loren, Lauren Huton o Vicktoria Beckham, entre otras.
Todas hablan de su romance con Giorgio y Giorgio abre las puertas de su teatro en Milán y de su corazón en una suculenta entrevista. Y estos son algunos de sus rasgos:
Exigente: "Como el buen capitán de un equipo de fútbol lidero con el ejemplo. Si trabajo duro y con pasiónespero que los demás también lo hagan
".
Polémico: "Yo no creo que la moda sea arte. Aquellos que diseñan moda y se consideran artistas son diferentes a mí".
Responsable: "El modelo de negocio actual se enfrenta a retos. No tiene sentido vender abrigos de invierno en julio, o vestidos de lino en enero. Vayamos de la mano de la naturaleza".