Se cumplen 23 años de la muerte de Diana de Gales, un día que conmocionó al mundo. La trágica fecha sigue siendo recordada y ha sido fijada por sus hijos en un lugar, el Jardín Blanco que mandaron plantar en el palacio de Kensington. Pronto, una escultura de Diana completará homenaje que Harry y William le quisieron rendir a su madre. El 1 de julio de 2021, la princesa habría cumplido 60 años.
Lady Di fallecía el 31 de agosto de 1997 dejando a sus dos hijos solos en un mundo de normas y protocolo. Tal y como muestra el documental de Lazos de sangre, la noticia dio la vuelta al mundo y arrasó a su paso, la tristeza era evidente en cada persona. La princesa del pueblo perdía la vida en un trágico accidente de coche junto a su pareja Dodi Al-Fayed y el chófer que conducía el coche. Se ponía así fin a una vida llena de desdicha. Su mirada triste se apagó y dejó al mundo entero huérfano.
Atrapada en un matrimonio infeliz
Diana Spencer fue la elegida para contraer matrimonio con el príncipe Carlos. Lo que parecía una fortuna se convirtió en una maldición. Diana fue elegida por su ingenuidad y su virginidad, dos características imprescindibles para la tarea que le esperaba, ya que según las normas de la monarquía británica el heredero al trono se debía casar con una mujer virgen. Por eso, se excluyó de entre las opciones a la eterna amante del príncipe Carlos, Camilla Parker Bowles. Además, tenía que ser una persona ingenua y moldeable, capaz de aprender las costumbres y protocolos de la monarquía; pero también de obedecer sin rechistar las órdenes y las imposiciones de la casa real.
Lady Di descubrió casi al principio de su matrimonio que su marido no la quería, que jamás se había enamorado de ella y sufrió mucho por ello. Aun así, ella tenía que mantener la imagen del matrimonio perfecto y enamorado. Esa fue la tarea más difícil, fingir una felicidad absoluta cuando en realidad ambos terminaron odiándose.
Camila, el verdadero amor del príncipe Carlos
Empezó siendo la amante del príncipe Carlos y acabó casándose con él en 2006. Quizás esa boda tendría que haberse celebrado antes. Quizás esta historia habría sido muy diferente; pero entonces seguro Lady Di no sería el mito que conocemos. La historia a veces tiene su propio camino y parece que estaba escrito que Camilla Parker Bowles y el príncipe Carlos fueran novios, amantes y amigos durante tantos años antes de encontrar la felicidad juntos.
La dicha de ambos producía la infelicidad de Diana; pero estaban enamorados y no lo podían evitar. Lady Di intentó llevar la infidelidad de su marido con la mayor discreción posible; pero en 1992 se publicaron unas conversaciones grabadas entre Carlos y Camila de tan solo tres años antes, cuando ya llevaba ocho casado con Diana. Un rumor que acabaría por confirmarse en una entrevista al príncipe Carlos donde se sinceraba y reconocía que había sido infiel a Lady Di. Una entrevista que no solo sentó mal a Diana, que apareció con el ya conocido como 'vestido de la venganza' reivindicando su lugar, sino también en la casa real británica, que no aprobó el comentario de Carlos en televisión.
Finalmente en 1996 se divorciaban. La situación era insostenible y la reina Isabel II decidió tomar parte en el conflicto para no ensuciar más la imagen de la monarquía. Diana siguió viviendo en el palacio de Kensington para mantener una buena relación con la familia real y estar cerca de sus hijos; pero a partir de ese momento se centró en otras tareas, aquella que la convertirían definitivamente en el princesa del pueblo.
La princesa del pueblo
Lady Di consiguió el cariño del pueblo británico por su buen corazón, su carisma natural y su enorme cercanía. Además dedicó gran parte de su vida a acciones humanitarias. Ella siempre decía que "quería hablar con el corazón, no con la cabeza"; pero las estrictas normas de la monarquía no le permitían ser todo lo libre que a ella le habría gustado ser.
Una muerte inesperada
Un año después de su divorcio con el príncipe Carlos, la princesa Diana fallecía en un trágico accidente en París. La noche del 31 de agosto de 1997 salía de un céntrico hotel de París junto a su pareja, Dodi Al-Fayed. Ambos se montaban en un coche que acabaría sufriendo un accidente en el Puente del Alma de París, un chófer que conducía con el triple de la tasa de alcohol permitida y unas motos con paparazzis que perseguían a la princesa completaban el cóctel explosivo de aquel suceso.
Al día siguiente las imágenes de Lady Di ocupaban las portadas, todos amanecíamos conmocionados por la noticia. Nadie se esperaba aquel final catastrófico para la princesa que se apagaba para siempre con solo 36 años. Dejaba atrás una vida de infelicidad; pero también a sus dos mayores tesoros.
La monarquía se tambaleaba
El pueblo británico se volcó por completo en el último adiós a Lady Di, los alrededores del palacio de Buckingham aparecieron con cientos de flores para la princesa. Todos querían tener una muestra de cariño con Diana menos la propia monarquía británica. El silencio de la familia real comenzó a hacerse pesado, la población vio que no le daban el cariño que merecía y el malestar con la reina Isabel y el príncipe Carlos se hizo evidente.
La reina por primera vez en su vida tuvo que enfrentarse al pueblo y tomar una difícil decisión. Fue complicada pero correcta: "Si esto es lo que quiere el pueblo, es lo que tengo que hacer". La casa real inglesa organizó "un funeral único para una persona única", así lo anunciaron. Un nuevo protocolo improvisado pero que calmó las protestas de un pueblo dolido.
Un funeral a la altura de Lady Di
Dos millones y medio de personas llenaron las calles de Londres para acompañar a Diana en su último adiós. Aquel funeral reunió a algunos de los rostros más conocidos como Elton John, con su famosa interpretación de Candle in the wind. Eso es lo que recordamos todos, aquella preciosa canción y a sus hijos, los príncipes William y Harry, siguiendo el cortejo funerario junto a su padre, el príncipe Carlos, y su tío, Charles Spencer. Una imagen difícil de olvidar, la tristeza de sus hijos en esa despedida nos marcaría a todos, representaban la tristeza que sentíamos todos en aquel instante.
La muerte de Lady Di cambió al pueblo inglés, empezó a exteriorizar sus sentimientos, lloraban y se abrazaban juntos en la calle. Aquellos días incluso bajaron los accidentes, subieron las consultas con los psicólogos y aumentaron los nacimientos. Una vez más se demostró la fuerza de Diana, que unió al pueblo inglés e hizo que se impusieran ante la monarquía reclamando lo que era suyo.