Termina un Monkey Week que nos deja un gran sabor de boca por la cantidad de apuestas nacionales que hemos podido ver mientras la lluvia respetaba nuestra pequeña peregrinación de una sala a otra.
La mejor noticia es que los "pequeños" del Monkey van ganando público en cada edición y se cuelan tanto en la batalla de bandas de Radio 3 como en algunos de los escenarios más significativos de este festival.
A nadie le ha extrañado ver colas para subir a ver a Deers en la terraza del Bar Santa María, que Los Nastys hayan tocado dos veces en cuatro horas o que The Parrots se hayan colado en el Mucho Teatro, uno de los espacios nocturnos reservados para las actuaciones de los grupos más relevantes (en el caso de este año, la de Delafé y Las Flores Azules).
Jägermusic ha reservado un escenario para grupos de la chispeante escena nacional emergente. The Saurs, Trajano!, Terrier y de nuevo The Parrots estuvieron entre las propuestas más interesantes de un Monkey Week con 17 sedes diferentes; 17 bares o sales de conciertos abiertos para la música en vivo durante tres días.
También ha estado abierta al público la Casa Gibson en la calle Cielo, una casa palaciega de un particular que ha acogido una exposición de guitarras, pinchadas con vinilo y aperitivos entre músicos. También hubo conciertos sorpresa: el de Joaquín Pascual con Paco Loco y Los Jaguares en un espacio privilegiado que parece de otro tiempo.
La lluvia pasó casi desapercibida para los asistentes al festival pero obligó a trasladar algunos de los conciertos. La Cristalera se inundó y nunca hubo escenario junto al muelle, lo que ocasionó cambios en los horarios y algunos disgustos entre los grupos por no poder probar sonido.
Con todo, el disgusto mayor se lo llevó Pájaro, que tuvo que cancelar su actuación por un pequeño accidente que le obligó a pasar los mejores días del año en El Puerto en pleno reposo. Se le esperaba en un Teatro Muñoz Seca que sí vio las actuaciones de The Sadies y The Handsome Family en un Monkey Week que también ha supuesto la confirmación de grupos salidos del underground nacional como Perro o Unicornibot.
Aún así, lo mejor que vimos se llama Nelson Can, un trío de chicas danesas que no necesitan más que un voz, un bajo y un batería. El resto es todo actitud y un prometedor álbum debut. Tan prometedor como el Monkey que viene. ¡Que llegue ya!