España, geográficamente hablando, es un país que se caracteriza por su diversidad en cuanto a formas de relieve, pero no se limita a eso, como ha explicado en Las Mañanas de RNE Santiago Beguería, investigador de la Estación Experimental de Aula Dei del CSIC: "España tiene un gradiente desde climas áridos, por ejemplo, en Canarias o semiáridos en la Península, hasta climas húmedos. Tenemos todo el espectro de tipos de clima, en cuanto a aridez. Lo que hemos detectado en este estudio [...] es una progresiva transición hacia valores y categorías más áridas".
España tiene más zonas áridas ahora que hace 60 años, así lo concluye el estudio que ha liderado Santiago Beguería y que publica la revista International Journal of Climatology y que ha sido elaborado por un equipo de investigadores del CSIC y la Universidad de Zaragoza, integrados en el Laboratorio de Climatología y Servicios Climáticos.
Para ello se han basado en los datos de precipitación y evapotranspiración —la cantidad de agua caída que se evapora y vuelve a la atmósfera— desde 1961 hasta hoy, recogidos por la red de observatorios de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

atardeceren el desierto de los Monegros, Huesca GETTY
Teniendo en cuenta las zonas climáticas que mencionaba Beguería, no sorprende que la zona donde más se ha extendido la aridez es en Canarias, donde desde 1990 se calcula el incremento ha afectado a un 16% del territorio, concentrado en zonas bajas y a sotavento del relieve de las islas.

Desierto de Más Palomas, Gran Canaria GETTY
Este efecto también llega a Baleares y zonas del sur y sureste peninsular, afectando a un 12% del territorio. El nivel de aridez se mide según el índice FAO (Food and Agriculture Organization), que abarca los siguientes grados: hiperárido, árido, semiárido, subhúmedo-seco, subhúmedo-húmedo y húmedo. Santiago Beguería nos explica cómo se calcula. "El índice [...] tiene dos factores que lo determinan, uno es la precipitación cuando llueve y el otro es la evapotranspiración.
La evapotranspiración es la demanda de humedad por parte de la atmósfera. Lo que hemos visto es que no es tanto el primero de esos factores el que ha cambiado en estos sesenta años, sino que es el segundo. Es la demanda atmosférica de humedad la que ha aumentado progresivamente, haciendo que la aridez fisiológica que experimentan los plantas y los organismos, sea mayor".
Mapa que muestra los niveles de aridez en España ARIDESP
Desde el equipo de investigadores nos lo ponen fácil y otorgan acceso abierto a la evolución de seis décadas, que se puede visualizar de una forma muy sencilla y gráfica a través de un visor web interactivo. En él se puede consultar toda la serie histórica (desde 1961 a 2023), individualizada por comunidades, provincias y municipios.
Monitor de Aridez, detalle de desertificación en la zona de Alicante ARIDESP
¿Qué implicaría la aridez a futuro?
La aridez no solo condiciona la vida diaria, también desempeña un papel clave en la disponibilidad de agua y la distribución de los ecosistemas. En las condiciones actuales de cambio climático, es muy relevante evaluar los cambios en la aridez climática, por el impacto directo en la agricultura y la tipología de cultivos, secano o regadío, así como en uno de los principales procesos ecológicos que desencadena, como es la desertificación.
"La aridez climática al final es un simple balance, que caracteriza el clima de una región, pero este desencadena toda una serie de procesos. Es una de las características del clima que más influye en el tipo de vegetación que puede haber en un lugar, el tipo de cultivos, etc.", aclara Beguería y concluye que: "Cuando vamos hacia climas más áridos, al final, hay ciertos tipos de vegetación que dejan de poder existir en un lugar y si a eso le sumamos otra serie de procesos (de sobreexplotación, por ejemplo) podemos llegar a eso que llamamos desertificación, que es un proceso mucho más complejo en el que intervienen muchos factores".