La Unión Europea (UE) ha respaldado el plan presentado por Egipto y la Liga Árabe para la reconstrucción de Gaza. El proyecto, con una duración aproximada de cinco años y un coste de 53.000 millones de dólares, pretende convertirse en una alternativa al controvertido proyecto de Donald Trump para transformar el enclave en la "Riviera de Oriente Medio".
El presidente del Consejo Europeo, António Costa, ha asegurado durante la cumbre que la UE está "completamente comprometida" con la solución de dos Estados y brindará apoyo "concreto" a la iniciativa árabe. "Comprometidos con el apoyo a los esfuerzos de los países árabes y la Autoridad Palestina, como hemos hecho tanto tiempo", ha declarado Costa, además de subrayar su rechazo al desplazamiento masivo de palestinos, posición compartida por el resto de participantes en la cumbre.
El respaldo europeo al plan árabe no solo busca paliar la crisis humanitaria —que ha provocado más de 48.000 muertos—, sino también consolidar su rol en Oriente Próximo ante la retirada progresiva de EE.UU. de la región.
El proyecto, detallado en un documento de 112 páginas, se divide en tres fases. La primera constará de una recuperación temprana de seis meses de duración, con labores de desescombro y construcción de alojamientos temporales para 1,5 millones de personas en siete zonas de Gaza.
A continuación, seguirá una fase de dos años con la rehabilitación de 60.000 viviendas dañadas y construcción de 200.000 nuevas, junto a infraestructuras básicas, como plantas desalinizadoras y redes eléctricas. La última, con una duración de dos años y medios, finalizará 200.000 viviendas adicionales, además de crear un puerto comercial, un aeropuerto, una zona industrial y 10 km de paseo marítimo.
El objetivo final es alojar a 3 millones de personas en 460.000 unidades habitacionales y convertir Gaza en un enclave económicamente viable. Pese al optimismo, sin un acuerdo sobre el gobierno de Gaza y el desarme de Hamás, la reconstrucción podría quedar en papel mojado.
Abás se muestra dispuesto a celebrar elecciones
Por su parte, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, ha anunciado en la cumbre su disposición a celebrar elecciones presidenciales y legislativas en 2025 "si se dan las condiciones adecuadas", en un intento por recuperar legitimidad ante una población que lo percibe como corrupto y desconectado. Abás ha insistido en que la AP debe ser la única fuerza armada legítima en Gaza y Cisjordania, algo que Hamás, que gobierna el enclave desde 2007, rechaza.
El alto cargo del grupo islamista, Sami Abu Zuhri, ha declarado a Reuters que su formación "no aceptará proyectos impuestos ni administración extranjera" y ha defendido su "derecho a resistir", pese a ver con buenos ojos el acuerdo. Fuentes cercanas a Hamás aseguran a Reuters y EFE que el grupo aún cuenta con miles de combatientes y arsenales ocultos, pese a las afirmaciones israelíes de haberlo debilitado militarmente.
La financiación del proyecto depende en gran medida de los estados árabes del Golfo. Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, aunque dispuestos a invertir en la reconstrucción, exigen el desarme de Hamás.
Por su parte, el presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sisi, ha propuesto crear un comité de tecnócratas palestinos para gestionar Gaza temporalmente, allanando el camino para el retorno de la AP.
Mientras, Israel observa con cautela. Fuentes cercanas a su Gobierno han señalado que no se opondrían a una administración árabe en Gaza, siempre que Hamás quede excluido. Asimismo, el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí ha señalado que la declaración de la cumbre árabe no abordó la realidad de la situación tras el ataque de este grupo el 7 de octubre.