“No me arrepiento de haber volado. Con este pequeño avión consumo menos combustible que con cualquier coche de empresa de un miembro del gobierno alemán”. Así defendía Friedrich Merz, en una entrevista en 2022, su criticado viaje en avión privado a la boda del entonces ministro de Finanzas.
Las fotografías del líder de la CDU, el mayor partido de la oposición de Alemania, pilotando él mismo un Diamond DA62 bimotor con matrícula personalizada causaron burlas y estupefacción en una sociedad poco acostumbrada a las exhibiciones públicas de riqueza. Además, el momento era poco oportuno: justo cuando los precios de la energía aumentaban debido a la guerra de Rusia contra Ucrania.
Sin embargo, su forma de responder, tranquilo y seguro de sí mismo -los críticos aseguran que incluso con arrogancia-, desvela la personalidad de este político conservador que, en todas las encuestas, se perfila como sucesor del canciller socialdemócrata Scholz en las elecciones del próximo 23 de febrero.
Católico y de familia acomodada
Friedrich Merz nació hace 69 años en Brilon, un pueblo de unos 25.000 habitantes del Sauerland, una región rural y conservadora situada en el lado occidental de la Alemania partida en dos de la Guerra Fría. Creció en una familia acomodada y católica y estudió derecho en la Universidad de Bonn, donde conoció a Charlotte, su esposa desde hace más de 40 años y con la que tiene tres hijos.
Friedrich Merz, candidato de la CDU en las elecciones alemanas INA FASSBENDER
Arrancó su carrera como abogado y juez auxiliar, pero la política le atrajo más. En 1989, con 34 años, fue elegido diputado en el Parlamento Europeo por la CDU y cinco años después pasó al Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento alemán.
El antiguo rival de Merkel
Allí se le recuerda por ser un orador audaz e incisivo y por su propuesta de simplificar el sistema impositivo alemán para que una familia pudiera calcular lo que debía en un posavasos de cerveza. Como diputado, Merz fue asciendo posiciones hasta llegar a dirigir el grupo parlamentario de los demócratas cristianos, pero pronto fue desplazado por Angela Merkel, la otra estrella del partido.
Tras unos años en la sombra, decidió retirarse de la política en 2009. Según cuenta una biografía, dijo a sus amigos que se marchaba para hacer dinero. Empezó así una lucrativa carrera en el mundo empresarial, trabajando durante nueve años para varias empresas internacionales y como presidente de la filial alemana de BlackRock, el gran conglomerado estadounidense.
Cuando en 2018 Merkel anunció su intención de retirarse, Merz decidió hacer campaña para reemplazar a su antigua rival como líder de la CDU. Lo intentó sin éxito a finales de 2018 y principios de 2021, hasta que fue elegido en diciembre de 2021.
Un giro a la derecha
Merz es un representante del ala conservadora y liberal de la CDU, un partido que engloba corrientes que van desde el socialismo cristiano a la derecha dura. Quiere impulsar la estancada economía alemana, dar más protagonismo a la industria manufacturera y reducir el sistema de impuestos y la burocracia alemana.
Firme defensor de Ucrania y de la OTAN, se encuentra en el grupo de políticos de la Unión Europea que quieren invertir más presupuesto en defensa. Asimismo, es muy crítico con la política de puertas abiertas que impulsó Merkel y que dio la bienvenida a más de un millón de solicitantes de asilo que huían de la violencia en sus países. También ha protagonizado varios comentarios xenófobos y racistas como llamar a los hijos de inmigrantes “pequeños pachás” o acusar a los refugiados ucranianos de ser “turistas sociales”.
De hecho, su postura con la inmigración le ha llevado incluso a aceptar de forma puntual los votos de la AfD para aprobar normas fronterizas y de asilo más severas, rompiendo así el cordón sanitario establecido en Alemania contra la ultraderecha.
Sin embargo, su fugaz acercamiento a la extrema derecha, muy criticado tanto por la izquierda como por figuras de su propio partido, de momento, parece que no le ha castigado en las encuestas y Merz sigue manteniéndose como la opción favorita de los alemanes para convertirse en el próximo canciller.
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