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La violencia contra niños en conflictos armados toca niveles extremos: "Hablamos de una potencial generación perdida"

  • El 12 de febrero fue el Día Mundial contra el Uso de Niños Soldados, una realidad que persiste en África, Latinoamérica y Asia 

  • Los varones suelen ser más objeto de reclutamiento y las niñas se enfrentan más a la violencia sexual 

Ernesto Granillo en la sede de UNICEF en Madrid
EBBABA HAMEIDA / MARÍA NAVARRO SOROLLA (Fotos)
Tiempo de lectura 8 min.

Ernesto Granillo (San José, 1978) aterriza en Madrid, el 12 de febrero, el Día Mundial contra el Uso de Niños Soldados. Es una de las voces más autorizadas en el seno del Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) para hablar de la explotación de menores de edad, una lacra habitual en zonas de conflicto armado, especialmente en África, Asia y América Latina. El último informe del Representante Especial del Secretario General de la ONU sobre niños y los conflictos armados revela que la violencia en los conflictos armados alcanzó niveles extremos. En 2023 se registró un aumento del 21% en las violaciones graves, impactando en la vida de un total de 22.557 niños y niñas. Los varones suelen ser más objeto de reclutamiento, mientras las niñas sufren más la violencia sexual. 

PREGUNTA: La reactivación del conflicto en la República Democrática del Congo (RCD) provocado por la ofensiva del M23, apoyado por Ruanda, ¿vuelve a exponer a la infancia a la violencia sexual, el secuestro y el reclutamiento? 

RESPUESTA: Es un contexto de guerra que lleva tantos años que hay cierta fatiga, tal vez a nivel global por los pocos avances que hemos visto en términos generales, pero también específicamente por la violencia que vemos directamente contra los niños y las niñas. Para nosotros es importante que lo que está pasando se mantenga visible porque es muy grave. Es fundamental que se sepa que lo que está pasando ahorita es sumamente peligroso para la infancia. Las violaciones que estamos viendo, en términos de reclutamiento de niños y niñas y la violencia sexual, es algo que no hemos visto nunca. Nunca habíamos asistido a una situación tan grave. Estamos sumamente preocupados. 

P: El reclutamiento de menores por las fuerzas y grupos armados es una de las grandes problemáticas que nos encontramos cuando estalla un conflicto armado…

R: Ante todo, quisiera destacar que nosotros nunca hablamos de reclutamiento forzado cuando están involucrados menores de edad. Un niño soldado es menor porque tiene menos de 18 años. No hablamos de reclutamiento forzado, porque cualquier reclutamiento de un niño es, por definición, forzado. Entonces, podemos hablar de reclutamiento forzado para un adulto, pero nunca para un niño. 

P: Importante aclaración… Entonces, ¿qué se entiende por niño soldado?

R: Cuando hablamos de reclutamiento y del uso, son términos que pueden ser técnicos, pero en la práctica son muy diferentes. Muchas veces nos imaginamos a un niño reclutado utilizando un arma y tomando una parte activa en un combate. Eso existe y es muy prevalente, pero también hay muchas otras formas de utilizar a los niños que no llegan a formar parte activa de un combate. Están siendo utilizados, ya sea haciendo favores o trabajando en diferentes formas para un grupo armado o para una fuerza armada. Igualmente, incurre en un riesgo muy alto en la vulnerabilidad del adolescente. Hay diferentes maneras en que pueden ser utilizados. También se dan violaciones graves como la violencia sexual o mutilación de un niño. Cuando existe una vulneración se combina con otras.

Se trata de una infancia que vive en los márgenes, no tiene oportunidades y no hay presencia del Estado

P: Hay niños que son reclutados con engaño o bajo amenaza de muerte en sus propias casas o comunidades. ¿Qué contexto se da para el reclutamiento? 

R: Acabo de estar en Colombia y allí una de las cosas que se habla mucho es que lastimosamente en los últimos meses ha subido el reclutamiento de los niños a nivel nacional. Se habla de engaño, de promesas y del uso de todo tipo de tácticas para atraerles. También se han identificado las diferentes razones por las cuales son seducidos por los grupos armados, ya sea cuando ellos visitan los lugares donde viven o virtualmente. Lo más novedoso es que los grupos armados tienen presencia virtual. También tenemos que ser realistas y darnos cuenta de que el contexto en el cual estos niños son reclutados. Muchas veces se caracterizan por una falta de oportunidades. Se trata de una infancia que vive en los márgenes, no tiene oportunidades y no hay presencia del Estado. Ven en los grupos armados la autoridad y, obviamente, influyen mucho en las decisiones que toman. Si no hay presencia del Estado, también quiere decir que no hay forma de poder ayudar a estos chicos en términos de educación y desde un punto de vista psicosocial.

Ernesto Granillo durante la entrevista en la sede de UNICEF en Madrid María Navarro Sorolla

P: Es una realidad que se repite en toda Latinoamérica y Centroamérica. Nos ha hablado de Colombia. ¿Qué pasa en países como México o Haití?

R: En términos legales podemos decir que en Colombia estamos hablando de conflicto armado interno, en el cual rige el Derecho Internacional Humanitario (DIH), mientras en otros contextos, como puede ser en México o Ecuador, estamos hablando más de bandas criminales. El DIH tiene un margen de violencia más aceptable. Mientras que en países como México se trata de una violencia mucho más controlada. Sin embargo, las consecuencias humanitarias, lastimosamente, son muy similares. El caso de Haití es muy interesante porque está en el marco de un conflicto armado, pero no es técnicamente un conflicto armado. Allí estamos asistiendo a violaciones muy graves, hablamos de reclutamiento y de uso de violencia sexual. En América del Sur se ejerce mucha violencia contra la infancia. 

P: En Asia hay dos contextos destacables: Filipinas y Afganistán. En de Filipinas ¿sería posible hablar de que se están dando pasos para erradicar esta lacra? 

R: Filipinas es un caso un poco más remoto, pero preocupante. Sí, hemos visto ciertos avances en esos términos, por lo menos de planes de acciones que han sido firmados por el gobierno para proteger a los niños. 

P: ¿Y como valora la situación en Afganistán? 

R: En Afganistán, a nivel de hostilidades, ha habido una disminución de violencia y se han reducido las violaciones graves contra los niños. Sigue siendo difícil ser un niño ahora igual que hace cinco años. Cuando estás excluyendo a todo un porcentaje de la población, el caso de las niñas de educación, es algo muy preocupante. Pero es correcto decir que hay menos probabilidad ahora de que sufran una explosión, un ataque aéreo o un enfrentamiento. 

P¿Y hay un reclutamiento por parte de los talibanes?

R:  Sí, y seguimos trabajando en Afganistán, mantenemos un diálogo con ellos. Obviamente, las Naciones Unidas siguen monitoreando y verificando casos de violaciones graves, incluyendo el reclutamiento y uso de niños y niñas.  

P: Sudán es un agujero informativo, resultando prácticamente imposible a la prensa internacional acceder e informar en el contexto de una guerra civil. Este oscurantismo ¿podría exacerbar el reclutamiento de menores? 

R: Los conflictos internos son sumamente difíciles en ese sentido. En el caso particular en Sudán, el acceso humanitario es muy complicado y es algo sumamente importante, no solo para dar asistencia y proveer de servicios de protección para los niños y niñas, sino también para monitorear y verificar las violaciones graves. Necesitamos acceder al terreno para que los colegas pueden hacer ese trabajo y para entender realmente la problemática. Sudán es un lugar muy difícil y trabajar allí es sumamente complicado.

Sudán es un lugar muy difícil y trabajar allí es sumamente complicado.

P: A colación del acceso a la ayuda humanitaria, el caso de Gaza y Cisjordania y el bloqueo de esa ayuda, sumado la escalada de violencia y un conflicto que se prolonga, ha demostrado tener consecuencias terribles para la infancia. ¿Considera que estos contextos favorecen el aumento en el reclutamiento de niños?

R: La problemática de los niños y niñas en Gaza, en Palestina en general y también en Israel es muy preocupante. Estamos hablando de una potencial generación perdida, por la simple razón de que ya van dos años en los que los menores no han tenido acceso a una educación formal. Además, las violaciones graves han aumentado y lo ha confirmado el Informe Anual del Secretario General. No hay suficiente asistencia, ni suficiente protección, ni servicios. Con el alto el fuego hay una luz al final del túnel. Por lo menos tenemos que tener cierto optimismo y seguir poniendo presión a las partes del conflicto para que mantengan el acuerdo al que han llegado y que mantengan las vías abiertas para la asistencia.

Cuaderno de anotaciones María Navarro Sorolla

P: ¿Hay casos de éxito? 

R: En mi último viaje a Colombia hace dos meses tuvimos la oportunidad de reunirnos con adolescentes que habían formado parte de los grupos armados y que ya estaban desmovilizados. Hay todo tipo de historias, unas muy tristes y complicadas, pero hay otras gratificantes. Dos jóvenes están en la universidad, otros están cursando Formación Profesional. Todos con muchas ganas, no solo de tener éxito en sus vidas, sino de ganar lo que perdieron durante los años de adolescencia. Hay definitivamente muchos casos de éxitos. En la ONU hemos hecho la cuenta y desde 2005 se han desmovilizado más de 170.000 niños y niñas adolescentes. 

P: Hemos hablado de niños. Las niñas, no suelen ser reclutadas para formar parte de estos grupos armados, pero sí que sufren otro tipo de violencia como la sexual. 

R: En algunos contextos, como en Colombia, hemos sabido que las niñas han sido reclutadas para formar parte de los grupos combate. Es una tasa menor en el caso de las niñas de reclutamiento en combate, pero sí existe. La violación más notable para las niñas es la violencia sexual. Obviamente, nos encontramos con muchas dificultades de monitorear y verificar por todo lo que está asociado con esa violación grave.