Un grupo de científicos internacionales ha propuesto una redefinición de la obesidad para actualizar un sistema de medición que lleva 150 años en uso. Los expertos, reunidos en la Comisión sobre Obesidad Clínica de The Lancet, argumentan que el Índice de Masa Corporal (IMC), una fórmula que calcula la relación entre peso y altura, ya no es suficiente para diagnosticar con precisión la obesidad ni para clasificarla como enfermedad. Según los especialistas, es necesario considerar factores adicionales, como el porcentaje de grasa corporal y los síntomas que lo acompañan.
Más de mil millones de personas en todo el mundo y un 15% de la población española padece obesidad. Hasta ahora, el IMC ha sido la herramienta estándar para determinar si una persona está por encima del umbral de obesidad, con un valor superior a 30. Sin embargo, numerosos expertos critican este índice por ser una medida imprecisa.
Nueva clasificación de la obesidad
José Manuel Fernández-Leal, jefe del Grupo de Investigación Biomédica de Girona, que forma parte de una comisión de expertos, destaca a TVE que "lo que realmente es obesidad es el aumento de la grasa corporal y cómo esta grasa impacta sobre la salud. No es suficiente el IMC porque es una medida grosera".
El nuevo enfoque introduce dos categorías diagnósticas. La obesidad clínica se refiere a una enfermedad crónica asociada con disfunción persistente de los órganos debido a la obesidad. Mientras, la obesidad preclínica es un estado en el que se observa un nivel variable de riesgo, pero sin síntomas evidentes de enfermedad. Aunque la obesidad preclínica aún está en debate, los expertos coinciden en la necesidad de prevenir complicaciones a largo plazo.
Tratamientos adecuados para prevenir complicaciones
El endocrinólogo y miembro de la Sociedad Española de Obesidad, Cristóbal Morales, expresa a TVE su preocupación sobre los riesgos de esta nueva clasificación. Teme que, con la categoría de obesidad preclínica, "las personas se relajen cuando realmente van a desarrollar las complicaciones de forma inexorable".
Una de las conclusiones clave de la comisión es la necesidad de desestigmatizar la obesidad y abordarla como una condición médica, sin culpa. La recomendación es que todas las personas con obesidad reciban atención personalizada basada en evidencia, con diferentes estrategias para los casos clínicos y preclínicos.