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Putin conmemora el décimo aniversario de la anexión unilateral de Crimea con un baño de masas en Moscú

RTVE.es/Agencias
4 min.

Este lunes se cumplen diez años de la anexión unilateral por parte de Rusia de la península ucraniana de Crimea, en el mar Negro. Las autoridades rusas marcarán esta fecha con un mitin-concierto en la Plaza Roja, con la presencia de Vladímir Putin, que acaba de garantizarse un quinto mandato en unas elecciones sin oposición.

La anexión de Crimea y la guerra civil en el Donbás (este de Ucrania) fueron el preámbulo de la invasión rusa de Ucrania.

Ante una multitud en la Plaza Roja, Putin ha proclamado el “regreso a la patria” de los territorios ucranianos cuya anexión reivindica Moscú. "El regreso a la patria resultó ser más difícil y trágica, pero lo logramos y es un gran acontecimiento en la historia de nuestro Estado", ha declarado.

Putin, que subió al escenario acompañado de los tres candidatos a los que se enfrentó en las elecciones presidenciales, ha felicitado a los rusos y, especialmente a los crimeos, por la efeméride de su anexión.

"Crimea no es sólo un importante territorio desde el punto de vista estratégico, no es solo nuestra historia, nuestra tradición... Es principalmente su gente: los crimeos y habitantes de Sebastopol. ¡Ellos son nuestro orgullo!", ha señalado.

Operación militar y referéndum

Crimea había pertenecido a Rusia tras su conquista al Imperio Otomano en el siglo XVIII. En 1954, cuando Ucrania formaba parte de la URSS, Nikita Jrushov le cedió el territorio. En 1991, la Ucrania independiente conservó las fronteras de la República Soviética, incluyendo Crimea, que sin embargo continuó siendo la sede de la flota rusa del mar Negro. 

Tras la llamada 'Revuelta del Maidán' de noviembre de 2013, que provocó el derrocamiento del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, considerado prorruso, las autoridades locales de Crimea convocaron un referéndum para independizarse de Ucrania.

Tropas rusas sin identificaciones en el uniforme (los "hombres de verde") se desplegaron en la península y bloquearon las guarniciones militares ucranianas. La agencia EFE fue testigo entonces de cómo soldados rusos fueron apostados en los principales centros estratégicos de Simferópol, capital regional.

Las fuerzas de seguridad rusas se encargaron de silenciar cualquier atisbo de disidencia, representada por la minoría tártara, que fue severamente reprimida. No obstante, no se produjeron incidentes violentos. 

El siguiente paso fue celebrar un referéndum en el que se optaba por mantener los lazos con Ucrania o la "reunificación" con Rusia: un 96,5 % de los crimeos (más del 80 % eran rusos étnicos) apoyaron formar parte de la Federación Rusa.

El 18 de marzo, Putin firmó en el Kremlin la anexión de la península. Aseguró entonces que Rusia no buscaba "dividir" Ucrania. 

Estados Unidos y la Unión Europea (UE) condenaron la anexión, que siguen sin reconocer, y aprobaron sanciones. En cambio, el 86 % de los rusos sigue apoyando la anexión, según una reciente encuesta.

Tras la invasión de Ucrania y el comienzo de la guerra, Rusia ha usado Crimea como base de abastecimiento para sus tropas en el frente sur, a la vez que sigue siendo la sede de la flota del mar Negro. Sin embargo, la península ha sido y continúa siendo atacada por las fuerzas ucranianas, tanto por aire como por mar, y mediante sabotajes. En octubre de 2022 se produjo uno de los ataques más espectaculares, que dañó el puente de Kerch, la vía que une la península con Rusia.

Denuncian violaciones de los derechos humanos 

Con motivo del aniversario, Amnistía Internacional (AI) ha denunciado que Rusia busca cambiar la composición étnica de Crimea y para ello reprime a las comunidades ucraniana y tártara que aún viven allí

"Rusia busca sistemáticamente erradicar la identidad ucraniana y tártaro-crimea, limitando e incluso prohibiendo el uso de estos idiomas en la educación, los medios, la celebraciones nacionales y otras esferas de la vida", ha declarado en un comunicado difundido por AI Patrick Thompson, investigador de la ONG.

Además, según AI, Rusia ha expulsado a la fuerza a la población autóctona y ha trasladado a ciudadanos rusos; persigue a las confesiones religiosas distintas a la ortodoxa rusa (como los musulmanes y los ortodoxos que siguen al partriarcado de Kiev) e impone su curriculum en las escuelas. 

AI ha pedido juzgar a todos los responsables de los crímenes cometidos durante esta década en la península.

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