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Abrir caminos ante el desastre: Open Arms y World Central Kitchen, unidos para alimentar a Gaza

  • Ambas ONG quieren abrir un corredor humanitario para el norte de la Franja

  • Un equipo de TVE acompaña a la expedición

VICENÇ SANCLEMENTE (enviado especial a Chipre)
4 min.

El barco de Open Arms está atracado en el Puerto de Lárnaca, en Chipre. Prepara su misión 109, una de las más complejas que ha organizado nunca, a la espera de que las autoridades chipriotas e israelíes la aprueben. Es algo muy distinto a las habituales. Se trata de abrir un corredor humanitario con alimentos desde Chipre hasta las costas de Gaza. Lo debe aprobar el COGAT, la división humanitaria del ejército israelí. Un equipo de TVE compuesto por Vicenç Sanclemente y María Teresa Combe les acompaña en la espera, con la intención grabar el inicio de ese corredor marítimo. La prensa internacional tiene prohibida la entrada a Gaza.

José Andrés, el director de World Central Kitchen, nos explica que hay una situación de emergencia humanitaria, sobre todo en el norte de Gaza. La frontera está cerrada allí. Los camiones que entran por el sur, por Ráfah, cruzan a cuentagotas y ya no llegan al norte, porque la gente desesperada les asalta. El norte de Gaza, nos alerta José Andrés, lleva 20 días sin recibir comida.

Tras sus contactos, se les pide ahora a Open Arms y World Central Kitchen que diseñen un plan, no solo para un viaje, sino para garantizar que el corredor humanitario quede establecido.  

Óscar Camps nos habla de crear una plataforma flotante cerca de las costas de Gaza donde podrían ir llegando otros muchos barcos y desde donde podrían distribuirse entre 800 y mil toneladas diarias de alimentos. Open Arms se encargaría de la logística y de atender a las tripulaciones. 

El buque Open Arms, preparado para llevar la comida a Gaza

Lo que le preocupa a Israel, antes de dar el visto bueno, es el desembarco. Desde la plataforma saldrían embarcaciones anfibias o lanchas con los palés.  El Puerto de Gaza está destrozado y no es seguro. Se buscarán zonas de playas... y allí se debe garantizar una arribada segura. 

Una vez en tierra, sería World Central Kitchen la encargada de organizar cocinas y distribuir la comida. Aunque no se conozca, ya están repartiendo en el sur más de 240.000 raciones diarias. 

Quijotes que abren caminos

La primera impresión es que Óscar Camps y José Andrés son dos Quijotes luchando contra los elementos, dos piedras en el zapato de administraciones, dos ingenuos. Pero les preceden experiencias anteriores de colaboración. Empezaron a trabajar juntos al comienzo de la guerra de Ucrania, de forma parecida: trasladando alimentos a través del Danubio y estableciendo grandes comedores. 

Fue la foto de Aylan Kurdi, ahogado en la playa de la isla de Cos, en Turquía, la que activó a Óscar Camps a fundar Open Arms, creando un sistema de salvamento de emigrantes del Mediterráneo. Ningún Estado reaccionó a la foto. 

La historia del protagonista de la foto que ha removido conciencias

Fue el terremoto de Haití del 2010 lo que provocó un antes y un después en la vida de José Andrés, montando una ONG de carácter mundial. Haití continúa siendo un país invisible. 

En esta competición desigual entre sociedad civil, ONG y Estados o Gobiernos y organizaciones internacionales, los segundos hacen dejación de su responsabilidad de organizar respuestas a crisis, a desastres, a los primeros. 

Es la impresión de lo que está ocurriendo en Lárnaca. Los ministros de Exteriores de Israel y Turquía se reunieron a finales de diciembre y acordaron la creación del corredor humanitario por mar, pero sin un reglamento, un plan práctico de actuación. Y aquí entran, Camps, Andrés… Les toca abrir camino, llamar la atención, o, —en castellano de calle—, tocar las narices para ello, y los Gobiernos les responden que monten un plan.

Unos piden comida y otros comen mirando el mar

La comunidad musulmana ha organizado una manifestación propalestina en el paseo marítimo de Lárnaca. Frente a la línea del mar, una cola inmensa de restaurantes. 

La comunidad musulmana de Lárnaka pide el fin de la guerra de Gaza

En el centro de la calle, hombres, mujeres y niños piden un alto el fuego. Algunos han nacido en Gaza, otros tenían propiedades o familia allí. Una muchacha nos explica que quizás han muerto más de cien de sus parientes. Un joven, que su padre está buscando donde cobijarse con la casa destrozada. Dos niños llevan carteles que dicen “no me dejes morir de hambre”, “quiero comer”. Cuando les explicamos la presencia del Open Arms aquí, todos están de acuerdo en que Lárnaca es el puerto ideal, a 370 kilómetros de Gaza, para enviar alimentos, y que es urgente.  

La manifestación despierta la curiosidad de los turistas. Desde las vidrieras de los restaurantes, señalan a los que están en la calle, les sorprende, se asoman. Algunos se levantan para tomar fotos con el móvil y vuelven a sentarse. La mayoría siguen comiendo con fruición entre sonrisas. ¡Aquí se come de maravilla! 

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