La sobrecarga laboral y los bajos salarios están detrás del plante de miles de médicos portugueses de la sanidad pública. Alrededor de 2.000 médicos han dicho que ya no van a hacer más horas extra que las que están obligados. Y eso se está dejando notar desde hace semanas en hospitales de todo el país, que tienen que hacer milagros para cuadrar sus plantillas. Varios han tenido que cerrar días enteros servicios como las urgencias.
La ley les obliga a hacer un máximo se 150 horas extra al año. Pero este límite se supera desde hace tiempo. Con la pandemia del coronavirus hubo cierta tregua, pero los médicos se han cansado. Algunos confiesan haber realizado más de 500 horas extra en un año. Hablan internistas, cirujanos en los periódicos portugueses. Ya no ven luz al fondo del túnel, no ven cambios a corto plazo.
Una semana sin urgencias pediátricas en el hospital de Chaves
Los primeros médicos en plantarse lo hicieron a finales de verano. El hospital de Chaves, en el centro del país que atiende a un censo de más de 100.000 pacientes, ha estado una semana sin urgencias pediátricas. Pero también ha habido problemas en grandes hospitales como el Santa María Lisboa, que es el centro de referencia de la capital lusa y su región.
La portavoz del movimiento Médicos en Lucha, Susana Costa, ha sido entrevistada en varias televisiones. Cuenta que colegas de varias especialidades han colgado la bata y no van a trabajar más horas extra. Y eso preocupa porque es difícil dejar de atender a la población, negarse a realizar una cirugía por falta de personal. Y está pasando, octubre está siendo un mes complicado, lamenta.
La mayoría de los médicos están en la sanidad privada por falta de incentivos, critican. El gobierno mantiene abierta la vía de diálogo, pero no hay avances. En la pandemia hubo tregua, pero la bola se está haciendo cada vez más grande. Antes del verano se anunció la contratación de 300 médicos cubanos como balón de oxígeno.
El problema, dicen los sindicatos, no es la falta de médicos, sino la falta de incentivos en la pública, sin estructura y sin reconocimiento de una carrera profesional que otra vez pasa de largo en los presupuestos que ha presentado el gobierno para 2024. Silvia Massano, del movimiento “la salud no espera” cree que los políticos sólo hablan, pero no resuelven nada. "¿Y a quién afecta?" Se pregunta. A nosotros, dice, a la población.