El expresidente catalán y líder de Junts, Carles Puigdemont, ha puesto este martes sobre la mesa sus condiciones para iniciar un proceso de negociación para la investidura de un candidato a la presidencia del Gobierno y que pasan por una ley de amnistía y el reconocimiento de la “legitimidad democrática” del independentismo. Ha dejado claro que no renuncia a la unilateralidad y ha advertido tanto a Alberto Núñez Feijóo (PP) como a Pedro Sánchez (PSOE): “O elecciones o pacto con nosotros”.
Puigdemont, ha comparecido en rueda de prensa desde el Parlamento Europeo, un día después de su reunión con la vicepresidenta segunda en funciones y líder de Sumar, Yolanda Díaz, para explicar las líneas de una posible negociación para la investidura de un candidato, teniendo en cuenta que ni Feijóo ni Sánchez tienen los apoyos parlamentarios suficientes.
“Estamos hablando de que, si hay acuerdo, tiene que ser un compromiso histórico como el que ningún régimen ni gobierno español ha sido capaz”, ha advertido. Pero ha añadido: “No le sorprenderá a nadie que diga que no existen las condiciones para llegar a este gran acuerdo”.
Las tres condiciones: reconocimiento, amnistía y mecanismo de garantías
Las tres condiciones que ha enumerado Puigdemont para empezar a negociar la investidura de un candidato (en todo momento se ha abierto tanto a Sánchez como a Feijóo sin mencionarles directamente) son reconocer la “legitimidad democrática” del independentismo, una ley de amnistía y la creación de un mecanismo de garantía para el cumplimiento de los acuerdos que se alcancen.
Respecto a la primera cuestión, ha advertido de que “no se puede negociar” con el independentismo cuando los servicios de inteligencia españoles lo consideran, ha dicho, “la segunda amenaza más importante tras el terrorismo yihadista” y se “espía, infiltra o fabrica montajes” contra el independentismo.
Por otro lado, cree que una ley de amnistía aprobada en el Congreso que abarque los hechos desde la consulta del 9N de 2014 es la única solución para que se abandone de forma “completa, definitiva y permanente” la “vía judicial contra el independentismo”, y ha aseverado que ni el 1-O, ni la declaración de independencia posterior y las manifestaciones independentistas contra la sentencia del Supremo fueron delito.
Precisamente, dentro del Gobierno de coalición Sumar se muestra dispuesto a buscar el “encaje constitucional” de una ley de amnistía para los líderes del ‘procés’, algo que en el PSOE nunca han asumido.
La tercera y última de las condiciones de Puigdemont es la creación de un “mecanismo de mediación y verificación con garantía de cumplimiento de los acuerdos”, porque cree que los dos grandes partidos españoles “no están en condiciones” de cumplir dada la “total falta de confianza entre las partes”: “Sería una irresponsabilidad emprender una negociación de futuro sin este mecanismo”.
Pide reconocer los "elementos del conflicto": "Cataluña es una nación"
El expresidente catalán, huido de la justicia española desde 2017, ha identificado dos "problemas" para alcanzar un pacto: el primero, la “incapacidad” de PP y PSOE de “resolver” problemas democráticos y, el segundo, que ambos han “arrinconado, menospreciado” a Junts y a lo que “representa”. Eso sí, ha asegurado que a su partido no le mueve “el ánimo de venganza personal o partidista” porque, de ser así, ha añadido, no hubiera pactado con los partidos la configuración de la Mesa del Congreso.
Por otra parte, ha llamado a los partidos a identificar los “elementos del conflicto” catalán para poder establecer las condiciones de una negociación. En primer lugar, se ha remontado a la sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 que recortó el Estatut salido del Parlament catalán, porque “sin esa sentencia no se puede entender nada”.
Otro elemento, ha proseguido, es la “criminalización” del referéndum del 1 de octubre de 2017, que a su juicio es “la respuesta legítima” del pueblo catalán “a todas las negativas” de las soluciones planteadas por los parlamentarios independentistas a los problemas sobre Cataluña. También, la "criminalización" de la consulta de 2014, el Pacto Fiscal o los cambios de sede empresariales que a su juicio fue incentivado por un decreto que "sigue vigente". Y "la aplicación salvaje del 155 para intervenir el autogobierno".
Pero por encima de todo, ha afirmado que el “hecho más relevante” que explica el conflicto es que “Cataluña es una nación, una vieja nación europea”, y cree que no existe el camino alternativo a la independencia. Con todo, ha animado a los partidos españoles a “desmentirlo” con la vía de los “hechos” y no de las “promesas”.
Junts "no ha renunciado ni renunciará a la unilateralidad"
El expresidente catalán ha afirmado que “ninguna" de las condiciones planteadas es "contraria a la Constitución” ni a ningún tratado europeo, y ha advertido de que solo hace falta “voluntad política” para sentar las bases de un acuerdo, y ha advertido de nuevo de que su intención no es solo llegar a un pacto "para sacar adelante la legislatura".
"No existe una receta autonómica para resolver los problemas de Cataluña. Lo determinante es el reconocimiento nacional de Cataluña y por tanto, su derecho a la autodeterminación", ha resumido.
"Ahora mismo, nada hace pensar que la necesidad de apoyo parlamentario sea suficiente para hacer un cambio histórico y que las viejas naciones sean reconocidas", ha considerado Puigdemont, que ha recalcado que si ese cambio no se produjo "con más de 2,3 millones de personas votando en el referéndum del 1-O" ni "millones de personas manifestándose cada año en las calles" no va a producirse ahora "simplemente porque (PP o PSOE) necesiten siete diputados"." O sí? ¿O realmente pueden hacer de la necesidad virtud?", se ha preguntado.
Con todo, cree que España tiene hoy "un sistema de resolución complejo" del conflicto, porque o se repiten elecciones, con el "riesgo" de que haya nuevos equilibrios políticos "frágiles", o pactan con un partido que "mantiene su legitimidad" y que "no ha renunciado ni renunciará a la unilateralidad como recurso legítimo".
ERC ve "lógico" lo planteado por Puigdemont y la amnistía como "línea roja"
ERC ve "lógico" el marco de condiciones planteado por Puigdemont para negociar. Su portavoz en las negociaciones para la investidura, Teresa Jordá, ha asegurado que la amnistía es "una línea roja" a conseguir "antes de que acabe el plazo" para la investidura, y ha remitido además a "seguir avanzando" en la mesa de diálogo para la celebración de un referéndum.
"La aritmética parlamentaria nos ha dado una oportunidad histórica para avanzar hacia la amnistía y la autodeterminación", ha proseguido, y ha añadido: "Nada de lo que ha pasado por el hecho de que los ciudadanos de Cataluña votasen el 1 de octubre tenía que haber pasado",.
Por último, el diputado de la CUP en el Parlament de Cataluña Carles Riera ha avisado de que su partido solo puede "imaginar y concebir" un diálogo con el Estado español si se incluye "de forma explícita, inseparable y efectiva tanto la amnistía como la autodeterminación".