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Los caminos de la contraofensiva ucraniana: prioridad a la vía Zaporiyia-mar de Azov y posibles ataques en otros frentes

  • La opción más útil para Kiev es avanzar desde Zaporiyia hacia el mar de Azov

  • Otras posibles líneas de ataque son Lugansk, Donetsk y Jersón

  • Guerra Ucrania - Rusia, sigue la última hora del conflicto en directo

MIGUEL CHARTE
7 min.

Hace una semana, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aseguró que sus fuerzas ya estaban listas para iniciar la anunciada y esperada contraofensiva en el este del país, con el objetivo de recuperar de manos rusas todo el territorio que puedan.

Entre el jueves y el viernes, las tropas ucranianas han intensificado sus ataques desde el oeste de la región de Zaporiyia hacia el sur, la vía más útil (pero también la más previsible) para intentar un avance, según los analistas militares consultados por RTVE.es.

Los ucranianos han usado los tanques y la artillería facilitados por Occidente (Moscú asegura haber destruido una veintena de carros), pero puede tratarse solo de operaciones localizadas para probar las defensas rusas y elegir el punto más débil en sus líneas. Fuentes militares han asegurado a NBC, Financial Times y The New York Times, entre otros medios, que la ofensiva había comenzado, mientras Kiev guarda silencio.

En todo caso, los expertos con los que hemos hablado no descartan que haya ataques simultáneos en más de un sector del frente y en diferentes direcciones si Ucrania dispone de fuerzas suficientes.


Desde Zaporiyia hacia el mar de Azov

El contrataque más lógico y útil, y por el que parece que está apostando Kiev, es el que permitiría partir en dos el cinturón de territorios que Rusia controla en el sur y sureste de Ucrania. Eso interrumpiría el corredor terrestre establecido por los rusos entre la península de Crimea y la frontera rusa.

Además de cortar esa conexión, las tropas rusas que defienden el oeste de Zaporiyia y Jersón quedarían desconectadas de sus bases en Rusia, y probablemente tendrían que retirarse a Crimea.

Esta es también la vía de ataque más obvia, y por ello la más esperada por Rusia, que ya a comienzos de mayo comenzó a evacuar poblaciones, y que durante meses ha construido defensas con tres niveles (alambradas, obstáculos de cemento y trincheras).


No hay que perder de vista, además, que la mayor central nuclear de Europa, actualmente en manos rusas, se encuentra en el camino.

"Esta es la dirección más fácil", explica Enrique Ayala, general de brigada retirado y analista de la Fundación Alternativas. "Los ucranianos ya están en la margen izquierda del Dniéper y hay un camino relativamente despejado desde el punto de vista geográfico y orográfico", abunda.

Juan Rodríguez Garat, analista militar y almirante retirado de la Flota, considera que Ucrania ya ha optado por esta vía, porque es la que tiene "más sentido". "Ya han empleado fuerzas de tipo brigada, sobre todo en la parte occidental de Zaporiyia. Eso ya es algo más que un reconocimiento en fuerza, como ha habido en otros sitios", subraya.

José Manuel Sanjurjo, vicealmirante retirado y miembro de la Real Academia de Ingeniería, también cree que el ataque ucraniano ha empezado, pero advierte que solo cabe esperar una ofensiva "reducida". "Lo lógico es que sea por Zaporiyia, no hay otra alternativa".

Si consiguen romper el frente ruso, las tropas ucranianas tendrán que avanzar a través de una de estas dos líneas: en dirección a Mariupol, para tratar de llegar lo antes posible al mar de Azov; o hacia Melitopol, y desde allí girar hacia el río Dniéper. Melitopol y Berdiansk han sido escenario de bombardeos y sabotajes en las últimas semanas.

"Si tienen éxito - añade el vicealmirante Sanjurjo- quedarían en mejor situación para después ir ensanchando ese territorio, y sentarse en una mesa de negociación con una situación lo más parecida a cuando empezó la invasión".


El frente de Donetsk

El frente de Donetsk ha visto fuertes combates en los últimos días, en torno a Vuhledar, Avdiivka y los alrededores de Bajmut. La viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar, ha asegurado este viernes que los rusos concentran sus esfuerzos aquí y que la situación es "tensa".

Rodríguez Garat cree que Ucrania solo intenta "retener fuerzas rusas, sin pretender penetrar" a través de Donetsk. "Una ofensiva en Bajmut o alrededores, o en Marinka o Avdiivka, sería una pérdida de tiempo y muy costosa en vidas", zanja.

Sanjurjo considera que "ningún avance en el Donbás [el área formada por Donetsk y Lugansk] tiene lógica alguna". "Los rusos llevan un año fortificando con líneas antitanque", recuerda, y además se trata de un terreno llano. "Sin superioridad aérea, sería una catástrofe", avisa.




El norte de Lugansk

En Lugansk, los contendientes ya se enfrentan en las línea que van de Svátove a Kreminna, de momento sin cambios.

Enrique Ayala recuerda que la ofensiva ucraniana de septiembre, que supuso un giro en la guerra, liberó Járkov y llegó hasta el norte de Lugansk. Los ucranianos podrían ahora intentar continuar con ese avance hacia Lysychansk y recuperar más localidades, e incluso tomar la capital regional.

Rodríguez Garat considera que también aquí, como en Donetsk, la mejor alternativa para los ucranianos es limitarse a obligar a Rusia a emplear tropas. Un avance terminaría, en el mejor de los casos, en la frontera rusa, donde los ucranianos no podrían crear una zona de seguridad.


Desde Jersón, cruzando el Dniéper

La última vía que se le ofrece a Ucrania no es solo difícil, sino prácticamente imposible. Se trata de cruzar el río Dniéper, que en algunos puntos tiene más de un kilómetro de ancho, en algún punto al sur de la ciudad de Jersón, y pasar a la orilla oriental, donde esperan los rusos.

Nuestra compañera Ana Martín Plaza ya explicó en este reportaje el reto militar que siempre supone cruzar los cursos de agua. En este caso, la dificultad se ha agravado con la rotura de la presa de Nova Kajovka y la inundación de amplias zonas en ambas orillas.

"Es imposible y más ahora", ratifica José Manuel Sanjurjo. "Cruzar un ejército, una fuerza considerable, es casi una operación anfibia, y tiene un riesgo enorme".

"El Dniéper no se puede cruzar si hay oposición", coincide Rodríguez Garat.

Ambos recuerdan que, durante la Segunda Guerra Mundial, el Ejército Rojo cruzó el Dniéper para echar a los nazis, pero con un coste de cientos de miles de vidas, que ninguno de los contendientes se puede permitir hoy.

Ayala cree que solo son posibles "pequeñas operaciones anfibias de distracción" para, de nuevo, obligar a los rusos a fijar fuerzas y que no puedan reforzar otras zonas.

¿Gran operación ofensiva o batallas aisladas? 

Expertos, analistas y medios de comunicación internacionales no se ponen de acuerdo sobre si la gran contraofensiva ucraniana ha empezado ya; si estamos todavía ante los preliminares; o si en lugar de una única gran operación debemos esperar esfuerzos ofensivos limitados en varios frentes. La propaganda, la información poco fiable, el secreto y la imposibilidad de verificar de manera objetiva lo que ocurre impiden saber qué está pasando en realidad. 

"En el nivel operativo, podemos decir qué sería lo sensato hacer - ilustra Rodríguez Garat - Pero luego hay un tercer nivel que es el táctico, donde ves la cara del enemigo enfrente y decides qué batallas puedes ganar. Desde aquí no podemos saber dónde no se espera el ataque el enemigo, o dónde es más débil. Eso solo lo saben Zelenski y su gente, y quizá algún servicio de inteligencia Occidental".

"No hay un día D y una hora H, en el que se pueda decir que se ha empezado, todo es mucho más fluido", advierte por su parte Enrique Ayala. 

El analista de la Fundación Alternativas cree que el gobierno ucraniano está obligado a intentarlo, porque "para eso se le han entregado los carros de combate, y además necesitan recuperar territorio para seguir contando con el apoyo de Occidente".

Por el contrario, José Manuel Sanjurjo está convencido de que no habrá una "gran contraofensiva, como en la Segunda Guerra Mundial"porque "ninguno de los dos bandos está en condiciones de armarla". "No me parece lógico, pero en las guerras casi nada es lógico", añade.

Sanjurjo espera batallas aisladas y señala las dos principales carencias de Ucrania en este momento: la falta de aviones, lo que le impide buscar la superioridad aérea; y la necesidad de mantener las defensas antiaéreas en las ciudades para protegerlas ante los bombardeos rusos.

En cualquier caso, la opinión general es que la contraofensiva ucraniana puede obtener éxitos parciales, pero en ningún caso será el final de la guerra. 

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