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Berlín y el recordatorio para Ucrania de vivir en una ciudad poblada por las bombas de la guerra

  • En los últimos tres años se han encontrado 75 bombas en la capital de Alemania, una cada 15 días

  • Desde 1949, se han desactivado 1.272 artefactos explosivos y se calcula que aún quedan 4.600 bajo tierra

RAQUEL GONZÁLEZ (Corresponsal de TVE en Berlín)
3 min.

"Cuando veo el armamento que están usando en Ucrania, pienso en todo lo que va a quedar y el desgaste enorme que va a suponer limpiar esa tierra". Quien se fija en este aspecto cuando ve las noticias por televisión es Dietmar Püpke, el jefe de los artificieros de la policía de Berlín. Es deformación profesional. Pocos mejor que él saben que los restos de una guerra, los materiales, tardan décadas en desaparecer.

Püpke es el hombre al que llaman cada vez que aparece una bomba de la Segunda Guerra Mundial bajo el suelo de la capital de Alemania. Y, sorprendentemente, esto ocurre mucho más a menudo de lo que podríamos imaginar.

En los últimos tres años, han aparecido 75 bombas, eso es una cada quince días de media. En Berlín ya no es novedad. No hay un plan policial para buscarlas, pero aparecen con las excavaciones de las obras y, cuando alguien las descubre, sigue el protocolo, sin aspavientos.

"Los especialistas nos acercamos para ver si es bomba o no. Se abre una zona de seguridad de entre 500 metros de radio a un kilómetro, dependiendo del tipo de artefacto y de su estado, sobre todo nos fijamos en el detonador", explica.

Miles de bombas pueblan el subsuelo de Berlín

Si está muy deteriorada, se detona de forma controlada allí donde aparece, pero no es lo habitual. La mayoría las trasladan a su cuartel, en el retirado bosque de Grunewald, al oeste de la ciudad. Es allí donde nos recibe el inspector. En un pequeño despacho que preside un enorme mapa de Berlín lleno de chinchetas. Una por cada bomba encontrada: las hay rojas, negras, naranjas... El color depende, cuenta, "del peso del proyectil. Las chinchetas rojas grandes representan los de más de 2000 kilos".

Desde 1949, se han desactivado 1.272 bombas. Y calculan que aún quedan unas 4.600 bajo tierra. Son muchas como para no preguntar si se puede caminar seguro por Berlín.

"Hasta ahora no ha habido ninguna detonación automática. Las bombas están exactamente en el mismo lugar donde cayeron. Y por sí solas no se detonan, así que los berlineses pueden estar completamente seguros", aclara Püpke, que añade: "Las bombas son solo una parte de nuestro trabajo. Hemos encontrado 52 toneladas de armamento militar y nada ha explotado de forma espontánea".

En la Segunda Guerra Mundial los aliados atacaron intensamente Berlín, era su principal objetivo. Lo bombardearon más de 378 vece, recuerda el inspector. "Las bombas que no explotaron son las que siguen apareciendo décadas después. Las hay de cuatro nacionalidades: americanas, británicas y rusas. Pero también se usaron proyectiles de fabricación alemana para destruir Alemania. Esto es una peculiaridad de Berlín. "Son los que incautó el Ejército Rojo a la aviación de Hitler y que usó después contra ellos".

Pasear por Berlín es pisar tierra quemada y reconstruida después. Pero ahí siguen, casi 80 años después, dormidas. Las bombas de la Segunda Guerra Mundial que de vez en cuando sacan la cabeza para recordarnos que la guerra no se deja atrás así como así.

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