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Hallados cerca del Mar Negro los restos de los primeros jinetes de la historia

  • Un estudio arqueológico revela que los yamnayas ya practicaban la equitación hace entre 4.500 y 5.000 años

  • Este pueblo procedía de las estepas euroasiáticas y se dedicaba al pastoreo nómada

RTVE.es / EUROPA PRESS
4 min.

Un equipo arqueológico internacional ha hallado pruebas de la práctica de la equitación en los restos humanos descubiertos en túmulos funerarios llamados kurganes, usados por pueblos de las estepas euroasiáticas hace entre 4.500 y 5.000 años. Las tumbas pertenecían a los yamnayas, que emigraron desde las estepas póntico-caspias para encontrar pastos más verdes en los actuales países de Rumanía, Bulgaria, Hungría y Serbia.

Los yamnayas eran pastores nómadas de ganado vacuno y ovino, y se cree ahora que también montaban a caballo, por lo que habrían sido los primeros jinetes de la historia. "La equitación parece haber evolucionado poco después de la supuesta domesticación de los caballos en las estepas de Eurasia occidental durante el cuarto milenio a.C. Ya era bastante común entre los miembros de la cultura Yamnaya entre el 3000 y el 2500 a.C.", afirma en un comunicado Volker Heyd, catedrático de Arqueología de la Universidad de Helsinki y miembro del equipo que ha realizado el descubrimiento.

Estas regiones al oeste del Mar Negro constituyen una zona de contacto en la que grupos móviles de pastores de la cultura Yamnaya se encontraron por primera vez con las comunidades de agricultores de larga tradición del Neolítico Tardío y el Calcolítico. Durante décadas, la expansión de los pueblos esteparios hacia el sureste de Europa, a principios de la Edad del Bronce, se explicó como una invasión violenta.

Con la llegada de la investigación del ADN antiguo, las diferencias entre estos emigrantes del este y los miembros de las sociedades locales se hicieron aún más pronunciadas. "Nuestras investigaciones empiezan ahora a ofrecer una imagen más matizada de sus interacciones. Por ejemplo, los hallazgos de violencia física que se esperaban son prácticamente inexistentes en el registro esquelético hasta ahora. También empezamos a comprender los complejos procesos de intercambio en cultura material y costumbres funerarias entre recién llegados y autóctonos en los 200 años posteriores a su primer contacto", explica Bianca Preda-Balanica, investigadora de la Universidad de Helsinki.

La equitación supone un momento crucial en la historia de la humanidad. El uso de animales para el transporte, en particular el caballo, marcó un punto de inflexión, ya que el considerable aumento de la movilidad y la distancia recorrida tuvo profundos efectos en el uso de la tierra, el comercio y la guerra. Por este motivo, la investigación actual se ha centrado sobre todo en los propios caballos.

Indicadores de actividad ecuestre

Ante la posible ausencia de restos materiales que pudieran reforzar la evidencia de esta equitación primitiva, ya que montar a caballo es posible sin equipamiento especializado, los arqueólogos decidieron utilizar un conjunto de seis criterios diagnósticos establecidos como indicadores de la actividad ecuestre (el llamado "síndrome de la equitación"): puntos de fijación de los músculos en la pelvis y el fémur, cambios en la forma de las cavidades de la cadera, marcas de impronta causadas por la presión del borde acetabular sobre el cuello del fémur, diámetro y forma del eje del fémur, degeneración vertebral causada por impactos verticales repetidos, y traumatismos que normalmente pueden ser causados por caídas, patadas o mordeduras de caballos.

"Estudiamos más de 217 esqueletos procedentes de 39 yacimientos, de los cuales unos 150 hallados en los túmulos pertenecen a los yamnayas. Diagnosticar patrones de actividad en esqueletos humanos no es unívoco. No hay rasgos singulares que indiquen una determinada ocupación o comportamiento. Sólo en su combinación, como un síndrome, los síntomas aportan datos fiables para comprender las actividades habituales del pasado", explica Martin Trautmann, bioantropólogo en Helsinki y autor principal del estudio publicado en Science Advances.

Para aumentar la fiabilidad del diagnóstico, el equipo también utilizó un método de filtrado más estricto y desarrolló un sistema de puntuación que tiene en cuenta el valor diagnóstico, el carácter distintivo y la fiabilidad de cada síntoma. En total, de los 156 individuos adultos de la muestra total, al menos 24 (15,4%) pueden clasificarse como "posibles jinetes", mientras que cinco Yamnaya y dos posteriores, así como dos individuos posiblemente anteriores, se califican como "jinetes altamente probables".

"La prevalencia bastante alta de estos rasgos en el registro de esqueletos, especialmente con respecto a la limitada completitud general, muestra que estas personas montaban a caballo con regularidad", afirma Trautmann.

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