La "degradación" de la sanidad pública valenciana y el "déficit" de facultativos son algunas de las razones por las que el sindicato médico de la Comunitat Valenciana (CESM-CV) ha decidido convocar tres días de huelga (6 de marzo, 3 de abril y 8 de mayo) para visibilizar su malestar y forzar a la Conselleria de Sanidad a aceptar sus reivindicaciones.
Tres meses después del primer preaviso de huelga, y tras mantener seis encuentros en los que Sanidad ha presentado varias propuestas que han sido calificadas por el sindicato como "muy genéricas", "parciales", "inaceptables" o que demuestran el "desprecio" hacia el colectivo de médicos, ambas partes se han acusado mutuamente de haber roto las negociaciones y la protesta sigue en pie.
Aunque inicialmente se convocó la huelga para el 17 y 18 de enero, la "sobrecarga asistencial" por infecciones respiratorias y su deseo de no "contribuir al caos" llevó al sindicato a aplazar la protesta. Están llamados a la huelga el personal facultativo con nombramiento estatutario (algo más de 15.400 según datos de la Conselleria de Sanidad) o contrato laboral, en los centros de trabajo de Atención Primaria y Hospitalaria, así como en el Servicio de Emergencias Sanitarias-SAMU y personal facultativo laboral en formación (MIR, FIR, BIR, PIR y QIR).
La convocatoria del sindicato, al que están afiliados alrededor de 7.000 médicos, abarca todos los sectores públicos sanitarios dependientes de la Generalitat Valenciana, así como en los Consorcios del Hospital General Universitario de Valencia, y el Hospital Provincial de Castellón.
Primera jornada de huelga
CESM-CV ha denunciado servicios mínimos "abusivos" en la primera de tres jornadas de huelga en la que, bajo el lema "Sobran razones", exige una "atención médica de calidad" y quiere visibilizar el malestar del colectivo médico con la Consellería de Sanidad por no atender sus reivindicaciones.
La protesta, que no ha sido secundada por el resto de sindicatos presentes en la mesa sectorial de Sanidad (UGT, CCOO, CSIF, SATSE e Intersindical Valenciana), sí que cuenta con el apoyo de los Colegios de Médicos de las tres provincias y de Asociaciones y Sociedades de médicos de Atención Primaria, pediatras o residentes, entre otros.
La huelga se produce tres meses después del primer preaviso de huelga (30 de noviembre), y tras mantener seis encuentros con la Conselleria de Sanidad, que ha presentado al sindicato varias propuestas que ha rechazado tras calificarlas de "inaceptables" y que demuestran el "desprecio" hacia el colectivo.
"70%" de seguimiento, frente a "7,4%"
CESM-CV ha destacado el "enorme seguimiento e impacto, del 70%", de la primera jornada de huelga, que la Conselleria de Sanidad ha cifrado en el 7,4% y ha asegurado que está transcurriendo "con normalidad" y con un "mínimo impacto asistencial" en el sistema sanitario público.
Desde el sindicato han aclarado que una jornada de huelga aislada "no se hace con el objeto de bloquear la sanidad", aunque afirma que se ha dado una "aplicación abusiva de los servicios mínimos a los que recurre sistemáticamente la Administración ya de por si son suficientes para minimizar su impacto".
Según denuncia CESM-CV, la Conselleria "se ha dedicado a designar para servicios mínimos a los miembros del sindicato convocante o la instrucción dada por algunos gerentes a los trabajadores para que acudan a las 8:00 a sus puestos a manifestar si están de huelga o no, una prueba más del miedo que les da que se reflejen sus vergüenzas".
Recuerdan que el motivo de la huelga "es visualizar por qué nuestra sanidad está colapsada y en decadencia, cuáles son sus causas y quién es el único responsable de ello". "A pesar de todas estas tretas, con las que siempre contamos, el seguimiento está siendo excepcionalmente alto, especialmente en el ámbito de atención primaria, con más de un 70% de compañeros que han secundado el paro, pese al recuento fraudulento y tramposo de la Conselleria, que obvia a los compañeros que ha obligado a permanecer en sus puestos de trabajo", afirma el sindicato.
Principales reivindicaciones
Aunque en un principio el sindicato presentó un listado de 46 reivindicaciones, en las distintas reuniones que han mantenido se han centrado en una quincena, concretamente en aspectos como poner un tope de número de pacientes en la consultas de atención primaria o incluir mejoras retributivas en las horas de guardia y a miembros de los servicios de difícil cobertura.
En el caso del número de pacientes, desde el CESM-CV explican que Sanidad les ha dado una cifra pero haciendo una media usando las áreas rurales y urbanas, y mientras hay departamentos como Alcoy donde un médico tiene entre 1.700 y 1.800 pacientes, en consultorios como el de Quatretondeta (Alicante) la media es de 120 pacientes. "No queremos medias, queremos que ningún médico tenga más de 1.500 tarjetas asignadas y no ver más de 35 pacientes al día".
Respecto a las guardias, el sindicato afirma que Sanidad les ha ofrecido como mejoras económicas "un euro y medio bruto de subida por hora de guardia. Si eso no es insultarnos, que venga Dios y lo vea, es para salir corriendo", y también critican que les hayan negado la posibilidad de que los médicos de más de 55 años dejen de hacer guardias de 24 horas.
Asimismo, reclaman que un médico de familia no se vea obligado a desplazarse con sus medios para atender a un paciente a 10 o 15 kilómetros de su consulta, en ocasiones a altas horas de la madrugada y solo, "sin importarles su seguridad o si tiene vehículo propio o simplemente carnet de conducir".
Otra de sus peticiones es que a los médicos del SAMU, que tiene turnos de 24 horas, se les abone la dieta como se hace con otros colectivos, así como el compromiso de que todas las unidades de SAMU dispongan de facultativo en todas sus actuaciones.