Estudiantes de universidad afganos han abandonado las aulas y han iniciado pequeñas protestas este miércoles como muestra de solidaridad con las jóvenes afganas, expulsadas de las instituciones educativas superiores por los talibanes.
En la universidad de Nangarhar, al este de Afganistán, las ya exestudiantes también se han atrevido a protestar, junto con algunos de sus compañeros, al grito de "o todos o ninguno". Aseguran que no hay nada en el Islam que haga que se pueda prohibir la educación a las mujeres.
Las jóvenes se han despedido este miércoles de su futuro académico tras el anuncio del Ministerio de Educación Superior de Afganistán de que no permitiría su acceso a las universidades del país, tanto públicas como privadas, con efecto inmediato y "hasta nuevo aviso".
En febrero terminó el proceso de reapertura de universidades, después de la imposición de una segregación por sexos en las aulas. Sin embargo, este miércoles, al llegar a sus centros educativos habituales, guardias talibanes han impedido la entrada de las estudiantes, quedando libre las plazas reservadas para ellas.
"Hemos ido a la universidad, los talibanes estaban en la puerta y nos han dicho 'no se os permite entrar en la universidad hasta nuevo aviso'. Todo el mundo lloraba", ha declarado a Reuters una joven que intentaba acceder a una universidad privada en Kabul.
Guardias afganos situados a las puertas de una universidad privada en Kabul impiden la entrada de mujeres estudiantes al centro educativo KOHSAR / AFP
Las mujeres afganas pierden sus derechos
Un año y medio después de la vuelta de los talibanes al poder, el país empieza a parecerse cada vez más a su primer régimen, cuando las mujeres fueron prácticamente recluidas en sus hogares. Durante estos meses se ha impuesto un sistema rígido de la Sharía islámica, uno de los principales objetivos del grupo.
El gobierno talibán ya prohibió hace un año la educación secundaria para las niñas, con la excusa de adaptar la educación a la ley islámica. Sin embargo, pese a las promesas de reapertura de los fundamentalistas, el régimen mantiene el cierre de los centros.
Desde agosto, las autoridades han impedido que las alumnas de curso superior a sexto se reincorporen a clase, algo que sí han autorizado a los alumnos.
El ministro para Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, Mohamad Jalid Hanafi, defendió que el gobierno está comprometido a defender los derechos de las mujeres "definidos por el islam" y ha rechazado la interpretación dada "por la comunidad internacional" a estos derechos fundamentales.
Condena internacional a la decisión de los talibanes
El anuncio del Gobierno talibán ha despertado la indignación de distintos líderes y organizaciones internacionales. La ONU ha alertado de que este nuevo veto a las mujeres va a tener un efecto devastador en el futuro del país. Ha subrayado que se trata de un movimiento "muy inquietante" que supone "otra promesa rota" por las autoridades talibanes.
"Es otra medida muy preocupante y es difícil imaginar cómo puede desarrollarse el país, hacer frente a todos los retos que tiene, sin la participación activa de las mujeres y su educación", ha declarado el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha dicho estar "profundamente consternado" por el anuncio de los talibanes y ha afirmado que las mujeres afganas y el país "merecen algo mejor". "Los talibanes acaban de retroceder definitivamente en su objetivo de ser aceptados por la comunidad internacional", ha declarado.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, ha calificado la acción como un "grave retroceso" y ha afirmado que "como padre de hijas" no puede imaginar un mundo "en el que se les niegue la educación" y ha garantizado que se juzgará a los talibanes por sus decisiones.
La ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, también ha condenado la medida que, dice, destruye el futuro de las mujeres y niñas afganas y, por tanto, el futuro del país. "Los talibanes tratan de hacer invisibles a las mujeres, pero no tendrán éxito", ha dicho.
Desde Amnisitía Internacional hablan de "odio" y de otra vía de violencia "para mantener y y preservar el poder de los hombres sobre las mujeres" y "mantener a las mujeres en un pequeño espacio sin aire".