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El Banco de España aleja el riesgo de recesión pero baja el crecimiento al 1,3% en 2023 y sitúa la inflación en el 4,9%

  • Mejora en una décima la proyección del PIB para este año y rebaja un 0,1% la del próximo

  • El supervisor augura una inflación del 8,4% en 2022, que se moderará gradualmente en los siguientes años

RTVE.es
4 min.

El Banco de España prevé que la economía pise el freno en 2023, algo más de lo esperado en su anterior estimación, pero aleja el riesgo de recesión. En concreto, el supervisor ha recortado una décima su previsión de crecimiento para el próximo año, hasta el 1,3%, y otras dos décimas para el siguiente, hasta el 2,7%.

Una de las principales causas sigue siendo la inflación, que pese a que se moderará en los próximos meses, se situará en niveles aún muy elevados: cerrará en el 4,9 % en 2023 (-0,7%), para moderarse gradualmente hasta el 3,6% en 2024 (1,7%).

En su último informe de proyecciones macroeconómicas, el Banco de España mantiene la prudencia ante la "elevada incertidumbre" por desarrollo de la guerra en Ucrania, si bien prevé que la economía española se incremente en el último trimestre un 0,1% y termine el año en el 4,6%, una décima más de lo previsto en su anterior estimación, como consecuencia "de un avance más intenso para la segunda mitad del año", afirma.

La situación, sin embargo, empeorará en la primera mitad de 2023, influida en gran parte por el contexto exterior. No obstante, "a partir del segundo trimestre del año próximo, el crecimiento económico recuperaría vigor de manera paulatina, a medida que, entre otros factores, mejoren las rentas reales de los agentes, se recuperen los mercados exteriores y se desplieguen los proyectos de inversión vinculados con el programa Next Generation EU", apunta el supervisor. Y ya en 2024 crecerá gradualmente, aunque menos de lo esperando inicialmente debido a que se retirarán parte de las ayudas puestas en marcha por el Gobierno.

De esta forma, el supervisor coincide con el Gobierno en que la economía terminará el año mejor de lo previsto, si bien no cree que el PIB español alcance el objetivo de crecimiento del 2,1% dibujado por el Ejecutivo durante la presentación de los Presupuestos para 2023.

Las proyecciones del organismo que dirige Pablo Hernández de Cos, en cambio, sí se sitúan en línea con las de otros organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que rebajó las previsiones de crecimiento para 2023 hasta el 1,5%. También la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) se muestra pesimista con las estimaciones del Ejecutivo y aboga por ese mismo empuje de la economía para el próximo año.

Estima que la inflación cerrará en el 4,9% en 2023

Por otra parte, se revisa a la baja el ritmo de avance de los precios en 2022 y 2023, pero al alza en 2024, respecto a lo proyectado en octubre. En particular, se espera una inflación media en 2022 del 8,4%, que se moderará a lo largo del horizonte de proyección hasta el 4,9%, el 3,6% y el 1,8% en 2023, 2024 y 2025, respectivamente.

"En 2022 la revisión se debe principalmente a las sorpresas a la baja recientes, mientras que las revisiones para 2023 y 2024 se explican, fundamentalmente, por el supuesto relativo a la extensión de una parte de las medidas para reducir el impacto de la crisis energética a lo largo de 2023 y su posterior retirada en 2024", apunta el Banco de España.

Según señala en el informe, los riesgos a corto plazo en torno a las proyecciones de crecimiento "están orientados fundamentalmente a la baja, mientras que, en el caso de las proyecciones de inflación, predominan los riesgos al alza". "Hacia el final del horizonte temporal considerado, los riesgos se encuentran, en términos generales, equilibrados", recalca.

Cuarto trimestre al ralentí

El Banco de España estima que el PIB ha crecido un 0,1% de octubre a diciembre, en línea con el 0,2% registrado en el tercer trimestre, soportada por el continuado buen comportamiento del mercado laboral y por el impulso fiscal desplegado en los últimos meses.

Sin embargo, se trata de un "modesto avance" que se explica por la debilidad del consumo de los hogares, que han perdido poder de compra por el acusado repunte de los precios y de los tipos de interés. La facturación de las empresas se habría mantenido estable, aunque "con una notable heterogeneidad sectorial", mientras que los indicadores de confianza han mejorado.

Destaca también el descenso sustancial de la inflación desde el verano, sin que se hayan observado efectos de segunda ronda, dado que los salarios siguen "relativamente" contenidos, mientras que los márgenes empresariales se mantienen estables, aunque con "una notable heterogeneidad entre sectores y empresas".

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