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Dolores Redondo: "La investigación policial en los 80 era muy machista, las víctimas nunca contaban"

  • Redondo presenta Esperando el diluvio, un thriller en Bilbao basado en hechos reales

  • El asesino John Biblia mató a decenas de mujeres, pero nunca fue capturado

ANA BELÉN GARCÍA FLORES
4 min.

Dolores Redondo se define como una “escritora de tormentas” y aporta dos causas de peso: el huracán interior que mueve a sus personajes y su fascinación por la climatología adversa anclada a sus obras.

Esperando al diluvio (Destino), su última novela, suma estas pautas. Emerge al primer plano las inundaciones que asolaron Bilbao en 1983 y de nuevo enfoca al norte como epicentro tras su navarra Trilogía de Baztán, en un thriller psicológico apuntalado en hechos reales.

La narración se mueve de Escocia a la capital vasca tras las huellas del criminal John Biblia al que se le atribuyen decenas de asesinatos de mujeres. El conocido como “asesino del tampax”, que escogía a su víctimas cuando tenían la menstruación, sembró el terror durante 20 años, pero nunca fue capturado a pesar de que mantuvo en jaque a toda la policía escocesa.

Dolores Redondo presenta 'Esperando al diluvio', una novela negra con la ciudad de Bilbao de fondo

Redondo se imbuyó en el caso y con el apoyo de un psicólogo experto en abusos realizó un perfil ficcionado del asesino, más una inmersión en las incipientes técnicas criminalísticas de los 80. Una conexión clara con sus palancas literarias: la preocupación por las víctimas olvidadas y el sufrimiento de los inocentes.

“Me llamó mucho la atención la investigación policial y la concepción machista de los policías de la época, que pensaban que igual las mujeres habían enfurecido a John Biblia por no tener relaciones. Te ayuda a hacer una radiografía de la sociedad y cómo la mujer se ha cosificado en un momento en el que no había agentes femeninas, la visión era completamente sesgada porque las víctimas no contaban. Eran solo un despojo, lo que quedaba en el suelo, y no se centraban en entender la motivación que podía surgir”, explica la autora.

"El amor y el miedo son universales"

En contraposición a este túnel, Redondo ha iluminado a un héroe frágil pero empecinado: el policía escocés Noah Scott Sherrington, que aplica métodos pioneros para cazar al psicópata por las calles de Bilbao.

Un homenaje nominal y simbólico: al Nobel de Medicina Charles Scott Sherrington, que estudió las funciones de la corteza cerebral que abren el camino a la deducción, y a su reflejo literario en el Sherlock de Conan Doyle.

“La novela ocurre en 1983, no había móviles ni laboratorios ni podían conectarse a un ordenador. Hoy en día para la resolución de crímenes sigue siendo importante la tenacidad y establecer conexiones que a la mayoría de los mortales nos pasarían desapercibidas”, señala.

“Y me fascinaba que dentro la vieja escuela que eran más de la acción y reacción, también surgieron policías que usaron métodos más intuitivos, instintivos, de pararse a razonar”.

El thriller también se funde en un retrato de las convulsiones histórico sociales del Bilbao de los 80 donde emerge ETA y sus vínculos con el IRA irlandés o la formación de la Ertzaintza, en una conectividad que desborda lo local porque “el amor y el miedo son universales”.

La escritora donostiarra explica que Esperando al diluvio forma parte de un volantazo narrativo que espera descolocar a los lectores en próximas novelas, aunque no abandona su esencia como una de las voces más originales del noir.

“Stephen King dice que no ve lógico tener sufriendo a un lector 600 páginas para que luego encima la novela acabe mal. Es verdad que en el género negro hay momentos muy oscuros, de gran opresión, pero independientemente de lo que vaya mal yo tengo esperanza en la humanidad”, asegura la novelista.

Una nueva saga narrativa

La historia del éxito de Dolores Redondo ha sido mil veces contada: la trilogía del Baztán (El guardián invisible, Legado en los huesos y Ofrenda a la tormenta) enganchó a millones de personas a esta mezcla propia de mitología ancestral y crimen que empapa su escritura.

Y más datos meteóricos en una explosión internacional: creó cinco novelas en seis años y coronó con el Premio Planeta (Todo esto te daré, 2016).

Estas semanas, Redondo se muestra “feliz” de volver a la carretera en pleno frenesí promocional tras la sequía de la pandemia. “Encontrarse con los lectores que vengan, que te cuenten, que les firmas un libro o que haya ese momento mirarse a los ojos… Las redes sociales es verdad que te ayudan a no perder el contacto pero nunca van a tener lo que tiene la piel”.

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