La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha advertido que el gobierno que salga de las elecciones en Italia este próximo domingo debe ajustarse a los principios democráticos de la Unión Europea o afrontar las consecuencias.
"Mi enfoque es trabajaremos juntos con cualquier gobierno democrático que quiera trabajar con nosotros - ha declarado Von der Leyen desde Estados Unidos - Si las cosas van en una dirección difícil, he hablado ya sobre Hungría y Polonia, tenemos herramientas".
Von der Leyen se refería a que la Comisión ha recomendado suspender los 7,5 mil millones de euros que Hungría debe recibir de los fondos europeos por la corrupción en el país y el peligro para el estado de derecho, el primer caso en que se aplica esta nueva sanción destinada a proteger la legalidad.
Italia es el máximo beneficiario de esos fondos europeos para la recuperación post-pandemia, y debe recibir en total más de 81.700 millones.
Hermanos de Italia, una formación de extrema derecha encabezada por Giorgia Meloni, encabeza los sondeos, y Meloni podría convertirse en primera ministra de un gobierno de coalición con Matteo Salvini (Liga) y Silvio Berlusconi (Forza Italia).
Meloni se ha declarado en varias ocasiones admiradora del primer ministro húngaro, Víktor Orban, al que considera su aliado, al igual que a la formación ultraderechista española Vox.
Salvini acusa a Von der Leyen de inmiscuirse en las elecciones
Salvini ha salido al paso de las palabras de Von der Leyen, a la que ha acusado de inmiscuirse en las elecciones italianas.
"¿Qué es esto, una amenaza?", se ha preguntado Salvini en redes sociales. "Arrogancia vergonzosa. ¡Respete el voto libre, democrático y soberano del pueblo italiano! Amigos de todos, siervos de nadie".
El portavoz de la Comisión Europea, Eric Mamer, ha asegurado a los medios en Bruselas que Von der Leyen no pretendía interferir en la política interna de Italia. "Estaba subrayando el papel de la Comisión como guardián de los tratados en lo referente al respeto al estado de derecho".
La UE introdujo las sanciones financieras a los socios hace dos años como respuesta a las leyes introducidas en Polonia y Hungría que, según las instituciones europeas, degradan la democracia en esos países.
Orban ha tomado medidas para restringir las actividades de universidades, ONG y tribunales, y ha limitado los derechos de las minorías, las personas LGTBI y los migrantes durante sus más de diez años en el poder.