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NFT, pelotazo artístico y fuego: Damien Hirst quemará 4.851 cuadros tras su 'referéndum' entre arte físico o digital

  • El artista británico, uno de los más cotizados del mundo, obligó a sus compradores a elegir entre un cuadro físico o un NFT

  • El proyecto 'The currency' llega a su fin con la quema de los originales físicos que no fueron elegidos

ESTEBAN RAMÓN
5 min.

No todos los días -o nunca- arden premeditadamente más de 4.581 cuadros de uno de los artistas más cotizados del mundo. Pero es lo que pasará a finales de septiembre en la galería londinense de Damien Hirst por deseo del propio artista, que ha realizado durante el último año un proyecto artístico -o experimento- con todos los elementos del mercado de arte contemporáneo: autopromoción, especulación y volatilidad.

¿Son NFT, obras de arte digitales que no se pueden copiar, una burbuja como muchos de loa actores del mercado piensan? Hirst quiso contestar a esa pregunta con The currency, una especie de referéndum que culminará con una gran hoguera. El proyecto trataba de poner a prueba la oferta y la demanda y el resultado demuestra que los coleccionistas/inversores todavía quieren juguetear con los NFT, incluso tras la caída de las criptomonedas (basadas en el misma tecnología blockchain).

¿En qué ha consistido The currency? Hace más de un año, el 13 de julio de 2021, Hirst anunció que un total de 10.000 NFT (un original digital, no físico) salían a la venta por 2.000 dólares cada uno. Cada NFT se correspondía con una obra de arte física única que el artista realizó en 2016 y que, básicamente, eran variaciones de pinturas de puntos de colores. El artista bautizó a cada obra de arte con el nombre de "Tender" y, por muy digital que fuese, el precio era una ganga para ser un original de Hirst.

La elección: El NFT o la pintura

Hasta ahí, en realidad, nada especial. Un buen negocio de 20 millones de dólares para el artista, el más rico de Reino Unido, cuya fortuna está estimada en 363 millones de euros, y cuyo estatus le permite imprimir (mucho) dinero con cada obra. Pero el verdadero juego llegó apenas un mes más tarde. En agosto de 2021, Hirst puso a sus compradores en un brete: podían cambiar su NFT por el original físico, pero nunca podrían tener los dos. Y aún más: los cuadros originales que no fuesen elegidos serían quemados.

Los compradores, ya fueran coleccionistas amantes del arte o meros inversores, debatieron ventajas e inconvenientes. Entre las primeras destacaban que los NFT se vendían más rápidamente y, de alguna manera, "mantenía la emoción del proyecto". Las desventajas eran más obvias: nadie sabe si los NFT son una moda pasajera en un mercado enormemente volátil.

En cuanto a mantener las obras físicas, la ventaja más clara era poder disfrutarla con los sentidos y que la inversión tenía menos riesgo y probablemente aumentará de valor. Entre los contra, el pago de un seguro caro y, quizá, perder el lucro de un criptopelotazo. En redes sociales, los compradores que habían optado por el trueque presumían de la llegada de su 'Hirst' empaquetado a casa. Incluso un comprador le pidió al propio Hirst que decidiese su suerte lanzando una moneda. El artista, por supuesto, accedió y publicó el vídeo.

Comienza el mercado secundario: ¿quién quiere un Hirst que puede ser quemado?

Inmediatamente arranca el mercado secundario de los "Tender": los primeros compradores comienzan a vender sus NFT por un precio algo mayor. De igual modo, algunos compradores que decidieron cambiar por la obra física también comienzan a vender sus originales.

Entre el 30 de julio y el 31 de agosto de 2021, solo un mes después del inicio del proyecto, 2036 ventas de The Currency generaron 47 millones de dólares. Pero durante los once meses restantes, The currency languideció, con una caída constante tanto de los precios mínimos como del volumen de negociación.

Los precios secundarios todavía rondan los 7.500 euros para los NFT de The Currency. El récord fue para una de las obras físicas que se vendió por 26.000 euros en enero. Pero en primavera llegó el "criptoinvierno", y el mercado de NFT, que nunca terminó de arrancar, se vio afectado: en julio de 2022, la megaplataforma OpenSea, especializada en el mercado NFT, despidió al 20% de su plantilla y en todo junio de 2022 solo se realizaron 170 ventas de The currency: apenas un millón y medio de euros.

El mercado habla: victoria ajustada de los cuadros físicos

“Los números finales son: 5149 físicos y 4851 NFT (lo que significa que tendré que quemar 4851 licitaciones físicas correspondientes)”, escribió Hirst en julio de este año, adjuntando imágenes de sí mismo postrado sobre cajas de archivo que contienen las resmas de obras en papel. Para su referéndum, sin embargo, Hirst se había guardado un as en la manga: En un hilo que siguió a su anuncio original, publicó que 1.000 de los NFT restantes le pertenecían personalmente y que los había conservado "para mostrar mi 100 por ciento de apoyo y confianza en el mundo de NFT".

Desvelado el posicionamiento del artista queda la traca final. El 9 de septiembre se expondrán los cuadros que serán quemados en la galería del artista y en una fecha de comienzos de otoño, todavía por determinar el cómo, los 'Tender' arderán. ¿Será una hoguera que anuncia una nueva era como vaticina Hirst? ¿Una pira absurda pero publicitaria o lucrativa? ¿Un fuego fatuo más del arte? ¿O, sencillamente, una historia sin moraleja?

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