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Bruselas estudia suavizar la exigencia de recortar el consumo de gas tras la presión de los países del sur

  • Los estados piden que la reducción del 15% de gas no sea obligatoria y dependa de la situación de cada uno

  • También reclaman que puedan decidir que sea obligatorio o no en caso de emergencia

RTVE.es
5 min.

Bruselas estudia suavizar la exigencia de recortar el consumo de gas ante un posible corte de suministro ruso, tras la firme oposición mostrada en la última semana desde los países del sur, entre los que destacan España y Portugal.

Este lunes continúan las negociaciones del plan de ahorro propuesto por la Comisión Europea y los estados que se han mostrado en contra piden que la reducción del 15% del consumo de gas no sea obligatoria y que dependa de las condiciones de cada país, según han indicado fuentes diplomáticas a TVE.

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Además, también han insistido en la petición de que la Comisión Europea no sea la que determine unilateralmente que este recorte sea obligatorio en caso de emergencia, sino que los estados miembro tendrán la última palabra y lo decidan por mayoría.

Estas negociaciones se producen después de que muchos países, principalmente los del sur de Europa, rechazaran el planteamiento inicial de la Comisión Europea a inicios de la pasada semana, con España y Portugal como los primeros en mostrarse contrarios a las posibles restricciones. Ambos han pedido medidas más justas y adecuadas a su situación energética particular de a cada uno, así como ofrecerse a aumentar el flujo de gas a otros países más dependientes como Francia o Alemania.

España pretende destacar su importancia como exportador gas al resto de países de la UE a través de sus dos gasoductos con Francia, la exportación de electricidad o con el envío de barcos con gas licuado. Todo, para evitar que los recortes que pide Europa puedan acabar afectando a la industria española y a la población en general.

El asunto, que aún sigue negociándose, se tratará en un Consejo extraordinario de Energía este martes, donde los Veintisiete esperan llegar a un consenso sobre un plan presentado el 20 de julio por la Comisión Europea y que ha generado mucha controversia y división de posturas. En todo caso, el plan tiene que aprobarse por el Consejo de la UE por mayoría cualificada.

Poder moderar las reducciones a cambio de exportar más gas

En el último borrador de texto, aunque se mantiene el objetivo de un recorte del 15% en el consumo de gas, se han planteado modificaciones que permitirían a los países pedir derogaciones por una serie de motivos, como la situación geográfica. Así, se busca "permitir moderar las reducciones" a cambio de compromisos de los países de aumentar en lo posible las transferencias de energía entre estados miembro.

Otro cambio introducido en la propuesta original es que sean cinco países, y no solamente la Comisión, como indicaba la primera propuesta, los que puedan pedir la declaración del estado de alerta y que pondría en marcha la obligación de recortar el consumo de gas.

En todo caso, tanto si lo pidiera la Comisión Europea como si fuera a iniciativa de cinco estados, la declaración de alerta solo podría ser adoptada con el respaldo de una mayoría cualificada de países, han indicado las fuentes.

Pese a los avances, hay "todo un conjunto de cuestiones abiertas, algunas de carácter legal, otras de carácter político o ético", que se sigue debatiendo, incluida la particular situación de las islas, como Malta, que no tiene conexiones energéticas.

Flexibilización tras el desacuerdo de países como España o Portugal

Desde que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentase el plan el pasado 20 de julio, muchos países han mostrado su rechazo.

España fue el primero en hacerlo y la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, señaló que el plan inicial no era ni la medida "más eficiente, ni la más justa" y que tampoco se les había pedido "opinión previa". Por ello, apostó entonces por aumentar el diálogo e hizo una contraoferta basada en aumentar al máximo su exportación de gas a los socios comunitarios a cambio de evitar la rebaja lineal del consumo de gas del 15%.

Además, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insistió este mismo sábado en que España siempre será solidaria con sus socios, pero no aceptará "imposiciones sin debate ni consulta", en referencia al plan de ahorro de la Comisión Europea. Una clara postura que mostró durante el Comité Federal del PSOE.

Junto a la posición española se situaron Portugal y Grecia, que ya han propuesto otras alternativas. Tampoco se mostró favorable Polonia, que pidió una "solidaridad real" que tenga en cuenta las necesidades de su país. Bélgica, Hungría, Chipre, Malta e Irlanda tampoco vieron con buenos ojos el plan, y los tres últimos han solicitado ser considerados "islas energéticas", como ya trata la Comisión Europea a la Península Ibérica.

El país que más depende del gas ruso y de las consecuencias de un posible corte definitivo del Nord Stream 1 por parte de Putin es Alemania, quien vuelve a ver cómo desde el miércoles se recortará el flujo por parte de Gazprom, la gasista estatal rusa, hasta el 20% de su capacidad total, alegando de nuevo mantenimiento en las turbinas.

Será el martes cuando se apruebe definitivamente el proceder que tendrán que llevar a cabo los 'Veintisiete', en caso de que el próximo invierno se cumplan las peores perspectivas y Rusia decida usar el gas como arma contra Europa, con el corte final del gas que llega al corazón del Viejo Continente.

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