Pedro Sánchez ha diseñado ya el núcleo duro del PSOE con el que se enfrentará al ciclo electoral de 2023, en el que el presidente del Gobierno y secretario general se lo juega todo: La Moncloa, los gobiernos autonómicos y municipales y su peso en el Parlamento Europeo. Su apuesta pasa por rearmar las portavocías para dar un mensaje contundente frente al PP de Alberto Núñez Feijóo, a quien las encuestas sitúan a la cabeza. Pero también prevé crear un espacio independiente de su Ejecutiva con ministros y cargos del partido que servirá para una mayor coordinación entre La Moncloa y Ferraz.
Sánchez ha elegido a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, como su mano derecha y número dos del partido. Montero asumirá la Vicesecretaría General tras la renuncia de Adriana Lastra el pasado lunes por su baja laboral ante un embarazo de riesgo. Montero, exconsejera del gobierno andaluz de Susana Díaz, lleva en el Ejecutivo desde el primer gobierno de Pedro Sánchez. Llegó a ser portavoz del Gobierno y ganó popularidad en los debates para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Ahora, Sánchez le otorga más poder a punto de comenzar en otoño la nueva negociación para sacar adelante los PGE.
El secretario general también ha decidido mantener a Santos Cerdán como número tres de la formación, al frente de la Secretaría de Organización, que contará con el diputado por Jaén Juan Francisco Serrano como su adjunto. Con ello, Cerdán ha ganado el pulso de poder a Lastra, que hace casi un año perdió la portavocía y con quien ha mantenido choques, por lo que la dirigente asturiana estuvo en cuestión en las últimas semanas. Además, el secretario de Organización seguirá teniendo un importante control de las federaciones de cara a las elecciones.
Pero los choques entre Lastra y Cerdán no era lo único que alertaba de que algo estaba fallando en el PSOE y su comunicación. La remodelación que el secretario general había emprendido hace casi un año en el partido y en el Gobierno tras las debacles electorales en Madrid o Galicia, en la que salieron sus más afines (José Luis Ábalos, Carmen Calvo e Iván Redondo, entre otros), no sirvió para evitar otros desastres en las autonómicas de Castilla y León en febrero y de Andalucía el pasado 19 de junio, con lo que era urgente un cambio de estrategia de cara a las elecciones generales, autonómicas, municipales y europeas de 2023.
Con un PP que lleva tiempo viendo un “cambio de ciclo” y al que las encuestas, incluida el CIS de José Félix Tezanos, dan como vencedor en unas hipotéticas elecciones generales, Sánchez ha optado por cambiar la estrategia de comunicación con dos nuevas caras visibles al frente de sus portavocías. "Fuerza", "carácter", "impulso"... Esto es lo que, según fuentes socialistas, persigue Sánchez con estos cambios. El objetivo es mejorar la coordinación entre el Gobierno y el PSOE y la comunicación a los ciudadanos de la gestión socialista. Y repiten el lema del discurso de Sánchez durante el debate sobre el estado de la nación: "Vamos a por todas".
Refuerza el mensaje socialista con dos nuevos portavoces: López y Alegría
El exlehendakari Patxi López será el nuevo portavoz del PSOE en el Congreso, en sustitución de Héctor Gómez, que solo llevaba un año en el puesto. López es todo un referente para el PSOE por su lucha contra ETA y, con él, Sánchez espera combatir el discurso del PP de Alberto Núñez Feijóo sobre la banda terrorista, las víctimas del terrorismo y los pactos del Gobierno con EH-Bildu, que López defiende porque "la derecha no quiere acordar nada con el Gobierno".
Pero además, López es un hombre de consenso entre las distintas sensibilidades del PSOE y cuenta con buena reputación dentro y fuera del partido dado su carácter templado y capacidad de diálogo. Y estas cualidades le convierten en un candidato idóneo no solo para ser la voz del PSOE en la Cámara Baja, sino porque será el encargado de fraguar los acuerdos con los socios parlamentarios para garantizar que las leyes del Ejecutivo salen adelante, una ardua tarea teniendo en cuenta la fragmentación parlamentaria y que el Gobierno se ha enfrentado a votaciones muy difíciles en las que cada voto cuenta.
Sánchez también cambia la comunicación de su Ejecutiva con el nombramiento de la ministra de Educación, Pilar Alegría, como portavoz del partido, en sustitución de Felipe Sicilia.
López y Alegría son dos personas que no dieron su apoyo al actual presidente del Gobierno cuando se presentó a las primarias de su partido de 2017 (López le disputó el puesto con su candidatura y Alegría era afín a Susana Díaz). Sin embargo, cuentan con la confianza de Sánchez para esta nueva etapa. De hecho, tras aquellas primarias, el secretario general incluyó a López en su Ejecutiva y recuperó a Alegría, primero como candidata a la Alcaldía de Zaragoza y luego como delegada del Gobierno de Aragón, puesto que ostentó hasta convertirse el año pasado en ministra en sustitución de Isabel Celaá.
“Se refuerza el mensaje de que el PSOE está volcado en hacer la vida más fácil a los ciudadanos“
Con ambos nombramientos, se refuerza el mensaje de que el PSOE está "volcado en hacer más fácil la vida a los ciudadanos" ante la derecha y su "ruido ensordecedor", ha apuntado el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, en una entrevista en TVE, en la que ha destacado que son "dos compañeros con una fuerza y discurso socialista fuera de toda duda".
Pero Montero, López y Alegría no son los únicos cambios dentro de la Ejecutiva. Sánchez ha decidido contar con uno de los grandes apoyos que ha tenido dentro del PSOE, el ministro de Cultura y exsecretario general del PSC, Miquel Iceta, quien será el nuevo responsable de Memoria Democrática en sustitución de Patxi López.
Además, Sánchez incorpora al alcalde de Corvera (Asturias), Iván Fernández, como secretario del Pacto de Toledo e Inclusión Social.
Aumenta la coordinación entre Moncloa y Ferraz
Todos estos nombramientos tendrán que ser refrendados en el comité federal del PSOE que Sánchez ha convocado para el sábado. Pero no solo eso, sino que el secretario general llevará una propuesta para conformar un órgano al margen de la Ejecutiva que representará a su núcleo duro con ministros y cargos orgánicos del partido y que servirá de coordinación entre La Moncloa y Ferraz. Será, además, el que tome previsiblemente las decisiones clave de cara a un 2023 electoral con las encuestas en contra.
Montero, Alegría, Bolaños, López, Cerdán e Iceta estarán ahí, junto con la ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, el jefe de gabinete de Sánchez, Óscar López, y la portavoz del PSOE en el Senado, Eva Granados.
Al inicio de la legislatura ya existía un órgano similar que coordinaba el trabajo entre el Gobierno y el PSOE y del que formaban parte Sánchez, junto a Lastra, Calvo y Redondo, tres nombres que han sido de los más afines a Sánchez pero que ahora no tienen cabida en su equipo.
Tras darse a conocer sus nombramientos, los nuevos miembros de la Ejecutiva han coincidido en expresar su agradecimiento a Sánchez y su reconocimiento a sus predecesores en sus perfiles de Twitter, en los que han recibido sus futuros cargos con “responsabilidad”, “honor”, “orgullo” y como un “reto apasionante”.
Por último, fuentes socialistas han dejado claro que los nuevos nombramientos de los ministros en cargos de responsabilidad del PSOE no conllevarán una nueva remodelación en el Gobierno.