Patxi López será el nuevo portavoz del PSOE en el Congreso a partir del sábado, cuando será ratificado en el comité federal del partido. Su reputación precede a este socialista ‘de raza’ que es uno de los nombres más reconocidos en el PSOE, partido en el que ingresó a finales de los 70, siendo muy joven. Este exlehendakari, que logró el hito de arrebatarle al nacionalismo el gobierno vasco y a quien los socialistas reconocen su contribución en la derrota definitiva de ETA, cobra de nuevo fuerza tras haber estado en un segundo plano con el movimiento de nombres de Pedro Sánchez para rearmar al partido de cara al próximo ciclo electoral de 2023, en el que se lo juega todo: elecciones generales, autonómicas, municipales y europeas.
López es un hombre de consenso entre las distintas sensibilidades dentro del PSOE gracias a su perfil dialogante, sereno y cercano. Encaja a la perfección para confrontar el discurso sobre ETA y las víctimas del terrorismo del PP de Alberto Núñez Feijóo, que encabeza todas las encuestas, incluido el CIS (por primera vez en lo que va de legislatura).
Y es un hombre de confianza del presidente del Gobierno y secretario general del partido. Fue uno de los pocos que se mantuvo fiel hasta el que parecía el final político de Sánchez, cuando en 2016 se vio obligado a dimitir como secretario general. López fue uno de los pocos miembros de su Ejecutiva que rechazó dimitir para forzar la salida de Sánchez a finales de septiembre de ese año, en contra de la mayoría del poder orgánico del PSOE, que acabó cobrándose la cabeza de Sánchez en un Comité Federal que terminó de abrir al partido en canal.
Pero unos meses más tarde, en 2017, se enfrentó a él en las primarias del partido, en las que quedó tercero por detrás de Susana Díaz. A López no le estaban gustando algunos de los pasos que estaba dando Sánchez ni el círculo de “sanchistas” del que se estaba rodeando y decidió postularse como candidato, lo que provocó un cierto distanciamiento entre ambos que, sin embargo, duró poco, ya que el recién elegido secretario general incluyó al político vasco dentro de su Ejecutiva. Desde entonces, López ha mantenido distintos cargos en la Ejecutiva socialista.
La sintonía entre ambos se hizo evidente al término del debate del estado de la nación, en el que Sánchez se fundió en un abrazo con López tras agradecerle, junto con el exministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba y el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, su contribución al fin de la banda terrorista ETA. "Tengo una mala noticia que decirle a la bancada de la derecha. ETA ya no existe. Y no existe por muchos demócratas", dijo. Y es que el debate coincidió con el 25 aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco, que estuvo muy presente en el discurso del PP, que criticó con dureza el pacto del Gobierno con EH-Bildu para la ley de memoria democrática.
López, que en 2007 fue procesado (la causa acabó archivada) por desobediencia por haberse reunido con la ilegalizada Batasuna durante la tregua de ETA, defiende los pactos del Ejecutivo con EH-Bildu porque "la derecha no quiere acordar nada con el Gobierno" y acusa al PP de "enfrentar" a las víctimas del franquismo y las de ETA con la ley de Memoria Democrática.
Un lehendakari dedicado a la lucha contra ETA
Y es que López siempre estuvo afanado en la lucha contra ETA, especialmente en su etapa como lehendakari, cargo al que accedió en 2009 y que logró arrebatar al PNV gracias a quedar segunda fuerza con 25 escaños y tras alcanzar un pacto de investidura con el PP. La derrota de la banda terrorista, en 2011, coincidió precisamente con su mandato.
Durante su mandato, impulsó el reconocimiento y apoyo a las víctimas, que fueron invitadas a su toma de posesión en Guernika y con quienes elaboró su plan de Convivencia Democrática y Deslegitimación del Terrorismo.
Y desde el gobierno vasco, inició una campaña de tolerancia cero contra el terrorismo que se trasladó a las calles de Euskadi, con medidas como la retirada de carteles, pintadas y símbolos de apoyo a ETA y de exaltación del terrorismo.
El entonces lehendakari también se conjuró contra la crisis económica de 2008, que seguía coleando, y convocó por primera vez en diez años la Mesa de Diálogo Social con la patronal vasca y los sindicatos, así como impulsó diversas medidas de carácter social.
Pero no pudo revalidar mandato. En las elecciones del 21 de octubre de 2012, el PSOE se dejó ocho escaños y quedó tercera fuerza detrás de EH-Bildu. Íñigo Urkullu (PNV) resultó investido lehendakari y López pasó a la oposición, desde donde también logró importantes acuerdos, como uno con la formación jeltzale para luchar contra la crisis, defender los servicios públicos e impulsar una reforma fiscal.
Presidente del Congreso de los Diputados por unos meses
En las generales de 2015 López salió elegido diputado nacional por Álava. El acuerdo al que Sánchez llegó con el entonces líder de Ciudadanos, Albert Rivera, para su investidura facilitó que López fuera elegido presidente del Congreso en enero de 2016, sin que el PP presentara ningún candidato alternativo (a cambio, logró tener una mayor representación en la Mesa del Parlamento).
Sin embargo, el exlehendakari tan solo se mantuvo seis meses presidiendo la institución, ya que el bloqueo para la investidura de Sánchez, con el rechazo de Podemos al pacto PSOE-Cs, forzó a que hubiera una repetición electoral de la que el PP de Mariano Rajoy salió vencedor.
Aquella victoria del PP, sin mayoría absoluta, abrió una profunda crisis sin precedentes en el PSOE, dividido entre facilitar o no la investidura del candidato ‘popular’ para evitar unas nuevas elecciones. Sánchez, que acababa de perder la secretaría general del partido, renunció a su escaño para no romper la disciplina de voto de la formación, que optó por abstenerse. Aquel “no es no” del actual secretario general se quedó como una de sus señas de identidad.
López era igualmente contrario a facilitar la investidura, pero acató la disciplina de voto y se abstuvo en consonancia con su grupo parlamentario.
Larga trayectoria en el PSOE
Tras aquellas elecciones, el político vasco ocupó distintos cargos en el Congreso. Fue miembro de la Diputación Permanente y de varias comisiones parlamentarias, llegando a presidir la de Sanidad, la Constitucional o la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica. Fue también portavoz del PSOE en la de Política Territorial y Función Pública (creada para la pandemia del COVID-19, que se disolvió en julio de 2020).
Patxi López es un hombre de partido y cuenta además con una larga trayectoria dentro del PSOE. Se afilió a las juventudes socialistas en 1977 y fue en 1991 cuando asumió por primera vez la secretaría general del PSE-EE.
Durante muchos años ha formado parte de la Ejecutiva socialista, donde desde el 40 congreso Federal del PSOE ha sido el secretario de Memoria Democrática y Laicidad, cargo que ostentará a partir del sábado el ministro de Cultura, Miquel Iceta, como parte de la renovación del PSOE. Y es que Sánchez ha decidido engrasar de nuevo las máquinas con la mirada puesta en las elecciones generales, autonómicas, municipales y europeas con una renovación en el partido en el que López jugará un papel clave como portavoz parlamentario.