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Día internacional del ajedrez

20.000 niños juegan al ajedrez en las escuelas andaluzas: "Se debería ver como diversión, como cualquier deporte"

  • De los jugadores federados son 3.000, solamente un 10% son mujeres

  • Se calcula que, en Andalucía, juegan al ajedrez en torneos unas 10.000 personas anualmente

CRISTINA CABELLO GARCÍA / RTVE ANDALUCÍA
10 min.

Conmemorando el día internacional del ajedrez, nos hemos acercado a la Federación Andaluza de Ajedrez para conocer la actualidad de este deporte.

La FADA, como la mayoría de las entidades deportivas actuales, se creó en 1984 como una comisión gestora con un presidente: Rafael Cid. Daniel Escobar, presidente del comité de monitores de la FADA, nos cuenta: “En 1987, ocurrió el evento más importante del ajedrez a nivel mundial, que se celebró en España, el Kasparov vs. Karpov. En TVE, se retransmitieron todas las partidas”. A raíz de ese boom, en 1988, se estabilizó la federación oficial con todo lo que necesita actualmente un organismo público: una directiva, una asamblea, etc.

En el año 1995, el señor presidente cambió por el sevillano Ricardo Montecatine, que ha permanecido en el cargo hasta 2016. Tras él, el actual presidente es Francisco Javier Rubio.

Ajedrecistas andaluces

Daniel Escobar afirma que los jugadores federados son 3.000, de los cuales hasta un 10% son mujeres. “Mi hija paga la licencia para jugar a los campeonatos oficiales, pero después existe la licencia habilitante, que te habilita para poder jugar a torneos no oficiales”.

La FADA organiza torneos oficiales y otros que sirven para el ranking de su organización. En ese tipo de torneos, han participado hasta 27.600 andaluces. Sin embargo, nos explica que no contabilizan a todos como jugadores constantes.

Calculamos que, en Andalucía, unos 10.000 anualmente juegan al ajedrez.

“Como directiva, consideramos que juegan los 3.000 que están federados, que esos juegan constantemente, y unos 7.000, que deambulan en torneos al año. Entonces calculamos que, en Andalucía, unos 10.000 anualmente juegan al ajedrez”, estima.

Las futuras generaciones

Daniel Escobar afirma que es bastante difícil concretar el número de jugadores escolares, a pesar de que intentan controlarlos: “Calculamos que unos 20.000 niños juegan al ajedrez habitualmente en escuelas de Andalucía”.

El ajedrez es un deporte con muchísimos beneficios. Además de mejorar el cálculo, potenciar la memoria y ayudar a prevenir el Alzheimer, este deporte implica aprender a gestionar las emociones y la presión. Para los escolares, estos últimos beneficios los ayuda a crecer como personas.

Daniel Escobar lleva desde 2004 en la organización. Actualmente se encarga de organizar los cursos para la formación de monitores a través de una plataforma. “Dichos cursos tienen dos niveles: el básico, para iniciar a los nuevos profesores, y un nivel más avanzado”.

Los mejores jugadores de hoy del mundo jugaron conmigo de niño.

Francisco Miguel García Molina, monitor superior de la FADA, comenzó con cuatro años en el mundo del ajedrez gracias a su padre. “De verlo todos los días jugando, me llamó bastante la atención el juego”, cuenta. Sus hermanos mayores se entrenaron para ir a los campeonatos. Cuando Fran rectificó una jugada de su padre, este comenzó a prestarle atención. “Se dio cuenta de que yo llevaba razón y, a partir de ahí, empecé a ir a campeonatos de Andalucía, de España y, con 11 añitos, el campeonato del mundo. Tengo la suerte de decir que los mejores jugadores de hoy del mundo jugaron conmigo de niño en ese campeonato del mundo en Grecia.”

Probablemente es por esta experiencia por la que Fran pone en valor la enseñanza de los escolares por encima de la competición. De hecho, hace diez años decidió dedicarse a ella completamente, dejando de un lado los torneos.

Aprender a jugar al ajedrez

Francisco Miguel García Molina, más conocido en redes sociales como Franjedrez, reconoce que no hay edad para comenzar a jugar al ajedrez. “Hay muchos casos de jóvenes que han empezado con veinte años a jugar al ajedrez y, en un año, se han convertido en maestros, pero es dedicarle muchas horas.”

No voy a los colegios a enseñar el mismo ajedrez que sé yo.

Disfrutar de una partida de ajedrez es fácil, pero profesionalizarse, no, puesto que hay muchos conceptos y peculiaridades a las que hay que atender. Sin embargo, previamente “no se necesita ninguna cualidad. Al final es como todo: Tiene que llamarte la atención”. Por eso mismo, Fran distingue dos tipos de ajedrez, según la manera en la que se aprenda: el ajedrez educativo, que se enseña a través de la diversión, y al ajedrez competitivo, para el que se necesitan muchas horas teóricas. “No voy a los colegios a enseñar el mismo ajedrez que sé yo”.

Todos los deportes tienen su faceta básica y luego van avanzando hasta lo más difícil.

Cuando Fran comenzó a dar clases, cometió el error de explicar de manera técnica lo básico del ajedrez. “No tuve mucho éxito. Me estaban atendiendo tres”, confiesa. “De vuelta hacia mi casa, decidí que tenía que hacer algo totalmente diferente para llamarle la atención a todos”. La solución fue unir el ajedrez con juegos populares, como el pañuelo y la cuerda. “Al final es empezar por lo más básico. Todos los deportes tienen su faceta básica y luego van avanzando hasta lo más difícil”.

Las ideas preconcebidas

Por lo general, la sociedad tiene una visión de que el ajedrez es aburrido o que solamente pueden jugar las personas inteligentes. Esto tiene su fundamento en la retransmisión de torneos de élite. “Son jugadas muy técnicas y muy perfeccionistas de niveles más o menos altos”, admite Fran.

Lo asocian como a un calentamiento excesivo de cabeza.

De hecho, cuando el ajedrecista comienza a trabajar en un nuevo colegio dando clases, tiene que enfrentarse a esas ideas: “Les provoca rechazo porque ellos lo asocian como a un calentamiento excesivo de cabeza”.

“Transmitir el ajedrez de una manera que le cambié la visión a los niños va a ser una manera de conseguir cantera porque, al final”, cuenta desde la experiencia, “los niños se van a cansar del juego popular y te preguntan cómo se juega al ajedrez. Ese es al punto al que yo quiero llegar”.

“Todos los niños deberían ver el ajedrez como diversión, igual con cualquier otro deporte, pero, por desgracia, hay padres muy competitivos”, se sincera. “Me he encontrado situaciones de niños que han salido destrozados [por perder una partida] y luego los padres han seguido ahí, torturándolos”. La experiencia docente le hace ver que no merece la pena fustigar con la presión ni la rivalidad. “Ver la vida como si fuera una rivalidad es como vivir con orgullo y, al final, te acaba envenenando. Desde mi punto de vista, los niños tienen que ser felices y pasárselo bien”.

Gambito de Dama y Twitch

Cada generación ha tenido una manera distinta de acercarse al ajedrez. Con treinta años, Fran recuerda que le llamó la atención los cuadrados y las piezas blancas y negras. “Era algo totalmente diferente a los típicos juegos que había”, cuenta recordando la escasez de tipos de consolas. “Fue verlo y me enganché”.

Cada vez salen más niños que juegan sin tener a nadie en la familia que se haya dedicado a ello.

En las generaciones menos recientes, el primer contacto con el ajedrez siempre era gracias a un familiar aficionado al deporte. Sin embargo, ya han llegado las generaciones que, aunque no tengan conocidos ajedrecistas, se han interesado gracias a ver vídeos en Internet o series en las que se refleja el mundo del ajedrez. “Es curioso porque en la categoría Sub 10, apareció un niño que, de repente, le dice a los padres que ha visto por Internet un vídeo de ajedrez y que le ha gustado”, afirma Fran. “Cada vez salen más niños que les gusta el ajedrez y que juegan, precisamente, sin tener a nadie en la familia que se haya dedicado a ello”

A raíz de la pandemia, plataformas como Twitch revolucionan Internet. El deporte del ajedrez se adapta a emitir partidas en directo. “Ayudó al ajedrez a resurgir”, confiesa Fran nombrando a Pepe Cuenca, comentarista que narra el ajedrez con mucha intensidad. “Aunque no le guste el ajedrez, acaban enganchados por el simple hecho de ver cómo comenta”.

Todo el mundo se cansa de perder. Es entonces cuando estudian ajedrez para mejorar.

“Cuando sale la serie Gambito de Dama, pega un boom el ajedrez de nuevo. Entonces, nosotros aprovechamos y estamos intentando mantenerlo en auge”. Gracias a la serie de televisión y al resurgimiento de la figura del Rey Enigma, una ola de gente interesada en jugar al ajedrez comenzó a descargarse aplicaciones para practicar. “Las aplicaciones ayudan mucho a que cada vez haya más gente enganchada porque todo el mundo se cansa de perder”, afirma Francisco. “Es entonces cuando estudian ajedrez para mejorar”.

El interés por el ajedrez en Andalucía está en creciendo. “Gracias a que el ajedrez está en auge, cada vez hay más colegios en toda Andalucía que se van animando más”, opina Fran. “Para que realmente avance y sea duradero, tiene que empezar por lo más pequeños en los colegios”. Para que la sociedad valore el ajedrez, hay que darle valor lo más pronto posible porque no se puede cambiar la mentalidad cultural en unos días.

Mantener el nivel

“El ajedrez no es un deporte fácil”, sentencia Francisco. La constancia es imprescindible tanto para mejorar como para mantener el nivel. El ajedrecista tiene la suerte de estar en constante contacto con este deporte a través de sus clases. Sin embargo, cualquier otra persona debería practicarlo, “para mantener el nivel, mínimo una o dos horas diarias”. Esta es la razón por la que sea un deporte al que hay que dedicarse varios años hasta ver resultados. “De hecho, muchos padres se equivocan porque apuntan a sus hijos al ajedrez queriendo tener resultados automáticamente”.

“Cuando un niño pega un subidón tan grande, evidentemente, por detrás hay muchas horas de trabajo y de estudio”. Los monitores no pueden pasarles sus conocimientos telepáticamente. “Muchos padres parecen pensar: ‘Como este maestro ha sido campeón de España, seguro que toca a mi hijo con una varita mágica y lo hace campeón también’. Eso no funciona así”, recalca Fran.

Dominar a la perfección este deporte es imposible, pero ese es su encanto, según Fran: “Si el mejor del mundo se equivoca y se deja cualquier cosa, ¿qué no nos vamos a dejar los mortales?”

¿Cuál es tu nivel de ajedrez?

El nivel de los ajedrecistas andaluces es bastante bueno. “En Andalucía, hemos tenido ya varios campeones de España y, de hecho, creo que es de las comunidades autónomas que más grandes maestros tiene.”

En el mundo del ajedrez, siempre se habla de un nivel aproximado basado en el sistema de puntuación Elo, unos puntos que otorga la Federación Internacional conforme se juegan torneos.

“A los ‘jugadores de cafetería’ es imposible realmente medirles su nivel”, comenta Fran. Los ‘jugadores de cafetería’ son las personas que juegan al ajedrez con sus amigos, pero que nunca han participado en ningún torneo ni forman parte de ningún club.

Hay personas que no compiten y son muy buenas jugando al ajedrez.

Hasta que no se entra en el mundo de la competición, “no se puede medir el nivel de juego de una persona”. Es por eso que hay adultos en torneos de niños. Como no han competido nunca, no tienen Elo, pero eso no significa que no pueda ganar a una persona que tiene experiencia previa en los torneos. “Hay personas que no compiten y son muy buenas jugando al ajedrez”.

Lo importante del ajedrez es que es un deporte que se puede disfrutar desde todos los niveles. “Presionarse y tener que demostrar ser más que nadie es una mentalidad completamente errónea”, reconoce Fran quien opina que lo que debe hacer la gente es divertirse.

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