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La vacuna contra la COVID-19 alteró el sangrado de la menstruación en el 42% de las mujeres

  • Un estudio publicado en Science Advances describe también la aparición de sangrado espontáneo en un alto número de personas

  • Estos cambios son temporales y están asociadas a factores desencadenantes como la edad o tener otros efectos secundarios

RTVE.es/AGENCIAS
4 min.

El mayor estudio realizado hasta la fecha con más de 35.000 participantes –mujeres y personas con diversidad de género– ha confirmado que el 42% de las encuestadas experimentó un aumento del sangrado de la menstruación, entre otras alteraciones, en las dos primeras semanas después de recibir la vacuna COVID-19.

Publicado este viernes en la revista Science Advances, este estudio ofrece una evaluación más completa de los cambios menstruales que ya habían sido denunciados por las mujeres y se suma a otros estudios publicados anteriormente, que ya señalaban de que un número significativo de personas experimentaban este efecto secundario inesperado.

La investigación, dirigida por las profesoras de antropología de las universidades de Tulane e Illinois, Katharine Lee y Kathryn Clancy, describe por primera vez la aparición de sangrado espontáneo en un alto número de personas que no tenían la menstruación por motivos diversos, como tener la menopausia o porque seguían un tratamiento hormonal, después de recibir la vacuna.

Los datos del estudio muestran también que todos estos efectos son temporales y están asociadas a determinados factores desencadenantes como la edad, el padecimiento de efectos secundarios sistémicos asociados a la vacuna (fiebre o fatiga), o el historial de embarazos y partos, entre otros.

El 42,1% dijo que tenía un flujo menstrual más abundante

Para hacer el estudio, las autoras usaron una encuesta en la que preguntaban a las personas sobre sus experiencias después de recibir la vacuna.

Las autoras solo incluyeron los datos de las personas que no habían pasado la enfermedad, ya que ésta también puede provocar cambios menstruales, y excluyeron los datos de las personas de entre 45 y 55 años para evitar que los resultados se confundieran con la menopausia o los cambios previos.

"Centramos nuestro análisis en las personas que menstrúan regularmente y en las que no menstrúan actualmente, pero lo han hecho en el pasado –explica Clancy–. Este último grupo incluía a las personas posmenopáusicas y a las que reciben terapias hormonales que suprimen la menstruación, para las que el sangrado es especialmente sorprendente".

El 42,1% de las encuestadas dijo que tenía un flujo menstrual más abundante en las dos primeras semanas después de vacunarse. Algunas lo experimentaron en los primeros siete días, pero muchas otras observaron cambios entre 8 y 14 días después de la vacunación.

Frente a esto, el 43,6% que su flujo menstrual no se había alterado y el 14,3% no había experimentado ningún cambio o, si acaso, menos sangrado de lo habitual.

Dado que el estudio se basó en experiencias autoinformadas registradas más de 14 días después de la vacunación, no puede establecer la causalidad ni considerarse como predictivo de las personas de la población general, apunta Lee.

El estudio detectó posibles asociaciones con antecedentes reproductivos, el estado hormonal, la demografía y los cambios en la menstruación de una persona tras la vacunación. Por ejemplo, las encuestadas que habían pasado un embarazo eran las más propensas a informar de un sangrado más abundante tras la vacunación, con un ligero aumento entre las que no habían dado a luz.

Asimismo, más del 70% de las encuestadas que utilizaban anticonceptivos reversibles de acción prolongada y el 38,5% de las que estaban sometidas a tratamientos hormonales de reafirmación de género informaron de este efecto secundario.

La importancia de controlar el sangrado

En los ensayos de vacunas no se suele preguntar por los ciclos menstruales o las hemorragias, por lo que este efecto secundario suele ser ignorado o descartado de los estudios, pese a que algunas vacunas, como las de la fiebre tifoidea, la hepatitis B y el VPH, pueden alterar la menstruación.

"Las personas que menstrúan y las que antes menstruaban empezaron a compartir que experimentaban un sangrado inesperado después de que se les administrara la vacuna COVID-19 a principios de 2021", explican las científicas que han dirigido el estudio, las profesoras de antropología de las universidades de Tulane e Illinois, Katharine Lee y Kathryn Clancy.

Ambas subrayan, además, que algunos médicos desestimaron las preocupaciones de sus pacientes. Aunque las alteraciones menstruales no son infrecuentes o peligrosas, los cambios inesperados sí pueden ser motivo de preocupación.

"El sangrado intermitente inesperado es uno de los primeros signos de algunos cánceres en las personas posmenopáusicas y en las que utilizan hormonas de afirmación de género, por lo que experimentarlo puede hacer que la gente se preocupe y requiera procedimientos costosos e invasivos de detección de cáncer", explica Lee.

Es por todo esto que animan "a cualquiera que esté preocupado a ponerse en contacto con su médico para recibir más atención".

Asimismo, recuerdan la importancia de vacunarse, ya que consideran que es "una de las mejores formas de prevenir" la COVID grave, la hospitalización y la muerte.

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