Un debate sobre el estado de la nación genera estados de ánimo políticos, marca hojas de ruta y estrategias de los partidos, mide a líderes que se enfrentan cara a cara y acerca o separa las posiciones de los grupos. Todo esto aumenta si el debate llega tras siete años sin convocarse, si este se celebra en medio de una crisis energética y con una inflación disparada y en el marco de una campaña electoral constante con unas elecciones municipales, autonómicas y generales en el horizonte del 2023.
Que 'inflación' haya sido una de las palabras más repetidas en estas dos jornadas del debate del estado de la nación no ha sorprendido a nadie. Todo apunta que el casi año y medio que queda, en principio, para el fin de la legislatura, el alza de los precios junto con la crisis económica y energética derivadas de la pandemia y la guerra de Ucrania van a ser los protagonistas de la agenda política en España que entrará, tras este debate que acaba este jueves, en una nueva y decisiva fase con todos los partidos mirando a los múltiples procesos electorales.
Son varias las lecturas y claves que se desprenden ya de este debate sobre el estado de la nación en el que cada partido y cada líder hace balance de la legislatura y apunta al futuro con la vista puesta en las urnas e incluso ya en las alianzas posteriores.
Sánchez da un giro a la izquierda marcando una agenda progresista y trata de tomar impulso lo que queda de su mandato en un momento delicado con encuestas no muy favorables a su partido, preocupado tras el batacazo monumental en Andalucía, y el gobierno de coalición se 'reconcilia', de momento, y parece aunar posturas en sus prioridades.
El PP se sitúa como alternativa a Sánchez y presenta a Alberto Núñez Feijóo como el presidente que necesita España, mientras Vox tiende la mano a los 'populares' para configurar lo que ellos denominan "alternativa real".
La 'reconciliación' del Gobierno de coalición
PSOE y Unidas Podemos firman, por el momento, la pipa de la paz tras llegar en las últimas semanas a un punto álgido en sus ya habituales discrepancias en el seno del gobierno de coalición. El giro a la izquierda de Sánchez gusta a Unidas Podemos, al que le suena muy bien la música de los nuevos impuestos a los bancos y a las empresas energéticas, aunque no se traten de tributos estructurales.
Quieren más y no lo ocultan- ya reclaman un impuesto para todas las grandes corporaciones que cotizan en bolsa- pero el debate de guante blanco que han protagonizado allana y suaviza unas relaciones entre socios de gobierno que no pasaban por su mejor momento.
Durante la campaña de las recientes elecciones andaluzas Sánchez avisó a Unidas Podemos de que poner el acento en sus diferencias desmoviliza a la izquierda y quedó más que demostrado en esos comicios con resultados dramáticos para ese bloque.
Aunque Sánchez no ha hecho referencia explícita alguna al año 2023 electoral en lo que va de debate, su socio sí le ha dicho que con este PSOE más a la izquierda se facilita la reedición del pacto si ambos suman.
Y aunque la ausencia de pullas entre PSOE y Unidas Podemos marcó la primera jornada parlamentaria, ambos sí reivindican su respectivo espacio protagonista a la izquierda: Sánchez coge esa bandera con su nueva hoja de ruta y Podemos trata de apuntarse el tanto y considera que el giro del PSOE es fruto de su constante presión.
Sánchez busca 'bajar a la calle'
En estas jornadas parlamentarias Sánchez quiere dejar claro que su intención es mostrarse más cercano y empático con los problemas reales de los ciudadanos. El presidente dijo este martes que entiende "el enfado, la angustia y la frustración de la gente" y que es consciente de que algunos "no llegan a fin de mes" y que por ellos irá "a por todas" para que los esfuerzos se repartan- mirando directamente a bancos y empresas energéticas-, y este miércoles ha insistido en esa senda.
El jefe del Ejecutivo se ha alejado del discurso triunfalista de otras ocasiones para reconocer que "los españoles no quieren oír hablar de lo que va bien y les entiendo". El presidente trata con el debate de marcar un punto de inflexión y darle un vuelco a un clima político en el que se había instalado una ola victoriosa del PP tras su triunfo en las elecciones en Castilla y León y Andalucía.
Y en clave electoral sí que ha aprovechado este debate para contrastar su modelo de gestión socialdemócrata para atajar la crisis con el del PP, que supone, en su opinión, "recortes, austeridad y pérdida de derechos" para la clase trabajadora. En esta segunda jornada del debate, ha reivindicando las conquistas sociales que ha logrado la izquierda en beneficio de los españoles y ha aprovechado su última intervención para agradecer a los grupos que durante los dos años y medio de esta "difícil" legislatura "han echado una mano al Gobierno para sacar adelante medidas beneficiosas para el conjunto de la ciudadanía".
El PP ve a Sánchez "podemizado" y rescata a ETA para el debate público
Sorprendió que un PP con un discurso muy económico y menos ideológico desde que Alberto Núñez Feijóo tomó las riendas convirtiese a ETA en el tema central de su cara a cara con Sánchez, al que le echó en cara en reiteradas ocasiones sus pactos con EH Bildu.
No entró Cuca Gamarra a valorar las medidas anunciadas por Sánchez, pero este miércoles sí lo ha hecho Feijóo, quien cree que Sánchez se ha "podemizado por completo" y ve "populistas" sus medidas. Ha alertado, en una entrevista en Onda Cero, de que pueden ser los ciudadanos los que al final paguen los nuevos impuestos a la banca y las eléctricas y les repercuta en el bolsillo. Ha pedido a Sánchez más detalle de esta y el resto de medidas que desgranó.
A juicio de Feijóo, Sánchez tenía dos opciones en este debate del estado de la nación, parecerse al Pablo Iglesias fundador del PSOE o al Pablo Iglesias fundador de Podemos, y cree que ha optado por lo segundo.
Posteriormente en el marco de los cursos de El Escorial Feijóo ha insistido en que "Sánchez no puede gestionar una crisis con un gobierno en crisis" y, en un discurso en el que no ha hablado de ETA, ha dicho que "España necesita un gobierno para la próxima era".
Feijóo y Díaz, líderes silentes durante el debate que pueden llegar a la Moncloa
En un tiempo político cuanto menos curioso dos líderes que pueden llegar a La Moncloa no han podido intervenir en un debate que claramente sirve como escaparate político y trampolín para sus aspiraciones electorales. Dos gallegos, el ya seguro candidato del PP a la Presidencia del Gobierno y la que puede serlo a la izquierda del PSOE, Yolanda Díaz, permanecieron en silencio en sus asientos del Congreso- Feijóo, en uno prestado ya que no es diputado; y Díaz, en el suyo muy cerca del presidente, que se llevó todo el protagonismo del Gobierno-.
Feijóo ya sabía cuando tomó el relevo de Casado tras la traumática crisis interna en el PP que contaría con la dificultad de hacer oposición a Sánchez sin espacio en el Congreso y en este debate sobre el estado de la nación se ha evidenciado que eso le resta protagonismo. El cara a cara entre el presidente y el líder de la oposición es el plato fuerte de este debate parlamentario y este martes ese papel como azote del Gobierno lo ocupó el líder de Vox, Santiago Abascal.
Desde su escaño también vio Yolanda Díaz como Sánchez anunciaba unas medidas que ellas misma dijo horas antes desconocer en una entrevista en TVE, aunque luego matizó.
A partir de ahora, y según se vaya acercando el momento en el que ella dé el salto definitivo como candidata, en el gobierno de coalición tendrán que convivir dos candidatos y rivales en las elecciones en un mismo gobierno, situación inédita en España, y ambos tendrán en el Congreso un espacio para rentabilizar las políticas.
Abascal tiende la mano a Feijóo para la "alternativa real"
Metidos en arena electoral, el líder de Vox, Santiago Abascal, destacó que el país necesita ya una alternativa que "expulse" a Sánchez de la Moncloa, para lo que ha tendido la mano al PP, que no se ha referido a dicho ofrecimiento.
Dirigiéndose directamente al presidente del PP, Abascal ha incidido en que los debates ideológicos no son estériles y ha avisado de que, mientras no se quiere confrontar, la izquierda avanza en su agenda ideológica. Por eso, ha subrayado que "solo desde la firmeza podremos establecer una alternativa real" que, pese a las diferencias, sirva para "dar la los españoles lo que reclaman: la expulsión de este gobierno y sus políticas".
Los socios parlamentarios creen que se queda "a medias" con sus medidas
Los socios parlamentarios habituales del Gobierno (ERC, PNV, EH Bildu, Más País) dan la bienvenida a las medidas anunciadas de Sánchez pero todos coinciden en que son "parches", se quedan "a medias", no son estructurales y le piden "avanzar e ir más allá".
El portavoz del PNV, Aitor Esteban, ha advertido al presidente del Gobierno de que no se puede permitir prescindir de los socios de investidura si quiere continuar en la Moncloa y le ha preguntado qué va a hacer para conservar su apoyo, para echarle en cara después que "actúa como si tuviera mayoría absoluta" al no comunicarles las medidas anunciadas. Bildu también le ha dicho a Sánchez que espera más de su paquete social.
En la primera jornada, ERC, socio clave para Sánchez, calificó como "rácanas" las medidas planteadas y le instó a avanzar en la reforma fiscal.
De este debate parlamentario no sale reforzada esa mayoría parlamentaria de la investidura y, a juzgar por lo dicho por estos grupos, Sánchez tendrá que seguir trabajando cada votación- muchas de ellas al límite absoluto- para seguir dando luz verde a su agenda parlamentaria.