Hombres mayores con dinero que se ofrecen a pagar los gastos de chicas mucho más jóvenes a cambio de su compañía. Un concepto viejo pero que en los últimos años se está banalizando y parece haberse puesto de moda en occidente y en los países asiáticos.
España es el quinto país del mundo con más usuarios en aplicaciones de Sugar Dating, con 400.000 inscritas e inscritos, según datos del proyecto #DesactivaLaTrata de la ONG Diaconía. Las personas expertas con las que ha hablado el programa Objetivo Igualdad advierten que el blanqueo en las redes sociales de esta práctica puede estar facilitando la prostitución de chicas a edades cada vez más tempranas.
Inés (nombre ficticio) es una de ellas. Con 19 años ha quedado con varios hombres mayores, de hasta 70 años, y se ha acostado con dos. Normalmente sus citas consisten en cenar en algún hotel, con lo que gana 50€ y si quieren un beso son otros 20€ extra. Por un vídeo erótico de dos minutos le dan 40€ que le “solucionan la comida de una semana”.
El perfil Sugar Baby
En este tipo de aplicaciones ocho de cada diez usuarias son menores de 31 años. Diaconía alerta que el 63% son mujeres universitarias. Las campañas de marketing de las aplicaciones de Sugar Dating están dirigidas principalmente a jóvenes de entre 18 y 25 años. En países como EE.UU., para atraerlas utilizan como reclamo publicitario el poder “graduarse sin deudas”.
“Te ofrecen tantas cosas que te replanteas si hacerlo o no“
Gisel (nombre ficticio) está inscrita en una de las páginas más populares de Sugar Dating. Asegura que aún no ha tenido citas, pero cree que, tarde o temprano, acabará haciéndolo.
En su entorno este tipo de intercambios están muy normalizados. Explica que varias de sus amigas se pagaron la universidad vendiendo fotos de sus pies: "Me han ofrecido sueldos completos y solo por ir a cenar 300€. Regalos caros, móviles, viajes…, te ofrecen tantas cosas que realmente te replanteas si hacerlo o no", asegura.
La vulnerabilidad de las mujeres
Clara Guilló, socióloga experta en género, señala que la precariedad laboral de las mujeres nos hace más vulnerables ante este tipo de propuestas. Desde su punto de vista, la pandemia ha ayudado a fomentar estas páginas: “Ha tenido un impacto laboral tremendo. Las mujeres buscan una forma de obtener una renta para sobrevivir y ahí vemos esta opción".
Las Sugar Babies pueden ser de cualquier clase social. No todas acceden a estas relaciones por la necesidad de cubrir gastos tan elementales como la educación. "Es muy tentador. Porque a lo mejor si no necesito ese dinero extra lo puedo usar para cosas que deseo, como ropa o bolsos", nos confiesa Gisel.
No obstante, no es relevante el cómo empleen el dinero que ganan a través de sus encuentros con los Sugar Daddies tal y como explica Guilló: “El juicio no está ahí. Una mujer puede tener el estilo de vida más superficial que quiera, la clave está que lo consiga por sí misma". En cualquier caso, la banalización de estos intercambios comerciales fomenta, según apunta, a que se popularicen cada vez más.
La romantización en redes sociales
Bastan unos pocos minutos en Tiktok haciendo scroll para que te salte un vídeo con la etiqueta #sugarbabylife o #sugardaddies. Estos hashtags acumulan más de 1,6 billones de visitas, según #DesactivaLaTrata. En ellos se muestran todo tipo de lujos y excesos.
Natalia Colmenar es la responsable de campañas de Diaconía, asociación que lucha contra la trata. Ella lo explica así: “Lo primero que ves son videos diciendo todos los regalos que les hacen a las Sugar Babies o ellas enseñando sus vacaciones”. Los usuarios de esta red social suelen tener entre 16 y 25 años. Desde la ONG alertan de que un público tan joven, fácilmente influenciable, puede sentirse atraído por este estilo de vida.
Clara Guilló apunta a que, además, este tipo de mensajes calan mejor en sociedades donde imperan valores extremadamente comerciales como en las nuestras. Ella lo explica así: “Se dan en situaciones de desigualdad, donde alguien puede tener una ventaja sobre alguien".
¿Cómo funcionan estas aplicaciones?
Aunque en la teoría todo es consentido y estas chicas no sobrepasan ningún límite que no deseen superar, la realidad es otra. "Se entra pensando que aquí no va a pasa nada y que solo me van a ayudar a pagar mis gastos. Pero realmente cuando das el siguiente paso de tener relaciones sexuales, te ves atrapada", asegura Conchi Rodríguez, directora de Diaconía.
“Se entra pensando que no pasa nada y te encuentras atrapada“
Cuando ha charlado con estos hombres, a Gisel le han prometido que no habría implicación sexual en sus citas, pero ella desconfía: “Tú te puedes hacer una idea de que nada de lo que te proporcionan es totalmente gratis".
Presionadas para tener sexo
La ONG ha atendido a varias Sugar Babies que reconocen haber tenido relaciones sexuales con sus Sugar Daddies por presión. Según nos explican, a algunas de estas chicas les amenazan con quitarles el sustento económico que necesitaban para pagar la universidad o el alquiler del piso. Incluso las coaccionaban con destrozarles la vida laboral si no accedían a acostarse con ellos.
Inés se plantea dejarlo si tiene “una experiencia muy mala”. Pero entre sus relatos ya reconocía haber vivido algunas “situaciones algo turbias”, donde la agresividad de uno de estos hombres mermó su capacidad de reacción: “Me quedé paralizada”.
En el Sugar Dating no solo se contacta a través de las webs específicas para ello. Es bastante habitual que, en las redes sociales como Instagram, las jóvenes reciban mensajes de hombres que les proponen ser Sugar Babies. Hay grupos específicos en aplicaciones de chats en línea que giran en torno a estos contactos y que cuentan con cientos de integrantes.
El autoconvencimiento de que todo está bien
Todas las Sugar Babies con las que contactamos se reafirmaban en una misma idea: sus relaciones con estos hombres eran totalmente consentidas y no tenían ningún tipo de miedo. Sin embargo, cuando se les pedía una entrevista, la mayoría no accedía. Como muchas ocultan a sus familiares, conocidos o en el trabajo que realizan este tipo de servicios, era comprensible que no quisieran aparecer en pantalla. Pero cuando se les aseguraba que todo sería de manera anónima y que, en ningún caso, se las reconocería, reiteraban su negativa.
En las pocas ocasiones en las que sí se mostraban receptivas a ser entrevistadas manteniendo el anonimato, pedían que se le compensara económicamente a cambio de su testimonio.
Vender la incomodidad
Inés considera que no se está comerciando con su cuerpo: “Me pagan por hacerme sentir incomoda un rato. Me desnudan con la mirada, me piden ir al baño juntos…”. Es algo que está dispuesta a aceptar ya que el dinero le llega “muy fácil y rápido”. Desde su punto de vista, todos los Sugar Daddies tienen algo en común, son “pedófilos que juegan con lo legal. Cuanto más niña parecieras más les agradabas”.
“Cuanto más niña parecieras, más les agradabas“
Para la socióloga Clara Guilló, los Sugar Daddies rechazan la prostitución tradicional porque buscan en sus acompañantes la inocencia, pero ante todo, la subordinación. “Cuanto más sumisa, más adecuada seas al intercambio y más amable y complaciente, mejor”, explica.
Una puerta para las mafias
“Las mafias son muy listas y saben cómo aprovechar las aplicaciones donde las chicas se dan de alta para captarlas con fines de explotación sexual”, afirma Conchi Rodríguez, directora de Diaconía, que tiene claro que detrás de algunos perfiles de estas apps hay redes de trata.
Las dinámicas de estas páginas de Sugar Dating pueden facilitar que muchas mujeres bajen la guardia y no sospechen de la amenaza que existe. La socióloga Clara Guilló opina que “no ocurre nada en línea que no ocurra fuera de línea” pero que, sin duda, la tecnología facilita todas estas relaciones comerciales.