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Elecciones en Colombia

Cambio generacional, movilización por el cambio y descontento social: claves del giro de Colombia a la izquierda

  • El exguerrillero venció con el 50,44% de los votos en la segunda vuelta al populista independiente Rodolfo Hernández

  • El nuevo gobierno tendrá que hacer frente a una fuerte oposición para llevar a cabo sus medidas

MARTA REY
7 min.

Tras su cita con las urnas del domingo, Colombia ha elegido al candidato de izquierda, Gustavo Petro. El exguerrillero y exalcalde de Bogotá se enfrentó en la segunda vuelta al populista e independiente Rodolfo Hernández, al que se impuso con el 50,44% de los votos. Su victoria supone el primer ascenso de un candidato de izquierdas a la Presidencia, pero la ajustada distancia con su contrincante sumada a la división de fuerzas en el Congreso pueden complicar su mandato.

Al igual que su rival, Petro había prometido reformas profundas en el modelo político del país y su llegada al poder conlleva un cambio radical para un país marcado por décadas de conflicto. Además, pone sobre la mesa el descontento ciudadano, que ya se había reflejado a modo de protestas en las calles, y la crisis de los partidos tradicionales en un país en el que aumenta el apoyo a la izquierda.

“En los últimos años ya habíamos visto un ascenso de la izquierda en elecciones municipales y locales”, expone a RTVE.es Luis Fernando Sánchez-Huertas, director de Investigaciones en la Universidad de América. De hecho, Petro, que se presentaba por tercera vez a unas elecciones presidenciales, ya había conseguido alzarse como alcalde de Bogotá en 2011, uno de los cargos electos más importantes del país.

“Son los partidos tradicionales los que han sufrido ese voto de castigo. Los dos candidatos se presentaban como alternativa a la clase política tradicional”, expone a RTVE.es Anna Ayuso, investigadora sénior en el Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB). “Además, a Petro le ha ayudado su esfuerzo en moderar su discurso y el hecho de presentarse como un candidato socialdemócrata enfocado no tanto en cambios estructurales grandes, si no en asuntos sociales”.

El líder de la alianza política Pacto Histórico ha centrado su discurso en los sectores de la población más desfavorecidos y ha lanzado promesas como la lucha contra la desigualdad con una educación universitaria gratuita. Destaca, además, el protagonismo del papel de la mujer en su campaña y la figura de la que será su vicepresidenta, la afrocolombiana Francia Márquez, que prometía en su primera intervención tras conocer los resultados que el suyo sería “el gobierno de la gente de manos callosas”, y “de los nadies y las nadies de Colombia”.

De hecho, en el Cauca, departamento de origen de Márquez y uno de los más afectados por el conflicto, la candidatura del Pacto Histórico ha ganado con el 79,02% de los votos, al igual que en todo el Pacífico, la región afro del país, muy golpeada por la pobreza.

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Un resultado que demuestra un cambio generacional

Los comicios del domingo registraron la cifra de participación más alta desde 1998. Más de 22 millones de colombianos acudieron a las urnas en un país que suele registrar un alto nivel de abstencionismo. Los expertos coinciden en que se ha producido un “cambio generacional” en el país y una movilización por parte de un sector de la población que llevaba años exigiendo cambios a modo de movilizaciones en las calles.

“Es fundamental la presencia del voto joven y del sector rural, que tradicionalmente no votaba”, expone Sánchez-Huertas. “Una alta participación legitima mucho más la elección”.

“Es una generación que ha llegado a la vida adulta después de los años más duros del conflicto armado. El grueso de los votantes de Petro son menores de 35 y obviamente tienen una idea del país completamente distinta a los de Hernández, que son mayores de 35”, expone a RTVE.es Carlos Patiño, politólogo de la Universidad Nacional de Colombia.

“Todo ha ido acompañado de protestas sociales, porque la situación económica y social dentro del país se ha ido deteriorando y no se prestaba atención a determinados asuntos”, expone Ayuso. “Se trata de una generación de gente muy joven presente en las distintas movilizaciones que ha superado esa idea de que el conflicto lo eclipsaba todo”.

Las primeras movilizaciones ciudadanas surgieron en 2019, aunque para entonces fueron acalladas por la pandemia. Pero dos años más tarde, en 2021, daba comienzo un estallido social histórico que surgió tras una modificación fiscal que imponía el pago de IVA por alimentos. Petro, que llevaba años siendo la oposición al gobierno, se benefició de ese malestar ciudadano y supo postularse como la alternativa que respondía al desencanto de la población con la clase política.

El proceso de paz, clave

"La elección de Petro puede haber salvado el proceso de paz", ha declarado a Reuters Oliver Kaplan, profesor asociado de la Escuela de Estudios Internacionales Josef Korbel.

El nuevo líder está comprometido con implementar plenamente el acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de 2016, que puso fin al papel de ese grupo en el conflicto abierto en el país desde los años 60. Tras el acuerdo, que parecía poner fin a cinco décadas de conflicto armado, otros grupos ilegales empezaron a ocupar territorios antes controlados por las FARC, que a día de hoy es un grupo político con apenas apoyo electoral.

“Ha sido muy importante su apuesta por continuar con el proceso de paz y decir que se van a implementar los acuerdos, que es algo de lo que se acusa al expresidente Iván Duque de no haber hecho”, argumenta Ayuso.

Sin embargo, entre esos grupos que surgieron se encuetran los rebeldes del Ejército de Liberación Nacional, con los que Petro también se ha comprometido a entablar conversaciones, siendo cuestionado por la validez de esa medida.

"Petro propone dialogar con grupos insurgentes de las guerrillas y no sabemos si esto va a constituir o no una impunidad o el reconocimiento de facto de estos grupos ilegales. No sabemos qué coste tendrá, ni cuáles serán dichos acuerdos", expone Carlos Augusto Chacón, director del Instituto de ciencia política Hernán Hechevarría Olózaga.

Un gobierno que se enfrenta a un país dividido

En su primer discurso tras el cierre de urnas, Petro instó por un “gran acuerdo nacional” y daba la bienvenida al gobierno a los votantes de Hernández. Sin embargo, como presidente, se va a topar con una fuerte oposición y se va a ver obligado a negociar con las distintas fuerzas en un congreso muy dividido.

“Por primera vez, vamos a ver en Colombia un Congreso que va a protagonizar una oposición fuerte y directa con el presidente. Hasta la fecha se han encontrado con mayorías innegociables, algo que Petro no va a tener”, expone Sánchez-Huertas.

“Un problema importante está en las altas expectativas que se han creado en torno a su elección”, expone a RTVE.es Carlos Patiño, politólogo de la Universidad Nacional de Colombia. Para el experto, algunas de las promesas de Petro, como la “despetrolización” del país, o la reforma de las pensiones podrían derivar en un “desajuste entre las promesas de campaña y las opciones reales a la hora de gobernar”, ya que no tiene una mayoría en el congreso y gran parte de la población está en su contra.

Entre las propuestas de Petro, se encuentra la prohibición de proyectos petrolíferos por cuestiones medioambientales, y pese a que haya asegurado que no se cancelarán los contratos vigentes, ha preocupado a algunos inversores en un país en el que el crudo representa casi la mitad de las exportaciones y cerca del 10% de los ingresos nacionales.

Además, según Ayuso, "la estructura del voto todavía presenta un país dividido en dos" que se enfrenta al discurso de unidad lanzado por Petro. "Sigue habiendo dos colombias y es una división que no cambia, que está siempre ahí".

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