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La niña del napalm cumple 50 años: la "brutal" historia detrás de la imagen que cambió la guerra de Vietnam

  • Phuc tenía solo nueve años cuando la mayor parte de su cuerpo ardió en un líquido inflamable más potente que la gasolina

  • El fotógrafo de Médicos Sin Fronteras Juan Carlos Tomasi analiza la importancia de la imagen en el conflicto de Vietnam

LAURA GÓMEZ SÁNCHEZ
7 min.

Kim Phuc tenía solo nueve años cuando la mayor parte de su cuerpo ardió en napalm, un líquido inflamable más potente que la gasolina. Era el 8 de junio de 1972 y su aldea en Vietnam del Sur, Tran Bang, había sido bombardeada por las fuerzas estadounidenses. Abrasada, asustada y aullando de dolor, echó a correr por la carretera. Un horror que el reportero gráfico de la agencia Associated Press Nick Ut dio a conocer al mundo y que contribuyó a poner fin al conflicto. Ahora, 50 años después, sigue siendo un icono de la influencia de las fotografías en la guerra de Vietnam.

La niña del napalm no hizo por sí sola que las tropas estadounidenses se retiraran, pero sí "le dio un golpe de efecto muy importante", opina el fotoperiodista de Médicos Sin Fronteras Juan Carlos Tomasi. Aunque los medios de comunicación se hicieron eco de múltiples atrocidades durante los 10 años de combates, la instantánea de la pequeña gritando compasión marcó una diferencia. "Estaba cargada de ideología y contaba una historia brutal", lo que perjudicó aún más la opinión pública sobre el conflicto armado y agravó la presión social.

Pero la fotografía no marcó únicamente la guerra, sino también la vida de Phuc. Después de superar innumerables intervenciones y de estar al borde la muerte, el napalm le dejó cicatrices invisibles que nunca se irán. Sin embargo, la mujer, de ahora 59 años, ha aprovechado su traumática experiencia para crear una fundación y llevar con ella otras historias a la palestra. Porque, como ha dicho en varias ocasiones, confía en que el impacto de su historia facilite la paz.

La historia detrás de la foto: quemaron el 65% de su cuerpo

La casa de Kim Phuc estaba en medio del sitio donde cayeron cuatro bombas de napalm. Estos proyectiles alcanzan una temperatura de 800 a 1200 grados, es decir, de ocho a 12 veces más elevada que la del agua hirviendo. Como relató a la Unesco, organización de la que es Embajadora de Buena Voluntad desde 1997, el 65% de su cuerpo quedó abrasado y tuvieron que practicarle injertos en el 35% de la piel. Pero su rostro y sus manos quedaron intactos. “Las bombas no me destruyeron por completo como lo hicieron con familiares y amigos”, dijo entonces.

Kim Phuc y Nick Ut, el fotógrafo retirado de la agencia AP que tomó la famosa imagen de la niña del napalm EFE/Jorge Fuentelsaz

Tras realizar la fotografía, Nick Ut arropó a la niña y la llevó a toda prisa a un hospital sudvietnamita. Luego, pasó 14 meses recuperándose en el Hospital Barsky, el centro médico estadounidense de Saigón, donde su atención fue pagada por una fundación privada. Nadie esperaba que sobreviviese. De hecho, dos de sus primos pequeños no lo hicieron. Sin embargo, a los dos años y contra todo pronóstico, fue capaz de volver a su aldea.

El impacto de la imagen en su vida no acabó allí. Cuando estudiaba Medicina en la universidad, el régimen comunista de Vietnam la convirtió en un arma de propaganda política contra Estados Unidos al descubrir que ella era la famosa menor, tal y como narra en su página web. Tuvo que dejar la carrera y estaba diariamente supervisada. Finalmente, Phuc aprovechó en 1992 una escala técnica en Canadá en uno de los viajes propagandísticos y desertó.

Desde entonces, ha dedicado gran parte de su vida a contar su historia para prevenir y denunciar los ataques contra civiles en los conflictos armados. Algo que hace también desde la organización que creó en 1999, la Fundación Internacional Kim Phuc.

Ideología, objetividad, profesionalidad y crudeza: los motivos de su impacto

En 2023 se cumplirán también 50 años desde la firma de los Acuerdos de París, el tratado que el 27 de enero de 1973 decretó un alto el fuego en Vietnam y puso las bases para la salida de EE.UU. La batalla comenzó a perderse en los medios de comunicación, sobre todo a partir de 1968, cuando se difundieron las imágenes de un general sudvietnamita ejecutando sumariamente a un vietcong. Empezó a formarse así una corriente de opinión contraria a la guerra que dinamitó con la fotografía de Nick Ut.

"Estuvo en las portadas de la mayoría de los grandes periódicos estadounidenses", recuerda el fotógrafo Tomasi, "influyó mucho en la percepción de la gente". Él se animó a coger una cámara gracias a las terribles imágenes que transmitían constantemente los telediarios de la guerra de Vietnam y esta le impactó tanto que incluso le dedicó una tesis. Pero, ¿por qué esa instantánea y no otra continúa siendo recordada como testigo del horror?

Tenía una gran carga ideológica, era cruda y objetiva y estaba pensada

Según el profesional de Médicos Sin Fronteras, era la foto perfecta. "Tenía una gran carga ideológica, era cruda y objetiva y estaba pensada", dice a RTVE.es. La profesionalidad del equipo de Associated Press, que ganó seis premios Pulitzer durante el conflicto, "era todo lo que nos decían en la universidad que debía tener una fotografía".

Otro de las razones de su impacto fue la brutal estampa del grupo de niños, los primos de Phuc, que llegó como ninguna a los espectadores. "Para convertirse en un icono al final lo prima es cómo afecta al lector", añade Tomasi. Un factor más que, junto al contexto antibélico y al activismo de la propia niña, han hecho que su recuerdo perdure hasta hoy.

Así es la vida de la niña del napalm en la actualidad

Kim Phuc tiene ahora 59 años y vive en Canadá, cerca de Toronto, con su marido y sus dos hijos, Thomas y Stephen. Su cuerpo quedó marcado para siempre con las heridas visibles e invisibles del napalm, pero en múltiples ocasiones ha dicho haber perdonado a las que se las infligieron.

En un acto conmemorativo de la guerra del Viet Nam celebrado en Washington esta semana dijo a los excombatientes presentes que, si un día se encontrase cara a cara con el piloto que lanzó la bomba, le diría que "ya no se puede cambiar la historia". "Así que tratemos de hacer cuanto podamos por promover la paz", explicó. De hecho, Phuc tuvo el gesto de abrazar a uno de los asistentes al acto que intervino en la coordinación del bombardeo de Trang Bang, John Plummer.

Tengo una misión, ya no como víctima, sino como superviviente

Phuc ha tratado también hacer de su experiencia traumática un motivo para luchar para que ningún otro niño en el mundo pase por esa situación. Por ese motivo, ha dedicado varias décadas de su vida a contar su historia, al lado del Nick Ut, y ha creado la Fundación Internacional Kim Phuc. Una organización que tiene el fin de sanar a los niños que las guerras deja heridos o huérfanos. "Tengo una misión, ya no como víctima, sino como superviviente, una madre y esposa y abuela que llama a la paz", manifestó al respecto en su última intervención.

La sobreviviente de la guerra de Vietnam Kim Phuc Phan Thi recibe el Premio Dresden, Alemania EFE/FILIP SINGER

La activista por la paz ha recibido, además, numerosos premios en los últimos años. Uno de ellos lo recogió en 2006, cuando el Middle East Women's Achievement Awards Institute de Dubai le galardonó con el premio al mérito global. Dos años antes, la Universidad de York le otorgó el doctorado Honoris Causa De Derecho. Y, en 1997, la Unesco la nombró embajadora.

"Quiero que mi experiencia sirva a los demás", así resumió Phuc en una entrevista con la Unesco tras entrar en la organización su empeño en la lucha por la paz, algo en lo que todavía continúa enfrascada. La guerra, dijo, "solo trae consigo padecimientos". "Y por eso enseño a la niñita de la foto, porque su imagen es el relato de mi vida y de las consecuencias", concluyó.

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