Las armas que los países occidentales están enviando a Ucrania corren el riesgo de terminar en el mercado negro. Es un peligro que se multiplicará si el final de la guerra es caótico.
Una treintena de países está suministrando un enorme arsenal de armas al Gobierno de Zelenski para que pueda hacer frente a la invasión rusa.
Altos mandos del Pentágono reconocen la dificultad de controlar el destino final de este armamento, que incluye tanto armas ligeras como lanzagranadas, sistemas antiaéreos y proyectiles anticarro.
"Es previsible que una parte, por diferentes razones, termine fuera del control de las autoridades. Según la línea del frente va moviéndose, se puede perder la pista de muchos de estos depósitos de armas que se encuentran más tarde. Estamos hablando de sótanos de viviendas, de graneros", explica Christian D. Villanueva, director de la revista Ejércitos.
El precedente de la guerra de los Balcanes
Hay armamento que puede acabar en el mercado negro vendido al mejor postor. Ocurrió en la guerra de los Balcanes y más recientemente en Siria, Yemen y Afganistán.
"Esto ha ocurrido en todas las guerras y por supuesto internet ha facilitado el negocio. Hay que tener en cuenta que muchos de los soldados ni siquiera son soldados regulares, son milicianos de Donetsk, del Donbás, operarios de Wagner, voluntarios de diferentes partes, para ellos también es una oportunidad de ganar un dinero relativamente fácil", según el director de la revista Ejércitos.
También existe el peligro de que si el país degenera en un Estado fallido, bandas de irregulares ucranianos se hagan con parte del armamento enviado por los países occidentales.