El primero que pronunció la frase "Yolanda Díaz debe ser la próxima presidenta del Gobierno" fue Pablo Iglesias. Lo hizo el día que decidió dejar la política activa tras su batacazo como candidato de Podemos en las elecciones de la Comunidad de Madrid. Iglesias dijo en ese momento que él ya no "sumaba" y dio un paso al lado, pero antes lanzó a Díaz como candidata de Unidas Podemos a la Presidencia del Gobierno. Solo había un problema en ese plan de sucesión orquestado hace un año: la propia Díaz no lo había decidido y de hecho aún no ha tomado esa decisión. Y en ese camino que le llevará o no a competir para llegar a La Moncloa, su distancia con Podemos cada vez es mayor.
Iglesias utilizaba en ese momento la palabra "sumar", precisamente la escogida ahora por la vicepresidenta y ministra de Trabajo para lanzar el "proceso de escucha" que lleva anunciando desde hace meses y que esta semana parece haber dado un paso definitivo.
De momento 'Sumar' no es más que una asociación ya registrada para organizar dicho proceso de escucha que Díaz pondrá en marcha tras las elecciones andaluzas del 19J y que ya ha sido aplazado varias veces. La ministra quería una herramienta jurídica para iniciar esa gira por España alejada de partidos políticos y ya la tiene.
Díaz deshoja la margarita mientras Podemos se resiste a perder protagonismo
La posible candidata, que aún deshoja la margarita, ha querido dejar claro que 'Sumar' no es, de momento, una marca electoral sino ese paraguas para organizar una plataforma que escuche a la ciudadanía y la sociedad civil antes de decidir si concurre. Sí ha dejado claro en varias ocasiones que si lo hace sería bajo un frente amplio en el que aún está por conocer el protagonismo, el papel y el encaje que tendrá Podemos como partido.
Desde esta formación han reconocido esta semana que no sabían absolutamente nada de la creación de esa asociación, tal y como dijo la ministra de Igualdad, Irene Montero, este viernes en el programa 'Las claves del siglo XXI' de TVE. La ministra ha querido restar importancia al hecho de que Díaz no informara a nadie de Podemos sobre este paso: "Yolanda tiene que decidir y vamos a esperar a que ella nos cuente qué es 'Sumar'. En cualquier caso, no hay ningún problema en ello".
Podemos se resiste a perder relevancia en ese espacio que podría liderar Díaz, que ya ha dicho no quiere dar todo el peso a los partidos en su futuro proyecto.
La propia secretaria general, Ione Belarra, ha reivindicado este domingo a su formación y ha subrayado la "necesidad" de que "lidere candidaturas amplias respaldadas por primarias abiertas a la ciudadanía" y, aunque ha dejado claro su "compromiso con la unidad", avisa: "Podemos es imprescindible".
Así, Podemos defiende el peso que cree debe tener y pone en valor "la fuerza de la organización" para mantener el Gobierno de coalición tras las elecciones generales de 2023. Díaz, que está midiendo los tiempos sin correr, carece de estructura orgánica propia.
La vicepresidenta incluso marca distancias con los morados dentro del seno del Gobierno, donde las discrepancias ya no son solo entre la parte socialista y Unidas Podemos, sino entre los propios ministros de UP en asuntos no menores como el envío de armas a la guerra de Ucrania- asunto en el que Díaz tuvo que calmar las aguas después de que Ione Belarra hablara del PSOE como "partido de la guerra"- o el espionaje de Pegasus.
El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, refiriéndose al espacio electoral a la izquierda del PSOE, evitó hablar de Podemos para definirlo como el "espacio de Yolanda Díaz" y avaló esa posible candidatura señalando que es "necesario" que "todo el espacio progresista esté en forma" consciente de que del resultado de Díaz, si se presenta, puede depender su futuro en unas elecciones generales donde ya nadie piensa en mayorías absolutas.
En el último CIS de esta misma semana, Díaz supera con un aprobado (5,05) tanto a líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, con un 4,86; como a Sánchez, con 4,28.
Díaz gana la batalla andaluza e Iglesias explota
En esta suerte de guerra soterrada, Díaz ha ganado la batalla a Podemos en Andalucía hace escasos días, cuando consiguió imponer a la que era su candidata, Inmaculada Nieto (IU), frente al de Podemos, Juan Antonio Delgado, en una coalición 'Por Andalucía' que nacía accidentada precisamente por las discrepancias en su formación hasta ultimísima hora.
Tras ese episodio, el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, muy cabreado, lanzó duras críticas contra Díaz en la cadena Ser y explicó así la designación de la cabeza de lista de Por Andalucía: "Intervino en el último momento Yolanda, que dijo que la candidata tenía que ser la de IU, y Podemos se cuadra y dice pues si lo dice la jefa, aunque no estemos de acuerdo con esto, lo tenemos que asumir". Iglesias añadió: "La próxima vez estaría muy bien hacer unas primarias".
No quedó ahí la cosa: "Hemos vuelto a los despachos y las puñaladas", para rematar: "No voy a dar ningún titular que perjudique a Yolanda ni a la candidatura del cambio ni al frente amplio o como leches se termine llamando".
Díaz no entró al cuerpo a cuerpo con Iglesias, pero dijo que el "espectáculo" de Andalucía estaba alejado de lo que ella pretende con el proyecto que tiene en la cabeza. "El proceso de escucha que voy a iniciar con carácter inmediato nada tiene que ver con esto. Estas cosas son las que alejan a la ciudadanía de los partidos políticos", afirmó Díaz, que nunca ha militado en Podemos y mantiene su carné del PCE.
El propio Iglesias, que combina los halagos- "es una figura espectacular"- con los dardos- "existe gracias a Podemos"-, ha llegado a cuestionar su propia decisión de señalarla como su sucesora. En respuesta, Díaz le dijo que "los liderazgos" en los partidos "los decide en el último extremo la gente y la ciudadanía".
El distanciamiento personal entre ella e Iglesias es, por tanto, evidente, pero la distancia entre Podemos y Yolanda Díaz se escenificó en el acto de noviembre del pasado año en el que muchos vieron el germen de esa plataforma electoral. La posible candidata invitó a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; a la vicepresidenta de la Generalitat Valenciana, Mónica Oltra, a la portavoz de Más Madrid, Mónica García, y a la portavoz del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía en Ceuta, Fátima Hamed Hossain, al encuentro 'Otras políticas', una "reunión de mujeres progresistas que quieren hacer política", en el que no estaban ni Belarra ni Montero. Tanto el partido como la propia Díaz también restaron importancia, pero la ausencia fue muy elocuente.
La realidad es que Díaz se deja ver en pocos actos de Podemos con ambas lideresas, compañeras además en el Consejo de Ministros. Este fin de semana Podemos ha celebrado su Fiesta de la Primavera y Díaz no ha estado en un cartel con decenas de nombres del espectro de UP, entre ellos las dos ministras Belarra y Montero.
Y últimamente (casualidad o no) Díaz ha coincidido con Mónica García, líder de Más Madrid, marca del partido de Íñigo Errejón, con el que también se ha visto en un acto reciente a la vicepresidenta, lo que puede aumentar los recelos en Podemos, de donde salió su cofundador de forma no precisamente amistosa.
Incluso la candidata de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, otra ex de Podemos, ha dicho que "observa con interés" ese proceso de escucha.
Díaz también ha cerrado filas ya con Colau, que repetirá como candidata municipal en 2023, y a la que invita a un proyecto que ha definido como ecologista, feminista y transversal. La regidora hizo este anuncio esta semana horas después del nacimiento de 'Sumar' dejando claro que ambos proyectos van de la mano. "Sumemos también con Ada Colau", aseveró Díaz.
El modelo que llevó a la de los 'comunes' y a Manuela Carmena a las alcaldías de Barcelona y Madrid, lejos de partidos políticos, es el que convence a Díaz, pero ¿es eso posible en unas elecciones generales donde la maquinaria de los aparatos lo es todo?
En este contexto y cuando quedan menos de quince días para que arranque la campaña electoral en Andalucía, Yolanda Díaz encara la creación de su plataforma a la que dará seis meses de escucha a la sociedad para entonces decidir. Con esas cuentas dará el 'sí' o el 'no' a finales de este año y ya solo le quedaría uno más para prepararse a saltar al ruedo electoral, eso si no se adelantan las generales.