Amnistía Internacional ha denunciado este viernes "ataques ilegítimos" y "ejecuciones extrajudiciales" durante guerra en Ucrania en localidades el noroeste de Kiev y ha exigido que las fuerzas rusas a "rendir cuentas" ante la justicia internacional por esos "crímenes de guerra".
"En una acción infrecuente e incluso histórica, Amnistía Internacional denuncia el uso ilegítimo de la fuerza por parte de Rusia como violación de la Carta de las Naciones Unidas y como acto de agresión, un crimen bajo la legislación internacional. Es una acción que muy raramente adoptamos", ha afirmado Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, al comienzo de la rueda de prensa sobre los detalles de un nuevo informe de la organización, que incluye los resultados de su investigación sobre el terreno.
Basándose en decenas de entrevistas y un análisis exhaustivo de pruebas materiales, el informe refleja al menos 22 casos de "homicidio ilegítimo a manos de las fuerzas rusas", en su mayoría presuntas ejecuciones extrajudiciales, en Bucha, y varias localidades y pueblos más del noroeste de la capital. Amnistía Internacional ha documentado también que 40 civiles murieron en ataques "desproporcionados" e "indiscriminados" contra un barrio en Borodyanka, entre otros crímenes.
"Sabemos que los crímenes cometidos contra la población de los alrededores de Kiev que estamos denunciando hoy no son anecdóticos, sabemos que forman parte de un patrón que ha caracterizado la conducta rusa de las hostilidades desde el principio a gran escala y de impacto devastador", ha dicho Agnès Callamard.
Homicidios en el noroeste de Kiev
Tras la retirada rusa de ciertos territorios de Ucrania, un equipo de Amnistía Internacional ha visitado los lugares donde se habían cometido numerosos homicidios y ha entrevistado a residentes de Bucha, convertida en uno de los símbolos de la devastación de la guerra, al encontrarse decenas de cadáveres maniatados en las calles y fosas comunes. También se ha dirigido a Borodyanka, Novyi Korohod, Andriivka, Zdvyzhivka, Vorzel, Makariv y Dmytrivka.
Durante los 12 días que han durado las investigaciones, en total, ha entrevistado a 45 personas que habían presenciado homicidios ilegítimos de sus familiares y vecinos a manos de soldados rusos y a otras 39 que habían sido testigos de ataques aéreos contra ocho edificios residenciales o tenían conocimiento de primera mano de ello.
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Según aparece en el informe, entre el 4 y el 19 de marzo, las fuerzas rusas mataron a cinco hombres en presuntas ejecuciones extrajudiciales en un recinto de cinco edificios en Bucha. Uno de ellos era Yevhen Petrashenko, de 43 años y padre de dos hijos, según ha contado su esposa Tatiana a Amnistía Internacional, que fue asesinado mientras las fuerzas rusas estaban llevando a cabo registros casa por casa.
Ella se encontraba en el sótano y pidió visitar su apartamento. “Yevhen yacía muerto en la cocina. Le habían disparado en la espalda, [cerca de] los pulmones y el hígado. Su cuerpo permaneció en el apartamento hasta el 10 de marzo, cuando pudimos enterrarlo en una tumba poco profunda en el patio”, según aparace su testimonio en el informe.
En el pueblo de Novyi Korohod, también fue asesinado Viktor Klokun, de 46 años. Olena Sakhno, su pareja, ha asegurado a la ONG que algunos vecinos le llevaron su cuerpo el 6 de marzo. "Tenía las manos atadas a la espalda con un trozo de plástico blanco y le habían disparado en la cabeza”, ha explicado.
Ataques aéreos en Borodyanka
Otro de los puntos en los que se ha centrado la investigación ha sido la localidad de Borodyanka. Allí, según se explica en el informe, los días 1 y 2 de marzo, una serie de ataques aéreos rusos alcanzaron a ocho edificios de apartamentos de la localidad de Borodyanka, a unos 60 kilómetros al noroeste de Kiev, donde vivían más de 600 familias.
Los ataques causaron la muerte de al menos 40 residentes y destruyeron los edificios, así como decenas de casas de los alrededores. La mayoría de las víctimas murieron en los sótanos de los edificios, donde se habían refugiado. Otras murieron en su apartamento. Uno de los afectados fue Vadim Zahrebelny que ha perdido a tres de sus familiares.
"Mi madre, y mi hermano y su esposa insistieron en quedarse en el sótano porque tenían miedo de que los soldados rusos les disparasen si salían a la calle. Unos 20 minutos después de que saliéramos, [mi hijo y yo] el Edificio 359 fue bombardeado y todos murieron, junto con otros vecinos y vecinas”, ha explicado a la organización.
La organizacion afirma que no se ha localizado ningún objetivo militar ucraniano fijo en ninguno de los edificios bombardeados ni en sus alrededores, aunque a veces, según informes, personas armadas que apoyaban a las fuerzas ucranianas disparaban a los vehículos militares rusos que pasaban desde algunos de esos edificios o cerca de ellos.
Piden justicia para las víctimas
Los ataques deliberados y "desproporcionados" contra bienes de carácter civil constituyen crímenes de guerra, ha dicho Agnès Callamard. "Según la doctrina de la responsabilidad común, los superiores que sabían o tenían razones para saber de los crímenes de guerra, pero no intentaron detenerlos o castigar a los responsables, esos dirigentes deben ser considerados penalmente responsables", ha continuado.
La representante de Amnistía Internacional ha advertido de que la justicia internacional puede que no sea "rápida", por lo que ha instado a las autoridades a "gestionar las expectativas de la población de forma justa, transparente y veraz. Hay mucha politización de la justicia y tenemos que preservar al pueblo ucraniano de ella".
"En última instancia, la forma en que se imparta la justicia para el pueblo de Ucrania será clave para ganar no sólo la guerra militarmente, sino para reconstruir las comunidades, el país y el mundo, donde la verdad gobierne, donde las reglas presidan la fuerza y donde los derechos se mantengan para todas las personas", ha aseverado.