La ONG Reporteros sin Fronteras (RSF) advierte de la desinformación creciente, la propaganda y la polarización de los medios en los países democráticos en su informe anual, cuya publicación coincide con la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa.
El informe incluye una clasificación mundial de 180 países, que coloca en los mejores puestos a países como Noruega, Dinamarca y Suecia. En cambio, la situación de los periodistas es "muy grave" en 28 países, entre ellos Rusia y Bielorrusia (cuya situación fue analizada a principios de 2022, es decir, tras la invasión de Ucrania); "difícil" en 42 países, como México, Bolivia, Mali o Emiratos Árabes Unidos; y "problemática" en 62, entre ellos Israel, Senegal, Panamá o Grecia. También señala una polarización mediática en Estados Unidos, Francia o Polonia.
España pierde tres puestos en esta clasificación y se sitúa en el 32.
Este año, RSF aplica una nueva metodología en la que se añaden otros indicadores, además de la seguridad y el ambiente institucional y social, como el marco legal, el sociocultural o el económico.
Desinformación, opinión y banalización
RSF destaca cómo se están extendiendo la desinformación y la propaganda, con modelos informativos que mezclan opinión e información, banalizan la información y apuestan por el espectáculo y la polémica. Pone como ejemplo el modelo de la cadena conservadora estadounidense Fox News.
Estas prácticas, "amplificadas por el funcionamiento de las redes sociales", provocan el crecimiento de la fractura y la división de la opinión pública. "La invasión de Ucrania por Rusia es emblemática del fenómeno porque ha sido preparada por una guerra de propaganda", destaca RSF.
En cambio, en Estados Unidos o Francia son las "tensiones sociales y políticas" las que se ven aceleradas por las redes sociales y los nuevos medios de opinión. "En ciertas 'democracias iliberales' la represión de la prensa independiente es un factor de polarización intensa", apunta RSF, que pone el ejemplo de Polonia y sus estrategias de control de medios audiovisuales.
La seguridad de los periodistas tampoco está asegurada, ni siquiera en Europa. Por ejemplo, los Países Bajos descienden 22 puestos en la clasificación (puesto 28) tras el asesinato en julio de 2021 del periodista de investigación Peter R. de Vries.
RSF destaca la muerte de cinco periodistas en la guerra de Ucrania y asegura que muchos informadores han sido blanco deliberado del ejército ruso.
América Latina, la región más peligrosa para los periodistas
No obstante, América Latina sigue siendo la región más peligrosa del mundo para informar. México, en el puesto 127, sigue siendo el país con más periodistas asesinados, mientras la situación empeora en Nicaragua y El Salvador.
La pandemia de COVID-19 también ha perjudicado la libertad de información y prensa. RSF destaca por ejemplo que China, que ocupa uno de los últimos puestos en libertad de prensa, ha utilizado multitud de leyes para controlar a su población.
En países como Alemania, Francia, Italia y Holanda se han notificado además numerosos ataques contra periodistas por parte de manifestantes contrarios a las medidas gubernamentales para frenar el coronavirus.
El presidente de RSF, el francés Christophe Deloire, insiste en que la puesta en marcha de un armamento mediático en los países autoritarios "aniquila el derecho a la información de sus ciudadanos y concluye en el aumento de tensiones en el plano internacional que pueden llevar a las peores guerras".
En este contexto, Deloire insta a promover un marco legal "adaptado con un sistema de protección de los espacios informativos democráticos".
España pierde tres puestos
La clasificación sitúa a España en el puesto 32 de la lista de 180 países, tres puestos por detrás del conseguido el año pasado.
En España, según RSF, existen medios "excesivamente polarizados" y "olvidadizos con su misión de informar lejos de posicionamientos políticos", y en los que cada vez tiene más peso la opinión frente a la información.
La polarización mediática y el mal contexto económico del sector contrarrestan la mejora de las condiciones de seguridad. En España ha habido menos agresiones que en los últimos años y no se han registrado casos de agresiones a la prensa por parte de manifestantes negacionistas del coronavirus o antivacunas.