La reclamación de las madres solteras es tener los mismos derechos que las familias biparentales en lo referente a los permisos de maternidad, es decir, 32 semanas: las 16 que posee la madre y las 16 que puede disfrutar el padre. En la actualidad, las mujeres que se enfrentan a la maternidad en solitario sólo cuentan con 16 semanas de baja maternal. Hasta ahora las mujeres que crían a sus hijos solas han ganado las sentencias judiciales por las denuncias que han puesto en los tribunales de justicia a la Seguridad Social, pero, según Míriam Tormo, presidenta de la Asociación Madres Solteras por Elección, lo que reclaman es que se regule por ley y se reconozca su igualdad porque: "En el ámbito de prestaciones y ayudas, es totalmente insuficiente lo que ahora mismo tenemos".
“Somos penalizadas frente al modelo biparental“
"Lo que esperamos es igualdad de oportunidades, igualdad de trato, y no discriminación frente al modelo biparental. Empieza una lucha, en un montón de aspectos: en el de las prestaciones por nacimiento, por lactancia, los permisos laborales, en los ámbitos educativos y fiscales. Cuando escarbas, te das cuenta de que somos penalizadas frente al modelo biparental. Esto solo lo conoces una vez que estás en el proceso y lo necesitamos, claro", asegura Tormo.
Discriminación por ser madre soltera
La primera sentencia a favor de un madre soltera se produjo en noviembre del año 2020. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco falló a favor de la mujer demandante. A esta decisión judicial le siguieron otras en Valencia o Galicia, hasta llegar a un punto de inflexión cuando el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) respaldó que una magistrada que era progenitora única acumulara los permisos de las familias biparentales.
Las mujeres tienen 32 años de media al concebir a su primer hijo Kaan Sezer
"Nosotras tomamos una decisión que está enriqueciendo también a esta sociedad, estamos criando el futuro de este país, con niños. En ese sentido estamos aportando un valor social y por lo tanto no podemos permitir que nuestros hijos y nuestras hijas tengan menos derechos y nosotras menos oportunidades", asegura Tormo, quien insiste en que desde su asociación: "No queremos visibilizar sólo el modelo de familia, sino también la discriminación por ser madre soltera".
“No podemos permitir que nuestros hijos e hijas tengan menos derechos“
Estigma histórico
Lo cierto es que el número madres no casadas no hace más que crecer en España. Según el dato de 2016 (la última cifra disponible) que proporciona el INE, más del 45% de los niños nacidos es de una madre no casada en nuestro país. Una situación que contrasta con la que había en 1975, cuando la cifra alcanzaba sólo un 2%.
Según Carmen Flores, presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres Solteras (FAMS), las madres solteras han sufrido un agravio histórico: "Fue durante el franquismo cuando se creó el Patronato de la Mujer, allí se encarcelaba, se pretendía proteger a aquellas mujeres que se salían de la norma, mujeres prostituidas, mujeres que habían tenido hijos fuera del matrimonio. Había todo tipo de situaciones con las que se salían de lo que era la norma tradicional de la visión del papel de la mujer".
“Durante el franquismo se coaccionaba a las madres solteras para dar a sus hijos en adopción“
Durante el franquismo, el estigma social sobre la mujer que se quedaba embarazada fuera del matrimonio era muy grave. "Muchas mujeres tenían que emigrar fuera del pueblo a la ciudad. A las madres solteras, se les buscaba un marido porque no se aceptaba socialmente ni tampoco el régimen de Franco aceptaba que hubiera madres solteras. La maternidad no podía ser sin un hombre, sin un marido. A otras mujeres se las metía en las Casas de Maternidad y también se las persuadía o coaccionaba para que dieran en adopción a esas criaturas", afirma María Isabel Blázquez, profesora de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
La evolución histórica en España ha marcado a la mujer que decidía tener a su hijo a solas también por el poder y la influencia que ha tenido la religión católica en nuestra sociedad. "Venimos de una cultura nacional que está muy marcada por el franquismo, por el catolicismo, de que maternidad siempre tenía que ser en pareja y principalmente en una pareja heterosexual, pero el que las mujeres decidieran enfrentar solas una maternidad era una situación que las estigmatizaba y las convertía, de alguna manera, en unas parias", concluye Blázquez.
“El padre de mi hija no se quiso hacer cargo y seguí adelante con mi embarazo “
Según nos cuenta Flores, la decisión de ser madre soltera tampoco fue fácil a finales de la década de los ochenta, ya en la época de la democracia en España, cuando ella eligió seguir adelante con su embarazo: "Yo fui madre soltera porque me quedé embarazada, el padre de mi hija no se quiso hacer cargo, y decidí seguir adelante el embarazo, un poco inconsciente yo creo. Yo quería ser madre y ya que estaba embarazada me dije: ahora. Acababa de terminar la carrera, con lo cual me lancé a la aventura hace casi 35 años".
Igualdad de derechos
Según nos cuentan las cuatro expertas entrevistadas, afrontar una maternidad en solitario hace necesario para la mujer el contar con una red de apoyo que ayude en la crianza del hijo o la hija. "Siempre he considerado imprescindible el tener una red de apoyo, incluso en las familias al uso es muy importante. En este momento, por el tipo de vida que llevamos, es difícil apoyarse en esa tribu", explica Bárbara Vázquez, madre soltera, al programa Objetivo Igualdad.
“Optamos por la reproducción asistida como fue mi caso “
Esa necesidad es un punto en el que coinciden nuestras entrevistadas. "En general optamos por la reproducción asistida, que fue mi caso. Te embarcas ya en otro proceso, que es el tema de los tratamientos. Con la edad se añade una dificultad y no es tan sencillo. Son varios intentos, generalmente, depende de cada mujer. Luego ya viene tu criatura y es un momento muy feliz. Más tarde llega la crianza, que hay que hacerla en solitario y tiene una complejidad porque estás tú sola en casa, con el bebé, normalmente buscamos apoyo o creamos antes esa red de apoyo", explica Míriam Tormo.
Las madres solteras buscan una igualdad en los derechos de sus hijos con los nacidos en familias biparentales. Reclaman al Gobierno su plena equiparación con ese modelo de familia. "No podemos permitir que nuestros hijos y nuestras hijas tengan menos derechos y nosotras tengamos menos derechos. Es inconcebible que, en pleno siglo XXI, suponga una decisión añadida de una renuncia profesional, que madres que tengan un sueldo porque se lo han trabajado y han podido progresar profesionalmente, tomen la decisión de ser madres en solitario y renuncien a su carrera profesional para hacer unas oposiciones para tener, con mucho menos salario, un horario que les permita conciliar y tener a su hijo y hija", concluye Tormo.