Los países de la ONU han decidido este jueves suspender la participación de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos en respuesta a las supuestas "violaciones y abusos graves" que está cometiendo en la guerra en Ucrania.
La Asamblea General de Naciones Unidas ha aprobado la resolución, presentada por Estados Unidos, con 93 votos a favor, 24 en contra (entre las que se encuentra China) y 58 abstenciones.
"Los criminales de guerra no tienen cabida en los órganos de la ONU destinados a proteger los derechos humanos", ha afirmado el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, al agradecer a los Estados miembros que han apoyado la medida. "Eligieron el lado correcto de la historia".
Desde que comenzó el reposicionamiento del Ejército ruso en el este de Ucrania, se han ido conociendo detalles de la brutalidad de las tropas de Vladímir Putin contra la población civil en la región de Kiev. Después del hallazgo de centenares de cadáveres en Bucha, las autoridades ucranianas están denunciando la masacre en otras localidades como Borodyanka o Andriivka y los países de Occidente han aumentado las sanciones contra el Kremlin.
Rusia dice que la suspensión es "ilegal"
Tras la votación en la ONU, el Kremlin ha asegurado que la suspensión es "ilegal" y solo se debe a razones políticas, según ha informado la agencia oficial rusa, RIA, citando al Ministerio de Exteriores ruso, que asegura haber "renunciado anticipadamente" al Consejo de Derechos Humanos.
La decisión, ha dicho Moscú, está "dirigida a castigar de forma ostentosa a un Estado soberano miembro de la ONU, que lleva a cabo una política interior y exterior independiente".
"Lamentablemente, en las condiciones actuales, el Consejo está prácticamente monopolizado por un grupo de Estados que lo utilizan para sus propios fines oportunistas", ha añadido el departamento que dirige Sergéi Lavrov.
Además de China, han votado en contra de la suspensión, Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Burundi, República Central Africana, Congo, Cubo, Corea del Norte, Eritrea, Etiopía, Gabón, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Laos, Mali, Nicaragua, Siria, Tayikistán, Uzbekistán, Vietnam y Zimbabue.
Moscú acusa a EE.UU. de "colonialismo" y niega los abusos que le imputan
"Lo que estamos viendo hoy es un intento de Estados Unidos de mantener su posición dominante y su control total para continuar con su intento de colonialismo en materia de derechos humanos y relaciones internacionales", ha valorado antes de la votación Gennady Kuzmin, Representante Permanente Adjunto de Rusia ante las Naciones Unidas.
El diplomático ruso ha advertido durante el debate que la expulsión es "un precedente peligroso" y ha vuelto a negar las acusaciones "basadas en acontecimientos escenificados y en falsificaciones ampliamente difundidas". El embajador de la ONU, Vassily Nebenzia, aseguró el martes que mientras Bucha estuvo bajo control ruso "ni un solo civil sufrió ningún tipo de violencia".
Antes de la votación, el Kremlin ha advertido a los países que un voto afirmativo o una abstención se consideraría un "gesto inamistoso" con consecuencias para los lazos bilaterales, según informa Reuters.
Segunda suspensión en la historia de la ONU
Las suspensiones no son frecuentes en este órgano de Naciones Unidas, pero la medida se acordó antes contra Libia en 2011, por la violencia contra los manifestantes por parte de las fuerzas leales al entonces líder Muammar Gaddafi.
Impedirá a Rusia hablar y votar en el Consejo, aunque sus diplomáticos podrán seguir asistiendo a los debates, han informado los funcionarios de la institución a la agencia Reuters.
Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, la Asamblea General ha aprobado dos resoluciones de denuncia contra Rusia con 141 y 140 votos a favor, apoyos muy superiores a los de esta última acción. En cualquier caso, la mayoría de dos tercios ha permitido llevarla a cabo.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha pedido una investigación a raíz de los informes y denuncias de abusos y presuntos crímenes de guerra, cometidos por las tropas de Vladímir Putin durante la invasión a Ucrania.