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El 13% de los universitarios abandona la carrera y más de la mitad lo hace en el primer año

  • El estudio no cuenta el abandono de una titulación para cursar otra ni el cambio para cursar la misma carrera en otra universidad

  • El estudio del Ministerio de Universidades trata de identificar las causas del abandono y de poner medidas que lo reduzcan

RTVE.es / AGENCIAS
4 min.

El 13 % de los universitarios españoles abandona sus estudios superiores, una cifra que desciende al 11 % cuando se trata de estudiantes menores de 30 años, según un estudio del Ministerio de Universidades que destaca que el estudiantado de grados conjuntos tienen mayor probabilidad de abandono, así como los de origen socioeconómico bajo. Además, de aquellos que abandonan, más de la mitad lo hace en el primer año de carrera.

Son algunas de las conclusiones de este informe, presentado este martes y realizado entre estudiantes y universidades presenciales, que considera como abandono universitario el de los alumnos que se han matriculado por primera vez en un grado y no lo vuelven a hacer en los dos años siguientes.

Los datos analizados corresponden al curso 2015-2016, lo que el departamento del ministro Joan Subirats justifica porque "se necesitan datos longitudinales de cuatro cursos al menos para calcular el abandono de los estudios". Sin embargo, el último Informe de Datos y Cifras del Sistema Universitario Española 2019/2020, con datos del mismo ciclo, eleva hasta el 21,7 % de los alumnos totales de nuevo ingreso que abandonaron los estudios que habían iniciado.

Precio, localización y rama: causas del abandono

Según Universidades, el objeto del estudio es identificar las causas del abandono, detectar las barreras a la igualdad de oportunidades y tratar de poner medidas que lo reduzcan.

Entre las principales causas, el departamento que dirige Subirats destaca variables de naturaleza individual, referidas a las características de cada estudiante o de su entorno familiar y también relacionadas con el grado que cursa. Pero también influye el porcentaje de asignaturas que el alumno aprueba el primer año, así como el precio de la matrícula, sin dejar de lado la edad de los estudiantes, ya que cuanto mayores son más posibilidad de abandono hay.

Además, hay más probabilidad de tirar la toalla en las ramas de Artes y Humanidades (con peor nota de admisión), frente a los de Ciencias de la Salud, "que son quienes más continúan estudiando". También, si la universidad es grande, hay más posibilidades de no terminar la carrera.

Destaca el informe que también es determinante la localización de la universidad, con mayor abandono en las Islas Baleares o Canarias, así como el tamaño de la universidad, ya que hay más abandono en las grandes.

Respecto a la titularidad, quienes estudian en las públicas no tienen más probabilidades de abandono que los que lo hacen en las privadas, y son los becarios los que más probabilidad tienen de no seguir con los estudios. De hecho, los becarios más vulnerables económicamente, que se encuentran en el umbral más bajo de renta, tienen más probabilidad de abandonar que los becarios con mayor nivel de renta.

El Ministerio trabaja en la reducción de las tasas

"Debería profundizarse en el conocimiento de los procesos y situaciones personales que conducen al abandono con métodos cualitativos con el fin de diseñar mejores acciones y programas de prevención del abandono universitario, como por ejemplo a través de la puesta en marcha de programas de mentorías, tutorías y orientación en los centros universitarios", señala el citado documento.

Ir reduciendo las tasas hasta precios de antes de la crisis es otro de los objetivos del Ministerio, que destaca el incremento en la cuantía de las becas y la reducción en los requisitos académicos. De este modo, trabaja para que las matrículas universitarias no superen los precios del año 2011. "En los últimos cinco años hemos aumentado un 45 % el total de becas dedicadas, estamos hablando de cerca de 400.000 estudiantes que tienen beca", ha dicho Subirats en la presentación.

Los expertos van más allá, piden que los estudiantes con situaciones económicas más precarias no pierdan su beca por suspender el primer curso o que estén adecuadas a sus necesidades, o que las universidades ofrezcan itinerarios adecuados para quienes trabajan y estudian a la vez. "Es importante mejorar el carácter discriminatorio de la política de becas de los estudiantes más vulnerables", defiende en TVE Antonio Ariño, catedrático de Sociología de la Universidad de Valencia

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