Tanto Rusia como Ucrania, los dos protagonistas de la guerra en el Este de Europa, son dos pilares fundamentales en el comercio de trigo, maíz y aceite de girasol. A esto se suma que el índice de precios de alimentos ya se encuentra en sus niveles más altos en una década.
Una barra de pan ahora cuesta 80 céntimos, quizás en unas semanas aumente su precio debido a la crisis de Ucrania, país que se considera el granero de Europa. En 2020 exportó 18 millones de toneladas de trigo al mercado global, un 75% de su cosecha total de 24 millones. Se considera el quinto mayor exportador del mundo.
“Simplemente por los cambios en la Bolsa podría tener una subida bastante importante“
“Desde septiembre ya había subido la harina, el trigo, en torno al 30-40 % y ahora con el tema de Ucrania aún no ha repercutido, pero se supone que repercutirá porque si hay algún bloqueo en el transporte o simplemente por los cambios en la Bolsa podría tener una subida bastante importante”, explica Javier Moreno, propietario de panadería La Madrugada, de Beniaján y presidente de la Asociación de Panaderos de Murcia.
Aumento de precios en materias primas
“Han sido unos años con muy buena cosecha, de mucha calidad y aun así ha subido muchísimo y es puramente especulativo“
Además del conflicto en el Este de Europa, otros factores, como la sequía, han influido en la subida de precios que ha sufrido el pan en los últimos meses. “Esta subida desde septiembre no se debe tanto al problema de Ucrania porque aún no ha repercutido. Se ha debido a un tema especulativo. Además, han sido unos años con muy buena cosecha, de mucha calidad y aun así ha subido muchísimo y es puramente especulativo”, señala Javier.
El trigo, alimento cada vez más encarecido y que es fundamental para dar energía al cuerpo, tanto para vivir, como para alimentar al cerebro, músculos y realizar nuestras actividades diarias.
No sólo el trigo podría alcanzar precios de escándolo por la guerra, también existe preocupación e incertidumbre por la exportación de metales, como el aluminio, el níquel, el hierro y el paladio, del que Rusia es el mayor exportador. Un metal muy esencial en nuestro día a día porque se usa en cosas tan importantes como pueden ser las tiras reactivas para comprobar los niveles de azúcar en la sangre, en la producción de instrumentos quirúrgicos, también en las bujías de los aviones o en los sistemas de escape de los vehículos a gasolina.