El cine español vuelve a la gloria de los grandes festivales y toca el cielo en Berlín. Alcarràs, de Carla Simón, logra un histórico Oso de Oro en el la Berlinale, uno de los tres grandes certámenes del mundo, y rompe un vacío de casi 40 años para nuestra cinematografía. El jurado presidido por M. Night Shyamalan ha premiado la segunda película de la cineasta catalana, un retrato íntimo y melancólico sobre las raíces que ha rodado con actores no profesionales y que cuenta con la participación de RTVE.
Ambientada en las comarcas rurales cercanas a Lleida y rodada en catalán, Alcarràs es un drama familiar sobre un mundo que se acaba: los pequeños negocios frutales. La directora de Verano 1993 (disponible en RTVE Play, que ya fue premiada en una sección paralela de Berlín en 2017, era una de las favoritas tras la gran acogida de su película en el festival.
El jurado de la sección oficial ha destacado "sus extraordinarias interpretaciones, desde los niños actores a los ancianos de 80 años", así como "su habilidad para mostrar con sensibilidad la lucha de la familia, y por su retrato sobre la conexión y dependencia con la tierra que nos rodea".
En una entrevista para RNE, Simón (Barcelona, 1986) describía el origen personal de su obra. “Mi familia cultiva melocotones en Alcarràs y es un oficio que siempre me ha llamado mucho la atención, muy duro, pero también muy bonito, muy poético. Y cuando murió mi abuelo realmente me di cuenta de muchas cosas, pones en valor su historia, como esos árboles que él había cultivado en algún momento desaparecerán”.
El fondo de Alcarràs es la transformación del mundo rural. "Cambian los modelos, llegan grandes empresas que ponen a la gente a trabajar, pero les da igual si esa tierra deja de dar frutos al cabo de un tiempo. Por el contrario, lo que tiene cultivar la tierra en familia es que la cuidan para que las generaciones que vengan la puedan seguir trabajando. Estas familias son familias que resisten y es muy fuerte que no las estemos cuidando con políticas que las protejan, porque el precio de la fruta fluctúa todo el rato, nunca saben qué van a cobrar y es muy difícil ahora mismo vivir de esto, les cuesta más producirlo que no hacerlo".
Séptimo Oso de Oro para España
El triunfo de Alcarràs es el séptimo de una película española en Berlín. En 1960, El lazarillo de Tormes, abrió el camino. Y el boom llegó en los primeros años de la democracia, con el triple triunfo que compartieron en 1978 Las truchas, de José Luis García Sánchez; Ascensor, de Tomás Muñoz, y Las palabras de Max, de Emilio Martínez Lázaro. A lo que se sumó en 1981 el Oso de Oro para Deprisa, deprisa, de Carlos Saura y, en 1983, el de La colmena, de Mario Camus.
Pero el triunfo de Carla Simón hay que situarlo en dos contextos: primero, el cine español llevaba 40 años sin ganar ninguno de los tres grandes festivales (Berlín, Cannes y Venecia). Fernando Trueba, Alex de la Iglesia, y especialmente Pedro Almodóvar habían logrado reconocimientos, pero el premio gordo se resistía.
Y, segundo, las mujeres cineastas que ahora mismo atesoran esos tres certámenes tras el triunfo de Audrey Diwan (El acontecimiento) en Venecia, y Julia Ducournau (Titane) en Cannes. Con 36 años, Simón es uno de los puntales de una generación de cineastas extraordinarias que incluye a Clara Roquet (Libertad), Belén Funes (La hija de un ladrón) o Pilar Palomero (Las niñas).
El palmarés de la sección oficial se completa con el Oso de Plata Gran Premio del jurado para Novelit's Film, del surcoreano Hong Sangsoo; el Premio del Jurado para Manto de gemas, de la boliviana Natalia López Gallardo y el Oso de Plata a la mejor dirección para la francesa Claire Denis, por Avec amour et acharnement.
Además de M. Night Shyamalan, el jurado estaba compuesto por Ryusuke Hamaguchi (director de Drive my car), Karim Aïnouz, Anne Zohra Berrached, Saïd Ben Saïd y Tsitsi Dangarembga.