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Premios Goya 2022

Radiografía de las mujeres en el cine: "Hay muchas que se quedan por el camino y que no lo consiguen"

  • Solo hay un 19% de mujeres frente a un 81% de hombres que dirigen largometrajes españoles, según datos de CIMA

  • Los largometrajes dirigidos por hombres presentan costes más altos que las películas de mujeres

MARIA LUISA CALVO MONEDERO
11 min.

Conseguir la equidad en el cine es todavía un asunto pendiente que no llega a solucionarse y también un reflejo de la sociedad patriarcal. En la edición 36 de los Goya este problema se evidencia en la cifra de las películas de directoras. Solo nueve de las 43 películas españolas nominadas en alguna de las categorías de los premios han sido dirigidas por mujeres.

Para corregir esta desigualdad, desde el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) se lleva a cabo el 'Plan de acción 50/50' para 2025, dirigido a favorecer una mayor y mejor incorporación de las mujeres en el sector audiovisual. Asimismo, la Asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales (CIMA) lleva años impulsando medidas de igualdad para las instituciones y programas desde el propio colectivo para ofrecer oportunidades a las cineastas.

Según el último informe anual de CIMA, La Representatividad de las mujeres en el sector cinematográfio del largometraje español, en el año 2020, el 33% de profesionales contabilizadas son mujeres y el 67% restante son hombres, por lo que el cine en sí se muestra masculinizado. Aunque en comparación con años anteriores la diferencia se ha reducido y en parte gracias a todas las medidas de igualdad impulsadas por la asociación y las instituciones.

Para comprobar cómo está la situación de las mujeres dentro del sector cinematográfico, y con motivo de los Goya 2022, algunas de las nominadas a los premios de este año han contado a RTVE.es su experiencia y su visión sobre la situación del cine en torno a ellas.

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Prejuicios y roles de género durante la carrera profesional

Si algo han tenido en común la mayoría de las nominadas durante su trayectoria profesional ha sido trabajar con hombres. “Yo he sido ayudante de montaje de gente de otra generación, y sí que había más hombres que mujeres y sí que veías que era muy habitual estar en salas de trabajo llenas de hombres y ser la única chica”, explica Vanessa Marimbent, nominada a mejor montaje por El buen patrón.

No obstante, la situación de Marimbent ha cambiado mucho desde que empezó y cada vez hay más mujeres en postproducción, pero los inicios fueron distintos. “He vivido esa sensación de estar en una sala llena de hombres, manifestar mi opinión y ver que no cuenta tanto como la de ellos”, destaca.

La notable presencia de hombres ha influido a que la voz de las mujeres no tenga el mismo valor. “Llegas de nuevas a un sitio como mujer, tienes que demostrar más tu valía que un hombre, y eso es así en muchísimos campos de nuestra vida diaria", añade Marimbent.

Guadalupe Balaguer, nominada a mejor dirección de producción por Maixabel, no ha experimentado de manera personal estos obstáculos pero sí que ha comprobado esta desigualdad gracias a una pregunta que le planteó Icíar Bollaín sobre con cuántas directoras había trabajado. "Me quedé pensando... Y ostras, 2 de 30 películas”, afirma Balaguer. Una cifra bastante reveladora que se refleja en el 19% de mujeres y el 81% de hombres que han dirigido largometrajes españoles en 2020, según los datos de CIMA.

La categoría de composición musical es la más masculinizada en el informe de CIMA, ya que solo hay un 11% de mujeres frente a un 98% de hombres. A Fatima Al Qadiri, nominada a mejor música original por La abuela, le impresiona que en España sea la primera vez que dos mujeres estén nominadas en esta categoría. "Tenía la sensación de que tal vez en muchas industrias, especialmente en la industria cultural, como el cine, había más espacio para las mujeres", señala.

No obstante, al final es un asunto que tiene que ver en cómo la composición musical por lo general siempre ha estado dominada por los hombres. Además, "muchos cineastas usan la música de compositores ya mayores”, destaca Al Qadiri.

Aunque en el período de formación del sector audiovisual, la cifra de hombres y mujeres generalmente sea par, después en el mundo laboral es cuándo se hace visible la diferencia, que tiene que ver en muchos casos con los roles de género impuestos. "A lo mejor hay ese prejuicio de que las mujeres solo fotografiamos un tipo de películas", comenta Gris Jordana, nominada a mejor dirección de fotografía por Libertad.

Según su experiencia, “cuesta más a que te consideren para según qué tipo de películas. Con las de acción quizás la gente tiene más estereotipada a que las hagan hombres, pero en cambio hay muchas películas de directoras que a mí me parecen muy interesantes, y que dicen pues buscamos a una chica”, señala Jordana.

“Yo no he visto a mis compañeros de profesión frenar sus carreras por tener familia, y si lo he visto en compañeras y en mí misma”

A este tipo de prejuicios sobre si existe una mirada femenina también hay que sumar la conciliación familiar, otro asunto que todavía sigue afectando en las carreras de muchas mujeres. “Yo no he visto a mis compañeros de profesión frenar sus carreras por tener familia, y sí lo he visto en compañeras y en mí misma”, asegura la directora Icíar Bollaín, nominada a mejor película, guion original y dirección por Maixabel.

Etiqueta sexista para el cine de las directoras

A veces se tiende hablar de un cine para mujeres o de mujeres, ya que cada vez son más directoras o guionistas las que están detrás de las historias. Como si el acto de que una mujer dirija o escriba una película sea en sí un género cinematográfico. “Creo que no se debería enmarcar así porque de alguna manera es estigmatizar nuestro cine. No somos mujeres haciendo cine, simplemente somos personas haciendo cine que tiene el mismo valor que si fuéramos hombres”, comenta Júlia de Paz Solvas, nominada a mejor guion adaptado por Ama.

En la misma línea, piensa sobre este asunto Clara Roquet, nominada a mejor película y dirección novel por Libertad. "Creo que hay que sacarse de encima el estigma de la mirada femenina”, afirma. De la misma manera, Carol Rodríguez, nominada a mejor dirección novel por Chavalas, sostiene que "tampoco existe la sensibilidad femenina ni historias que podamos explicar exclusivamente nosotras por tener esa sensibilidad, eso me parece una falacia".

"Se están visibilizando temas que antes eran tabú o se están trabajando desde otros puntos de vista”

No obstante, que las mujeres estén detrás de los relatos provoca que nuevas perspectivas salgan a la luz. “Tenemos también otras experiencias y contamos las cosas desde el lugar donde las hemos vivido, que son distintas”, indica Bollaín. Asimismo, de Paz Solvas asegura que "se están visibilizando temas que antes eran tabú o se están trabajando desde otros puntos de vista”.

Este año se han hecho visibles historias que hablan sobre la amistad o las clases sociales como Chavalas y Libertad. “Había esa duda para Chavalas, tal vez de que estaba muy focalizada para mujeres, incluso para mujeres jóvenes. Y al final ha llegado a un público intergeneracional y de diferentes géneros", señala Rodríguez.

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Dos películas con temas similares pero tratados desde puntos de vista distintos. “Como en el caso de Carol, nos interesa el tema del privilegio, pero desde un lugar completamente distinto y muy específico. Yo siempre he considerado que a veces cuando se intentan establecer paralelos entre nuestras películas solo porque somos mujeres es un problema”, explica Roquet.

Presupuestos más pequeños para ellas

Colaborar económicamente en un largometraje implica depositar una gran confianza en la dirección y en su equipo por la gran cantidad de dinero invertido. “Encontrar financiación para proyectos de mujeres siempre ha sido cuesta arriba. Pero desde el minuto uno, por una cuestión de que al final las mujeres directoras o productoras han tenido menos oportunidades”, comenta Balaguer.

Icíar Bollaín empezó su carrera profesional en el cine siendo actriz. "Tuve la enorme ventaja de que ya me conocían en la industria", asegura. Puesto que piensa que "lo más difícil para todos es esa primera película en la que confíen en ti. Es una apuesta. Y normalmente para las mujeres es más duro”, señala.

Esta apuesta se ve muy afectada por el presupuesto, puesto que los costes de los largometrajes dirigidos por hombres presentan cantidades más altas que las películas de las mujeres, según los datos de CIMA.

“Tradicionalmente a las mujeres nos ha costado más atrevernos a reclamar, a no querer molestar y hacer una película más pequeña"

Una diferencia de costes que se ve reflejada en el género de la dirección de producción. "Las directoras de producción hacen películas con presupuestos más pequeños y más indies, las películas más grandes las suelen hacer los hombres y son las que tienen más visibilidad”, asegura Balaguer.

Además, en este sentido influyen también los roles asignados a las mujeres de delicadeza y de menor ambición. “Tradicionalmente a las mujeres nos ha costado más atrevernos a reclamar, a no querer molestar y hacer una película más pequeña. Siento que es una cosa totalmente cultural y heredada y que a veces cuando una mujer quiere hacer una película mucho más grande, se le cuestiona muchísimo más”, explica Roquet.

Para solucionar esta desproporción económica, una de las opciones más reclamadas es "agilizar desde las instituciones que las mujeres podamos acceder a presupuestos más elevados”, sostiene Roquet.

Una petición que ha llegado a los oídos de las instituciones, puesto que esta semana el Consejo de Ministros aprobó las ayudas selectivas para la producción de largometrajes sobre proyecto de 2022. En esta convocatoria se va a destinar un mínimo del 40% para los proyectos realizados exclusivamente por directoras.

Ayudas para que todas consigan una oportunidad

Como se comentaba antes, uno de los grandes problemas es encontrar una productora para el proyecto y gracias a las ayudas que impulsa CIMA, muchas directoras han encontrado su oportunidad. “Lo más difícil también para levantar un proyecto es encontrar una productora que confíe en una directora novel y bueno gracias a un concurso de CIMA, tuvimos la suerte de conocer a nuestra productora”, comenta Carol Rodríguez.

Asimismo, durante los años de atrás, CIMA ha participado para que el ICAA incluya un sistema de cuotas en sus ayudas a largometrajes, es decir, que puntúe mejor a las películas que tengan mujeres en determinados puestos de responsabilidad. “Si no es por las cuotas, habría personas a las que no se les conocería como jefas de equipo, no se les daría la oportunidad nunca”, asegura Marimbent.

"Si te dan la oportunidad y lo haces bien, te van a volver a llamar, por ser mujer no van a discriminarte"

Gracias a este sistema muchas mujeres consiguen realizar su primer trabajo como jefas de equipo. “Con la discriminación positiva del ICAA se está dando oportunidad a que más directoras de fotografía hagan su primer trabajo, y ya que tengan el segundo es solo cuestión de ellas mismas, es decir, si te dan la oportunidad y lo haces bien, te van a volver a llamar, por ser mujer no van a discriminarte”, señala Jordana.

Asimismo, mediante las cuotas Icíar Bollaín se planteó trabajar con una compositora para una de sus películas. "Sin ese sistema de puntos, como he trabajado antes con otros compositores, pues quizás no lo hubiera pensado. Y creo que está muy bien. Es forzar un poco para equilibrar la situación", confiesa.

Aunque casi todas están de acuerdo en que estos puntos tendrían que dejar de aplicarse en algún momento. "Creo que es una medida que debe ser a corto plazo porque lo mejor sería que no tuviese que haber estas herramientas”, asegura de Paz Solvas.

En cambio, no siempre desde las instituciones se facilita el camino, el proyecto de Ley General de Comunicación Audiovisual ha sido muy criticado por no recoger ninguna medida de igualdad. "Es un problema porque las series que no tienen esta obligatoriedad o cualquier otro tipo de ámbito en el que no haya una cuota establecida va a quedar un poco desamparado el tema de la igualdad y a merced solo de que las empresas sean las que lo instauren y eso siempre es mucho más complicado”, explica Balaguer.

“Tiene que haber aún más esfuerzo por parte de los productores y por parte de las instituciones para que sea más fácil, porque sí es verdad que hay muchas mujeres que se quedan por el camino y que no lo consiguen”, insiste Roquet. De momento por las estadísticas se puede comprobar que el panorama no se presenta en igualdad de condiciones y que habrá que seguir fomentando estas medidas para que todas tengan la oportunidad de demostrar su valía como profesionales del cine.

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