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La explosión de ómicron vuelve a poner a Europa y a España en el centro de la pandemia

  • El estallido de contagios por la nueva variante no se traduce por ahora en más muertes gracias a las vacunas

  • La situación en los hospitales empeora cada día, pero hay menos ingresos que en otras olas de la pandemia

JAIME GUTIÉRREZ | DatosRTVE
8 min.

Ómicron ha irrumpido con fuerza en Europa, con más de 2,6 millones de contagios en la última semana. La ola de casos de COVID-19 que hace unas semanas cubría Austria, los Países Bajos o Bélgica rompe ahora enérgicamente en España, que bate récords de toda la pandemia. La esperanza de que las navidades de este año fueran distintas a las de 2021 gracias a casi 12 meses de vacunación se desvanece con nuevos toques de queda y restricciones.

Las muertes e infecciones de coronavirus han aumentado más en países con bajas tasas de vacunación. La nueva variante ha demostrado una gran capacidad de contagio, incluso en los países más protegidos. Pero el alto índice de vacunación, con un 67,8 % de la población de la UE con pauta completa, sigue evitando que las muertes repunten como en anteriores olas.

En cambio, no ocurre lo mismo en los hospitales, donde los ingresos crecen día a día a pesar de que las UCI no están tan llenas como en 2020. La expansión de la nueva variante, unida al descenso de la inmunidad de los primeros vacunados y a la reducción del ritmo de inoculación durante los meses de verano, ha dejado una puerta abierta al virus que ahora se intenta cerrar con las dosis de refuerzo.

Aunque los primeros estudios apuntan a un nivel de hospitalización inferior al que provocan otras variantes, los expertos creen que aún es pronto para hablar de mayor gravedad en los contagios causados por ómicron. Aun así, coinciden en que el vertiginoso aumento de los casos se traduce inevitablemente en más pacientes ingresados.

Una ola tardía que explota en España

En las últimas jornadas, la Unión Europea ha registrado su mayor número de contagios diarios de toda la pandemia, mientras que el conjunto del continente reporta más de 2,6 millones de casos nuevos en la última semana. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 13 y el 19 de diciembre las infecciones de COVID-19 se incrementaron un 10 % respeto respecto a la semana anterior en una docena de países. El Reino Unido ha sido el que mayor número de casos ha detectado en los últimos siete días, casi 508.000, seguido de Francia (358.000) y de Alemania (283.000).

España está entre los 15 países del mundo que más casos semanales reportan, todos europeos. La explosión de ómicron ha tardado más en llegar a nuestro país que a algunos de nuestros vecinos del norte. Los epidemiólogos creen que ha sido por dos motivos: una alta tasa de vacunación y un clima más templado.

Los siguientes gráficos muestran las distintas olas de casos y muertes de COVID-19 en una decena de países europeos. Se observa que la sexta ola tarda más en arrancar en España que en otras latitudes y que, en general, las altas tasas de vacunación han ayudado a reducir la mortalidad.

"España tiene un clima más templado y la gente ha tardado más en volver a tener vida en espacios cerrados", argumenta Elvis García. El experto en Salud Pública de la Universidad de Harvard recuerda, además, que la transmisión del virus depende en gran medida del contacto entre personas en lugares con poca ventilación.

Sin embargo, como señala el epidemiólogo Pedro Gullón, esta "es la primera vez que la ola de España era más tardía y crecía a un ritmo más lento [que la del resto de Europa]". A su juicio, en este fenómeno ha tenido bastante que ver la alta tasa de vacunación (79,7 % con dos dosis). También que en España no se han relajado algunas medidas básicas que ya se habían dejado de utilizar en otros países, como el uso de la mascarilla en interiores. No obstante, añade, "la entrada masiva de ómicron ha provocado una explosión de contagios".

En contraposición a los ejemplos anteriores, Alemania, con un 70,1 % de población con pauta completa, según datos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC); Austria (69,1 %) y la República Checa (61,4 %) se han visto obligadas a implantar restricciones como el pasaporte COVID -que también se usa en algunas comunidades de España- o confinamientos selectivos, dirigidos a proteger a los no vacunados.

Tanto Gullón como García creen que los casos seguirán creciendo en las próximas jornadas. Con una incidencia a siete días (563,6 casos) que duplica la de las dos últimas semanas (911,3), ambos esperan que la ola de España siga en aumento hasta mediados de enero. Que vaya más allá, dicen, "dependerá de las medidas que implementen las comunidades autónomas y de cómo de concienciada esté la gente en el ámbito privado" durante las celebraciones de Navidad.

Para evitar restricciones impopulares, como confinamientos o cierres en determinados sectores, Gullón propone cambiar de marco y crear espacios seguros. Sugiere tomar "medidas que tengan el mínimo impacto económico posible, pero que pueden ejercer un rol sobre la transmisión", como marcar umbrales de ventilación en locales de ocio. "Antes de plantear grandes restricciones, deberíamos no construir la casa por el tejado, sino empezar por medidas más ‘suaves’, que pueden tener más efectividad, pero que son menos visibles y menos impactantes", recomienda.

Ómicron obliga a reforzar las vacunas

Con una alta capacidad para romper la protección frente al contagio de las vacunas, infectar y expandirse, ómicron está empezando a ocupar el nicho que la variante delta tenía en Europa. En apenas un mes, los casos de ómicron detectados por secuenciación en el continente han pasado del 0,3 al 11 %, con casi 3.000 contagios de este tipo contabilizados en la semana del 13 al 19 de diciembre, de acuerdo con los datos de GISAID facilitados por el ECDC.

En España, la irrupción de la nueva variante ha cambiado el perfil de los contagios, infectando tanto a vacunados como a no vacunados. "Ómicron está jugando un papel importante en este repunte dramático de los casos, ya que evade en gran parte la protección que la doble vacunación ofrece ante el contagio", apunta Elvis García. El epidemiólogo cita estudios que hablan de que la doble vacunación apenas protege en un 30-40 % contra el contagio por la nueva variante.

En este escenario, los gobiernos han abrazado la tercera dosis como tabla de salvación. El Reino Unido e Islandia ya han inyectado vacunas de refuerzo a más de la mitad de su población, Austria supera el 40 % y Dinamarca, Irlanda, Hungría, Malta y Bélgica están por encima del 30 %. España ha inyectado terceras dosis a un 25,8 % de sus habitantes y se ha marcado el objetivo de revacunar al 80 % de las personas entre 60 y 69 años antes de que termine el año.

Puede que la apuesta por las dosis de refuerzo explique que la curva de contagios en personas mayores está prácticamente plana en nuestro país, concede Pedro Gullón, que añade a este factor el grado de movilidad y contacto social de este grupo de población: "es muy diferente al que tienen personas más jóvenes".

Los hospitales soportan la tensión, por ahora

Ómicron es más transmisible y todo apunta a que tiene capacidad de provocar síntomas leves con relativa facilidad. Sin embargo, todavía no está claro el nivel de gravedad que pueden alcanzar los contagios con esta variante. "Parece que ómicron no va a ser tan grave gracias a las vacunas, incluso en países con coberturas más bajas", explica Gullón. Destaca, para ilustrarlo, que la diferencia entre ente casos y hospitalizados es cada vez más grande que en olas anteriores en varios países.

El siguiente gráfico muestra que la vacuna ha disminuido los ingresos diarios en cuidados intensivos en España, Dinamarca, Portugal, Irlanda, Italia, Francia, los Países Bajos o Suecia. En cambio, la fuerza de la ola de ómicron ha llenado las UCI de los hospitales de Bélgica, Alemania, Austria o la República Checa, por lo que, para los expertos, aún es pronto para sacar conclusiones.

"Los datos de Sudáfrica no parecen mostrar que haya un escape vacunal en inmunidad para casos graves", asegura Gullón. Aun así, el epidemiólogo pone en cuarentena la afirmación de que ómicron genere una enfermedad más leve.

Comparte la tesis Elvis García, que recuerda que, incluso si la vacuna protegiera contra un gran número de casos graves, "como no es capaz de proteger contra los contagios y además esta variante es mucho más contagiosa que las pasadas, habrá inevitablemente más casos en UCI y más fallecidos". Ahora bien, añade el experto, las vacunas están permitiendo tener una vida relativamente normal por ahora, a pesar del nivel de contagios; "algo impensable si no estuviéramos vacunados".

Mientras llega una vacuna adaptada a esta variante o las dosis de refuerzo se extienden a más grupos de población, los expertos recuerdan que "estamos replicando lo que ocurrió el año pasado", incluyendo la falta de restricciones. Todo apunta, dicen, a que la situación seguirá siendo complicada en las próximas semanas e insisten en mantener la precaución. Sabemos lo que hay que hacer, pero "el gran problema actual es que hay casi tantas medidas como regiones y, así, es imposible detener un virus", sentencia García.

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