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Las vacunas anticovid no causan daños permanentes ni un reinicio genético del sistema inmune en niños

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Nos habéis preguntado en WhatsApp por un vídeo en el que un científico identificado como “inventor” de las vacunas de ARN mensajero pide no vacunar a los niños contra el coronavirus porque el suero causa daños permanentes y un “reinicio genético del sistema inmune”. Es un bulo. Dos expertos inmunólogos nos confirman que es falso que las vacunas causen esos daños. Tampoco es cierto que este científico sea el “inventor” de estos sueros. Te lo explicamos.

En el vídeo, Robert Malone, un científico que se presenta como “inventor” de las vacunas de ARN mensajero contra la COVID-19, recomienda no aplicar a niños este fármaco porque “obliga al cuerpo de tu hijo a crear proteínas tóxicas” que “causan daños permanentes en órganos críticos”. Afirma que el suero causa un “reinicio genético del sistema inmune”. La grabación suma más de 42.000 visualizaciones en Telegram y también está en páginas web, en Twitter y Facebook, donde está catalogado como información falsa.

África González Fernández, catedrática de Inmunología en el Centro de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Vigo y expresidenta de la Sociedad Española de Inmunología, desmiente el mensaje de Malone: “lo que está diciendo es falso completamente, no tiene ninguna base científica”. Añade que “no es cierto que el ARN haga lo que este hombre dice”. Alfredo Corell, catedrático de Inmunología en la Universidad de Valladolid y divulgador científico, que ya había publicado un vídeo al respecto en su canal de Instagram, coincide en que “el ARN no pasa de ningún modo al ADN y, por lo tanto, no altera nada de los genes ni del sistema inmunitario, ni ningún otro”.

González explica que las vacunas funcionan “como si te enseñaran la foto del enemigo y te preparas para cuando llegue ese enemigo, pero sin que llegue”. Es decir, que los niños, cuando se infectan o se vacunan, “lo que hacen es generar esa respuesta inmunitaria que va a ir dirigida frente a esa foto del enemigo”. Corell niega la toxicidad de esta vacuna, ya que “si la proteína S que se crea [para la vacuna] es tóxica, la proteína S del virus sería igual de tóxica”. “Si esa posibilidad fuera real, tendríamos toda esa citotoxicidad [daño celular provocado por la acción de anticuerpos] en un montón de gente y no está sucediendo”, argumenta. González repite que “no hay ninguna evidencia que apoye eso que está diciendo, ninguna evidencia”.

Sobre los efectos a largo plazo, Corell afirma que la fabricación de la proteína S “es transitoria y, por lo tanto, los efectos adversos que se esperan son los que estamos viendo, los inmediatos, los que pasan en semanas. No esperamos efectos adversos a medio largo plazo”. También niega que sea posible el llamado reinicio genético del sistema inmune, “no hay ningún reinicio”. Argumenta que lo que se produce en realidad es “una reacción inmunitaria transitoria frente a esa proteína S”.

Los comentarios del vídeo presentan a Malone como “el inventor de la tecnología ARN que usan las vacunas contra el COVID-19”. Él mismo se describe en Twitter y en su web como “inventor” de las vacunas ARNm pero es falso. El catedrático Corell nos explica que Malone “es el padre de la tecnología de transferencia del ARN, pero no la usaba para vacunas. Su objetivo cuando él hizo estas primeras pruebas no fue vacunar, era terapia génica”. Malone es en realidad uno de los autores que innovaron en el uso de la envoltura lipídica, como muestra la revista Nature, utilizada luego para desarrollar las vacunas de ARN Mensajero.

No es la primera vez que Malone hace afirmaciones falsas. En agosto dijo en una entrevista que la vacuna de Pfizer aprobada en EE.UU. incluía una “exención de responsabilidad” de las farmacéuticas. Días después reconoció en Twitter que lo que dijo no era cierto: “me equivoqué al principio y entonces me corregí”. Con motivo de esa entrevista, la revista The Atlantic ya avisaba de la notoriedad que estaba alcanzando este investigador por difundir ideas negacionistas.

Las autoridades sanitarias europeas y españolas han avalado que los niños sean vacunados contra el coronavirus y en España ya hay más de 448.000 pequeños inoculados con una dosis. La Sociedad Española de Inmunología subraya que “la vacuna de ARN mensajero ha mostrado ser segura y eficaz” y “protege en más del 90% a los niños de 5 a 11 años de la infección”.

Los beneficios de la vacunación infantil más allá de la salud de los niños

La OMS sostiene que “los beneficios de la vacunación infantil van más allá de los beneficios directos para la salud” pues reduce la transmisión desde niños y adolescentes hacia los mayores y puede ayudar a minimizar las medidas preventivas en las escuelas. Además, reducirá el absentismo escolar y permitirá otras actividades beneficiosas para los niños como la socialización entre ellos.

En España, la vacunación infantil contra la COVID-19 ya está en marcha y el Ministerio de Sanidad ha publicado una guía para responder a 26 preguntas habituales de los padres que tienen dudas sobre este asunto. El documento señala que, “como todos los medicamentos, las vacunas pueden provocar efectos secundarios” pero la mayoría de estos son leves y de corta duración y no todas las personas inoculadas los padecen.

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