El Consejo de Gobierno ha acordado este jueves suspender el decreto por el que se flexibilizaba el horario nocturno de los establecimientos de ocio y restauración debido al aumento de casos de coronavirus provocados por la variante ómicron. Esta decisión provoca que en el nivel 1 de alerta los locales tengan que cerrar a las 03:00 de la madrugada; en nivel 2 a las 02:00 horas; y en el 3 y 4 a la 01:00 horas.
La medida que ha sido anunciada por el consejero de Sanidad del Gobierno canario, Blas Trujillo, junto al portavoz del Ejecutivo, Julio Pérez, entrará en vigor desde este mismo jueves tras ser publicada por el Boletín Oficial de Canarias.
Además, Trujillo ha informado de que Gran Canaria y Tenerife, que presentan el mayor número de contagios, se mantienen en el mismo nivel de alerta sanitaria, al igual que el resto de islas al no sufrir todavía una situación de riesgo para su capacidad asistencial.
Las islas se encuentran en una situación de "riesgo medio bajo"
El portavoz del Gobierno y el consejero han recalcado que estos cambios en el cierre de los locales obedecen al crecimiento exponencial de casos que está generando en las islas la variante ómicron y que el Ejecutivo estará pendiente de la evolución de la pandemia en los próximos días festivos por si fuera necesario convocar un Consejo de Gobierno extraordinario para adoptar nuevas medidas.
El consejero ha asegurado que gracias a los altos índices de vacunación han permitido que todavía no se hayan sufrido "grandes cambios" en la presión asistencial de ninguna isla a pesar del aumento de casos, sin embargo, han decidido volver a la legislación anterior.
No ha habido grandes cambios los hospitales a pesar del aumento de casos
Trujillo ha alertado de que tienen constancia de que ómicron puede llegar a ser hasta 70 veces más transmisible que la variante delta, lo que ha provocado un incremento del 186% de los casos en las islas en relación con la semana anterior.
Sin embargo, ha agregado que la situación de Canarias la situación "no es de riesgo máximo", sino más bien de un nivel "medio-bajo" aunque, "aún así", hay que tener "máxima cautela" porque el crecimiento exponencial de los casos "tarde o temprano" acarreará una mayor ocupación hospitalaria, tanto de camas convencionales como de críticos.
Respecto al perfil de los ingresados, la mediana de edad en camas convencionales es de unos 67 años mientras que en la UCI es de 66.