El 13 de diciembre llegarán a España las primeras vacunas contra el coronavirus destinadas a más de tres millones de niños de entre 5 y 11 años. La Comisión de Salud Pública ya ha aprobado su administración, que comenzará el 15 de diciembre. Ante las dudas que puedan surgir en algunos padres, los expertos insisten en que pueden estar igual de tranquilos que cuando les pusieron la vacuna a ellos.
“Si los mayores de 12 años nos hemos vacunado, ¿por qué no vamos a darles a ellos el mismo beneficio?”, dice presidente del Comité Asesor de Vacunación de la Asociación Española de Pediatría, Francisco Álvarez, que ha resumido en cuatro razones
Vacuna eficaz y segura
El principal argumento es que la vacuna ha superado todos los ensayos clínicos que han puesto a prueba su eficacia y su seguridad. “La Agencia Europea del Medicamento nos dice que tenemos una vacuna eficaz y segura. Además, con la dosis es más pequeña, los efectos secundarios pueden ser incluso más leves que en los adultos. En el peor de los casos fiebre, escalofríos, dolor de cabeza o dolor muscular. No se espera que haya efectos secundarios graves”, subraya Álvarez.
El riesgo cero no existe
La gran mayoría de los niños que contraen el virus sufren cuadros leves o son asintomáticos, pero, como recuerda Álvarez, “el riesgo cero no existe”. “Desde que ha empezado la pandemia ha habido 17 muertes de menores de 10 años y más de 180 ingresos en unidades de cuidados intensivos. No parece mucho, pero ¿para qué vamos a correr el riesgo de que nuestro hijo lo hospitalicen si tenemos una vacuna eficaz y segura?”.
Frenar la circulación del virus
La vacuna puede contribuir a reducir la transmisión del virus en la franja de edad que, ahora mismo, es la que tiene una incidencia más alta. “Los virus son muy listos y circulan por donde les dejan, es decir, por los que no están inmunizados, y ese grupo mayoritario es de los menores de 12 años”, argumenta Álvarez.
Garantizar la educación escolar
Desde septiembre de 2020, los colegios españoles han logrado permanecer abiertos, pero se mantienen los grupos burbuja y siguen produciéndose cierres temporales de algunas aulas cuando hay casos positivos. “Vacunar a los niños puede disminuir la incidencia y facilitar que haya una educación escolar como Dios manda”, concluye, Álvarez.