La irrupción de la variante india (bautizada como Delta) ha trastocado los planes de las autoridades sanitarias británicas, que se han visto obligadas a retrasar al menos cuatro semanas el levantamiento de todas las restricciones por COVID-19 en Inglaterra, previsto inicialmente para el 21 de junio. Este mes adicional permitirá seguir avanzando en su plan de vacunación, dado que la mayoría de las nuevas personas hospitalizadas no habían sido vacunadas o solo habíann recibido la primera de las dos dosis necesarias. La variante Delta se ha convertido con rapidez en la predominante dentro del Reino Unido, donde se calcula que actualmente está detrás de más de un 90% de los contagios.
En España, esta variante preocupa especialmente en cuatro regiones, donde ya se ha confirmado la existencia de transmisión comunitaria: Madrid, Castilla y León, Cataluña y Comunidad Valenciana. En Madrid, la Consejería de Salud augura que en un plazo muy breve de tiempo se convertirá en la predominante en España, desplazando a la variante británica (bautizada como Alfa), que ahora es la mayoritaria. Por ello, ha decidido que los ciudadanos de 60 a 69 años reciban la segunda dosis de AstraZeneca once semanas después de la primera, en vez de hacerlo durante la 12ª semana, como sucedía hasta ahora.
Pero, ¿hasta qué punto la variante Delta es capaz de alterar el tablero epidemiológico actual y, sobre todo, restar efectividad a las vacunas que se están administrando en España? En este sentido, los especialistas llaman a la calma: aunque presenta resistencia parcial a los anticuerpos, cualquier pauta completa de vacunación protege adecuadamente contra esta variante, que tampoco ha demostrado hasta ahora una mayor gravedad en los cuadros clínicos de las personas infectadas.
"Lo que sabemos de esta variante, una de las tres que hay dentro del mismo linaje de la India, es que en principio los anticuerpos la neutralizarían un poco peor, pero las vacunas no habrían perdido completamente la efectividad ante ella, solo habría una pequeña caída. Es decir, se conserva una buena efectividad de las vacunas, o al menos una efectividad aceptable", tranquiliza Isabel Sola, viróloga y codirectora del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), quien no obstante recalca que "un virus que se transmite mejor es siempre algo que debe preocupar".
En esta misma línea, Manuel Franco, vocal de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), asegura a RTVE.es que no cree que "la variante Delta sea algo que deba generar especial inquietud", y recuerda lo que ocurrió con la variante británica, "que también nos preocupó mucho al principio, pero luego vimos que ni era mucho peor ni se vinieron abajo las vacunas".
"Realmente ahora lo más importante es que no se vaya a pique todo el esfuerzo que se está haciendo para vacunar a miles de millones de personas. En este sentido, por lo que ya se está publicando, las vacunas aguantan también a la variante Delta", expresa este epidemiólogo, quien opina que "al final, es una más de las variantes con las que vamos a tener que lidiar y convivir hasta que no seamos capaces de vacunar a toda la población mundial, no solo a la española".
Protección menor con vacunación incompleta
Ahora bien, los primeros datos disponibles, que aún son preliminares, demuestran que la protección desciende significativamente si la vacunación es incompleta. Las personas que solo han recibido la primera dosis de Pfizer o de AstraZeneca solo están protegidas en un 32% (frente al aproximadamente 50% ante la variante británica), porcentaje que aumenta al 88% con la segunda inyección en el caso de Pfizer (frente al 93% ante la variante británica), y al 60% en el de AstraZeneca (frente al 66% ante la variante británica).
Unos resultados que también admiten una lectura positiva, ya que ese porcentaje mide la probabilidad de infectarse de manera leve o moderada, pero la protección frente a cuadros graves es mayor. "Todos los vacunados con la pauta completa, con cualquiera de las cuatro vacunas disponibles actualmente en España, pueden estar tranquilos de que estarán bastante protegidos frente a una posible infección severa de la variante Delta, aunque se pueden infectar de manera leve y al hacerlo podrían contagiar a otras personas", resume Isabel Sola.
Las cifras respaldan esta afirmación. Según un estudio preliminar del organismo encargado de la salud pública inglesa -Public Health England-, la efectividad de las vacunas frente a la hospitalización provocada por la variante Delta es muy alta. Solo con la primera dosis, alcanza un 94% en el caso de Pfizer y un 71% en el de AstraZeneca; mientras que con la pauta completa de dos dosis, logra un 96% en el caso de Pfizer y un 92% en el de AstraZeneca, sin ninguna muerte registrada. Estas dos vacunas, especialmente la de AstraZeneca, son las que se están administrando mayoritariamente a la población de Reino Unido.
Otro hecho importante a tener en cuenta es que, aunque desciendan los anticuerpos neutralizantes y estos pierdan potencia ante la nueva variante, sí que se ha comprobado que la respuesta celular de las personas vacunadas o que han superado la infección es significativamente mayor ante estos cambios. "Tendríamos una protección complementaria y más resistente a las variantes que nos la daría la respuesta celular", indica Sola, y apunta otro detalle esencial: "Hasta ahora, los cambios que incorporan las variantes que han aparecido son siempre los mismos; es decir, son variaciones con repetición de los mismos cambios. Con todo lo que hemos visto, no parece que de momento el espectro de cambios pueda alterarse mucho más, aunque los virus siempre pueden sorprendernos y no se puede confiar en ellos".
Pero lo que sí que ha demostrado la variante india es que es mucho más contagiosa que la Alfa -británica-. Se calcula que es al menos un 60% más transmisible, por lo que los contagios y la presión hospitalaria van a tender a incrementarse, especialmente entre población joven y sin vacunar. Al mismo tiempo, también es capaz de infectar a individuos que ya han superado la infección, aunque se espera que en estos casos los síntomas sean leves.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado del peligro potencial que supone el avance de esta variante en Europa y ha pedido no cometer el mismo error verano pasado, es decir, una desescalada apresurada. El director de OMS-Europa, Hans Kluge, recuerda que las tasas de vacunación en Europa son aún insuficientes para evitar un rebrote, pese a la buena evolución de la pandemia de COVID-19, y por ello insta a permanecer alerta y a mantener las medidas de control sanitario.
¿Ocurrirá lo mismo en España que en Inglaterra?
Por este motivo, desde el ámbito científico llaman por enésima vez a la prudencia."Lo difícil del verano es que el desmadre ya está aquí. Ya nadie aguanta la mascarilla, ya tenemos el ocio nocturno abierto…", declara Manuel Franco, quien cree que en España "podría ocurrir algo similar a lo de Inglaterra", que ha tenido que dar marcha atrás en sus planes de desescalada. "Pero no solo por la variante, sino por cómo nos lo estamos tomando, ya que estamos abriéndolo todo. No hay que echarle solo la culpa a la variante", considera este epidemiólogo.
Para Isabel Sola, el mensaje más claro que se puede extraer de la entrada en escena de la variante Delta es que "no nos podemos desprender de las medidas de protección pensando que con las vacunas ya tenemos todo solucionado, porque la mayor protección que tenemos frente al virus es una suma de elementos: la inmunidad de la vacuna, mascarilla, distancia…". Por ello, esta viróloga pide que "mantengamos la precaución, aunque con cierta tranquilidad de saber que si estás vacunado no tienes por qué temer una infección severa, pero siempre siendo consciente de que puedes contagiar a otras personas".