La ganadora del Premio Julio González 2020 recoge en la muestra el trabajo de más de dos décadas. En sus piezas, aparentemente simples, se busca el impacto emocional en el visitante. Utiliza para ello materiales atractivos con muchos significados e interpretaciones. "En esta exposición se pueden ver algunas de las líneas de trabajo que la artista comenzó en los años 80", afirma Nuria Eguita, directora del IVAM.
“Los mapas ayudan y a la vez alejan de la realidad“
"Se pueden ver una gran cantidad de mapas hechos de todo tipo de materiales y que dan lugar a diversas percepiones. A ella le interesa la territorialidad, las fronteras y los contextos y el mapa nos ayuda y a la vez nos aleja de las cuestiones reales".
La alerta como estado creativo
La arquitectura también está presente en la exposición, siempre en relación con el cuerpo. Se pueden contemplar unos camastros y otros objetos domésticos "que se convierten en objetos inquietantes o de tortura", asegura Enguita. "Esos dobles significados y que las cosas no tienen un único sentido es fudamental en la obra de Mona Hatoum".
Enguita añade que se tiende a ver el trabajo de Hatoum desde su biografía, pero en su caso, "el dolor al que ella podía aludir en su cuerpo en sus primeras performances, es diferente. Lo que hace ahora es aludir a un dolor que es universal". Para la directora del IVAM, "el dolor es un material en el que ella y otras artistas trabajan para darle forma y darle pensamiento: sus obras tienen esa violencia que hace que el cuerpo se ponga en alerta, que también es un estado creativo".
“Los dobles significados son fundamentales en su obra“
Hatoum ha sabido traducir una época y un sentimiento sobre el mundo que llega a muchas personas, "y eso es a través de la domesticidad de su obra", concluye Nuria Enguita, "con materiales populares y formas que rápidamente nos remiten a un estado del mundo. De ahí que sea una artista icónica".