Más de 300 palestinos han resultado heridos este lunes en fuertes choques con la policía israelí en Jerusalén este. El escenario ha sido la explanada donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca. Este conjunto arquitectónico es el tercer lugar más sagrado para el Islam, después de las ciudades de la Meca y Medina.
Los palestinos han arrojado piedras mientras los agentes han usado granadas de sonido, balas de goma y gases lacrimógenos.
Según la Media Luna Roja, ha habido 305 heridos, de los que 228 han sido hospitalizados y hay varios en estado grave. La Policía israelí, por su parte, asegura que al menos 21 agentes han resultado heridos. Los incidentes se han extendido a la Ciudad Vieja y, según imágenes difundidas por la Policía una comisaría ha sido atacada.
Las autoridades han prohibido el acceso de los judíos a la explanada para evitar más conflictos y ha detenido a varias personas que intentaban entrar.
Los judíos consideran el lugar, al que llaman el Monte del Templo, como el más sagrado para su religión, porque supuestamente aquí se ubicaba el último templo de Judea antes de su destrucción por el Imperio Romano en el año 70 de nuestra era. El Muro de las Lamentaciones se encuentra justo debajo de la explanada, en una zona que antaño estuvo ocupada por un barrio árabe que fue demolido tras la ocupación, y ha tenido que ser evacuado en la tarde del lunes.
Los choques se producen tras varios días de disturbios continuados en Jerusalén este, ocupado por Israel desde 1967. Se trata de los peores enfrentamientos en la ciudad en años.
Tensión por el Día de Jerusalén
La jornada de este lunes ha sido especialmente tensa porque los israelíes celebran precisamente la ocupación de la parte oriental de la ciudad, en el llamado "Día de Jerusalén".
Las autoridades han modificado el recorrido de una manifestación convocada por ultranacionalistas y han impedido que atraviese los barrios árabes de la Ciudad Vieja, como estaba previsto.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanhayu, ha asegurado que Israel respetará la libertad religiosa y el derecho a la oración, pero garantizará el orden. Netanyahu ha afirmado que las fuerzas de seguridad libran "una lucha por el corazón de Jerusalén" contra "fuerzas de intolerancia" que quieren "expropiar los derechos" israelíes sobre "el Monte del Templo".
Desde la parte palestina, Nabil Abu Rudeinah, portavoz del presidente Mahmud Abbas, ha acusado a las fuerzas israelíes de llevar a cabo un "asalto brutal" en Al Aqsa y han perdido la intervención de la comunidad internacional.
Hamás lanza cohetes
El grupo palestino Hamás, que controla la franja de Gaza, ha lanzado varios cohetes hacia Israel como respuesta por lo que ha calificado de "agresión enemiga en la Ciudad Santa".
Las sirenas antiaéreas han sonado en el sur del país y en el área de Jerusalén, donde se han escuchado explosiones, algo poco habitual, porque los cohetes lanzados desde la franja no suelen llegar tan al norte.
El Ejército israelí ha respondido a su vez bombardeando Gaza. Ambas partes han informado de heridos y, según el diario israelí Haaretz, en Gaza han muerto tres niños.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea han pedido calma y contención. El Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto reunirse de manera urgente, a petición de Túnez, para examinar la situación.
Protestas contra el desalojo de familias palestinas
Las protestas, que han coincidido con el mes de ayuno musulmán del Ramadán, se iniciaron para impedir el desalojo de familias palestinas del barrio de Sheij Jarrah, en Jerusalén este, que serán desahuciadas para dejar espacio a más colonos judíos. La decisión judicial sobre el desalojo, prevista para este lunes, ha sido aplazada.
La política israelí en la ciudad, según denuncian diversas ONG e instituciones internacionales, es la de expulsar poco a poco a la población árabe que aún queda. Recientemente, Human Rights Watch calificó como apartheid el conjunto de políticas que el ocupante israelí aplica sobre los palestinos.
En 1947, la ONU acordó un plan para repartir el territorio del mandato británico de Palestina entre árabes y judíos. Según este plan, Palestina se dividiría en dos estados, pero Jerusalén permanecería como una ciudad internacional. Sin embargo, tras la primera guerra árabe-israelí (1947-49), la ciudad quedó dividida en dos: israelí al oeste y árabe al este. La guerra de 1967 terminó con la ocupación israelí de la parte oriental, que la ONU considera ilegal.