Nuestras ganas de aire libre han masificado parte de la naturaleza que tenemos cerca de nuestras casas. Hay más gente que nunca yendo a parques urbanos, pueblos rurales y redescubriendo espacios, museos… Muchos se han convertido en “turistas en sus propias ciudades”. La gente busca cualquier espacio dentro de su territorio para poder “desconectar” de la realidad de la pandemia. Lo comprobamos en Comando Actualidad.
Algunos sociólogos aseguran que necesitamos una buena armonía con nuestro entorno y que, “si no nos dejan salir pondremos alas a nuestra imaginación y utilizaremos la ciudad de una manera totalmente distinta”, y es lo que hemos hecho, convertirnos en turistas de nuestras propias ciudades.
Las dos caras del turismo dentro de la propia comunidad
Uno de los casos más sonados es el del “turista madrileño” que, como no puede viajar, va cada fin de semana a pueblos cercanos a la capital. La cara buena la ofrecen los restaurantes, que están viviendo su particular “agosto”, después de los meses que han tenido que estar cerrados por la pandemia. Muchos aseguran que “nunca habían atendido a tantísima gente” y que es una cosa “desmesurada”. Algunos incluso se han recuperado ante las pérdidas del confinamiento.
Vacaciones en la Sierra de Madrid
La parte mala la sufren los vecinos, muchos de los cuales se han tenido que autoconfinar ante las hordas de turistas: “Lo estamos viviendo fatal, masificación a tope, no podemos salir de casa, esperamos a que la gente se vaya… nos sentimos agobiados”, asegura una vecina de Patones de Arriba, pueblo en el que pasan de ser 20 personas entre semana, a recibir casi 2000 personas los fines de semana.
Los vecinos no están en contra de que suba la gente visite su pueblo siempre y cuando se respeten unas medidas de seguridad e higiene y un aforo. La mayoría se queja de que cuando llega la nueva semana el pueblo se llena de basura… Los vecinos lanzan un auxilio: “La basura echarla en los cubos, por favor”.
El buen tiempo anima el turismo dentro de Madrid durante el puente de San José
Redescubriendo el entorno
Aunque todos estamos esperando a poder movernos libremente, con el cierre de las comunidades hemos redescubierto ciudades, parques urbanos, pueblos rurales, propuestas de naturaleza y gastronomía, museos.. . y todo dentro de nuestra propia comunidad. Hay quien todavía no había hecho turismo por su propia zona y el cierre perimetral le ha servido para descubrirla. Lugares de Sevilla, Madrid y Valencia protagonizan cada día parkings colapsados y colas kilométricas para acceder a espacios naturales y edificios emblemáticos:
Cuando llega el fin de semana Sevilla va despertando lentamente. En este caso en concreto, el río es uno de los destinos favoritos y los bares y restaurantes también se masifican, hay que reservar hasta con un mes de antelación, aunque tristemente muchas veces dependen del sol. Muchos se han tenido que reinventar, cambiando cartas, precios… todo pensando en el nuevo turista: el vecino.
En Valencia, más de 40.000 valencianos han visitado la ciudad de las Ciencias y las Artes durante los primeros meses del año. Este complejo se ha convertido en uno de los lugares favoritos de los valencianos durante el confinamiento, para disfrutare de sus actividades al aire libre.
En Madrid, por ejemplo, uno de los destinos favoritos para los turistas madrileños es la famosa Casa de Campo. Allí se reúnen deportistas, gente que quiere despejarse dando un paseo, aquellos que aprovechan el fin de semana para desconectar, salir a comer… En general, un lugar donde encontrar lo que ahora todos buscamos: aire y espacio.
La fiebre del deporte al aire libre
La pandemia también nos ha ayudado a redescubrir el deporte al aire libre. Monitores y entrenadores personales han puesto en marcha retos de crossfit y deporte intenso en la calle para que la gente no deje de mover el cuerpo. Muchos aseguran que “hay fiebre por el deporte”.
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Deportes como el running y el spinning también han visto crecer sus grupos, además de las actividades acuáticas, como surf, piraguas o natación, que han suscitado mucho interés en los vecinos de aquellos lugares donde es posible realizarlas. La actividad pesquera también se ha intensificado, cada vez más jóvenes apuestan por pasar su tiempo libre frente a la caña.